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Inconfundible espíritu de la marca, pero con una elegancia innata

Alfa Romeo Giulia 2.2 diesel Super

Alfa Romeo Giulia 2.2 diesel Super

Inconfundible espíritu de la marca, pero con una elegancia innata

Por Mariano García Viana
domingo 29 de enero de 2017, 23:54h

Entre los muchos galardones que desde su presentación ha conseguido el Giulia, como despedida del año pesado fue nombrado el “Coche más bello de 2016” y si todos los premios son con creces merecidos, este es de los que más, pues hacía tiempo que no nos “encontrábamos” con un coche tan bien diseñado y con tanto estilo…..italiano.

Desde el nacimiento de la marca en 1910, Alfa Romeo prácticamente todos sus diseños se han distinguido de los demás modelos del mercado, por su personalidad y por ese innegable espíritu deportivo que transpiran por todos sus poros de chapa o fibra, por eso no es de extrañar que su penúltima creación (La última ha sido su primer SUV, el Stelvio), el Giulia siga la misma línea “aderezada” por una igualmente innata elegancia. Creado por el Centro Stile Alfa Romeo, el diseño del Giulia confirma la mejor tradición italiana, combinando proporciones armónicas, linealidad estilística, materiales de alta calidad y sofisticados detalles en aluminio, madera y piel.

El Nuevo Giulia destaca por tener unos voladizos muy cortos, un capó y guardabarros delanteros largos, un habitáculo desplazado hacia atrás y asentado sobre las ruedas motrices traseras. Por ello, esto se traduce en una batalla muy generosa, la más larga de su categoría, pero contenida en una de las carrocerías más compactas, que gracias a sus formas redondeadas y unos montantes envolventes, crean un perfil con forma de gota de agua, que como dice la propia Alfa Romeo, evoca en cierta manera al Giulietta Sprint, de finales de los cincuena y principios de los sesenta, uno de los coches más bellos jamás creados.

El frontal es el típico de la marca con la calandra “trilobulada”, el elemento de estilo más famoso y reconocible de Alfa, que en este caso está acompañada en sus laterales por unos grupos ópticos cuidadosamente diseñados para no desmerecer el general del coche, estrechos y felinos y perfectamente integrados. Faros “inteligentes” que proporcionan una excelente luz en todas circunstancias y que además de ayudar en las curvas tienen activación automática de cruce/carretea. Dos grandes y negras tomas de aire complementas el agresivo y a la vez escultural frontal. El largo capó muestra unos suaves distintos niveles, como si estuvieran hechos para que el aire los acaricie. Y lo mismo podemos decir de las hendiduras laterales que recorren la carrocería desde el paso de rueda delantero hasta la manija de la puerta trasera. En la visión posterior, se puede observar que las líneas suaves siguen dominando el diseño y solo están “rotas” por los originales grupos ópticos a base de leds y en la parte inferior del paragolpes por las dos laterales salidas del escape. En definitiva y a riesgo de ser repetitivos, unas líneas atractivas como las de pocos coches que nos pueda ofrecer el mercado, por no decir la que más.

El habitáculo del Giulia, sigue la misma tónica que el exterior, es elegante y sencillo (Quizás demasiado) sin estridencias, pero sumamente original y deportivo a la vez. Es bicolor y el salpicadero destaca porque es completamente asimétrico, es decir, una primaria visera discurre desde la parte superior de la redonda salida de aire del lateral izquierdo, descendiendo hasta la parte central de la salida derecha, cobijando el cuadro de mandos, la parte central de la consola e incluso el lado del acompañante. Independientemente del original diseño, hay que resaltar dos características de esta zona de control del coche. Una es que la mayoría de los controles principales, incluyendo el botón de arranque, se han incorporado en el volante de dirección y la otra que, al contrario de muchos coches actuales que disponen la pantalla multifunción de forma destacada y casi como un elemento “pegado” al diseño del salpicadero correspondiente, en el Giulia está completamente integrado y si está apagada pasa completamente desapercibida, pues presenta una superficie negra irregular, que al encenderse ofrece una pantalla táctil de nada menos que 8,8”. El cuadro está compuesto por dos grandes esferas digitales, para cuentavueltas y velocímetro, separados por otra pantalla que ofrece un sinfín de informaciones, en realidad todo se puede decir que es una gran pantalla.

Los asientos delanteros son prácticamente dos butacas, pero con la virtud de sujetar perfectamente el cuerpo aunque las curvas sean sucesivas y la conducción un tanto brusca. Y lo mismo se puede decir para el trasero que con dos personas ofrece un confort y sujeción de primera, no así el posible tercero central que quedaría algo más elevado por la configuración de asiento y respaldo y lógicamente resultaría menos confortable, pero no desde luego por falta de espacio. El maletero es bastante amplio, 480 litros, y se pude ampliar con un hueco que queda al abatir el respaldo trasero. En general la terminación está muy bien conseguida y los materiales empleados tienen un buen tacto y una buena vista. El equipamiento es muy completo con es de esperar en un coche de esta categoría y es de destacar sobre todo la tecnología empleada en las ayudas a la conducción.

El Giulia sitúa al conductor en pleno corazón de la experiencia de conducción y por eso, como hemos comentado, se cuenta con un buen número de elementos que ayudan a éste en esa tarea en todos los sentidos, ofreciendo la mejor tecnología disponible para tal fin, para la máxima tranquilidad mental y seguridad de conducción. Entre estos sistemas se pueden señalar, el sistema de Aviso de Colisión Frontal (FCW) que utiliza un sensor de radar y una cámara montada en el parabrisas delantero para advertir al conductor de cualquier impacto inminente con otro vehículo o con un obstáculo en la misma trayectoria que el vehículo.. Si el conductor no interviene, el sistema de Freno de Emergencia Activo (AEB) con detección de peatones frena automáticamente para impedir la colisión o para reducir las consecuencias del impacto. Sistema de frenos integrado (IBS), un verdadero preestreno a nivel mundial, pues utiliza el innovador sistema electromecánico IBS que combina el control de estabilidad y el servofreno. Integrando con éxito electrónica y mecánica, además de una significativa optimización de la distribución de peso, una sensación excelente y total ausencia de vibraciones de pedal, el sistema garantiza una respuesta frenado instantánea para una distancia de frenado sin precedentes: desde 100 km/h a 0 en 38.5 metros. Sistema de suspensión con tecnología exclusiva Alfa™Link, que consiste en una nueva suspensión delantera de doble brazo oscilante con eje de dirección semivirtual para optimizar el efecto filtrante y garantizar una dirección rápida y precisa. Este sistema exclusivo de Alfa Romeo mantiene la pisada de los neumáticos constante en las curvas y puede hacer frente a altas aceleraciones laterales. Para el eje trasero se ha elegido una solución cuatro y medio – patentada por Alfa Romeo – que asegura un rendimiento superior, placer de conducción y confort. Por último, el paquete de sistemas de asistencia a la conducción no estaría completo sin el Aviso de Abandono de Carril (LDW) que detecta cambios involuntarios de carril y el dispositivo de Control de Ángulo Muerto (BSM) que controla el área alrededor del coche utilizando sensores y ayuda al conductor durante los cambios de carril y al adelantar.

Como ya hemos comentado el Giulia estrena suspensión, lo que unido a una ideal distribución del peso entre los dos ejes, hacen que su comportamiento sea tremendamente eficaz. La tracción trasera permite repartir el peso y encontrar un equilibrio ideal, tanto es así que, como hemos podido comprobar, algunos conductores no han sabido que se trataba de un coche con tracción posterior. La dirección es tremendamente eficaz, ayudada por ese fiel tren delantero que se deja guiar de forma espectacularmente eficaz. Al Giulia le da lo mismo que las curvas sean cerradas o amplias, su comportamiento es siempre seguro y fácil de llevar y predecir aunque se maneje el coche con decisión, pues su talante, siempre deportivo como buen Alfa, lo permite sobradamente. En carreteras despejadas su direccionabilidad esta más que asegurada.

Entre las varias versiones que se ofrecen del Giulia, hemos elegido para la prueba la que dispone de una motorización que posiblemente sea de las más solicitadas, la 2,2 diesel de 180 CV, un motor que a pesar de ser de gasóleo que puede parecer “un pecado” en un Alfa Romeo, se comporta con tanto brio y desenvoltura que casi parece un eficiente gasolina. Su par de 380 Nm. a 1.500 r.p.m., asegura unas recuperaciones bastante brillantes. Pero donde muestra su mayor potencial es en la parte media y alta de sus revoluciones, ya que es capaz de alcanzar los 230 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en solo 7,2 segs., lo que no esta nada mal para un diesel y un coche que pesa cerca de los 1.400 kilos, pues no en vano estos estan contenidos gracias al empleo de materiales ligeros en la construcción del chasis y muchas partes mecánicas y de las suspensiones. Pero estas más que respetables prestaciones no se traducen en un consumo alto, sino todo lo contrario, pues una cifra de 4,2 litros de consumo medio es realmente espectacular. La caja de cambios manual (En este caso) dispone de 6 velocidades, con unas relaciones muy bien estudiadas y compaginadas con las características de la planta motriz.

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