Asumido ya que la remuneración de los empleados está formada por una parte fija y otra variable y que el dinero no es lo único que sustenta la relación entre la empresa y sus empleados, los viajes de incentivo se plantean como una fórmula para conseguir mejores resultados tanto en el aspecto económico, por ejemplo alcanzar cierta cifra de ventas, como en los operativos, por ejemplo disminuir el tiempo de respuesta a las peticiones de los clientes.
Otro aspecto de los viajes de incentivo es que, bien diseñados y organizados, sirven para cohesionar equipos, marcas metas comunes o aumentar el sentimiento de pertenencia a la organización. Ya hay empresas que realizan eventos de estas características dirigidos incluso hacia sus proveedores.
El viaje de incentivo debe ser algo que resulte atractivo para que pueda realmente motivar a los interesados al esfuerzo adicional que significará conseguirlo. Por eso, los objetivos a lograr han de estar perfectamente claros y ser bien comunicados dentro de la empresa.
En cuanto a su organización, debe ser algo más que visitar un destino. Tiene que ser algo que cree nexos emocionales con la empresa y con el grupo. No es lo mismo que ganar un sorteo. Si tenemos en cuenta que, generalmente, el gasto del viaje se cubre con la consecución de los objetivos, ya sean estos de aumento de ventas o de disminución de costes, los participantes no pueden sentirse defraudados.
La organización de un evento debe hacerse con tiempo suficiente para poder comunicar bien dentro de la empresa cuáles son los objetivos a alcanzar y así motivar a la participación. También será importante que cada participante tenga información actualizada sobre el cumplimiento de sus objetivos y recordarle a cada uno lo exclusivo del viaje y de las actividades que tendrán lugar durante el mismo.
Y al final, el viaje o el evento de incentivo deben tener la suficiente inventiva para cumplir las expectativas creadas.
Durante el viaje, la proporción entre turismo y trabajo debe estar muy equilibrada. Así se conseguirá cumplir con las expectativas de los viajeros y, además, su participación activa en los planes de la empresa.
Si estamos pensando en algo especial, como es un viaje de incentivo, no podemos organizarlo como un viaje normal, por muy exótico que sea el destino. Para asegurar el éxito se puede recurrir a agencias especializadas, como Imagine Events.
Imagine Events es un referente en el sector de los viajes incentivos, reuniones, conferencias y exposiciones. Pueden ofrecer las mejores condiciones de contratación en cualquier parte del mundo a través de su Red Mundial de Proveedores directos y brindan una atención personalizada a cada cliente al trabajar con su visión y su presupuesto.