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No, es el Opel Adam S

No, es el Opel Adam S
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Por Mariano García Viana
domingo 03 de enero de 2016, 23:30h
Quizás parezca exagerado el antetítulo sobretodo porque es una frase inspirada nada menos que en las historias de Superman, pero con ella y salvando las distancias queremos dar a entender lo que el nuevo Adam S ofrece y las posibilidades de disfrute que puede proporcionar a sus conductores.

Y es que desde luego el pequeño Opel es un coche para disfrutar de él conduciéndolo en vano contamos con 150 CV bajo el pié, un peso de poco más de mil kilos, unas dimensiones reducidas y una dirección rápida y precisa. El mencionado brioso motor es un cuatro cilindros, de 1.4 litros de cilindrada, dotado de inyección indirecta, sobrealimentado por un turbocompresor y un sistema tipo VANOS de distribución variable para las válvulas de admisión y escape. Además los árboles de levas son huecos y el colector de admisión es inusualmente de plástico. Los 150 briosos caballos se consiguen entre las 5.000 y las 5.500 r.p.m. y su par es de 220 Nm entre las 3.000 y las 4.500 vueltas, con lo que es fácil de adivinar que el amplio periodo de utilización a la potencia máxima facilita unas reacciones rápidas y desde luego electrizantes. Como muestra de sus interesantes prestaciones, digamos que su velocidad máxima es de 210 km/h y su aceleración de 0 a 100 km/h de 8,5 segundos. Aunque parezca “raro”, con esas cifras deportivas, el consumo medio no llega a los 6 litros y eso que mayormente se le conduce como pide, es decir, sacándole el “jugo”, no olvidemos que se cuenta con el sistema de “Star&stop”, lo que también ahorra en las paradas. Por su parte, el nivel del consabido CO2 se sitúa en los 139 grs. al kilómetro.

Pero independientemente de sus prestaciones el Adam S, lo que mayormente proporciona es diversión. Ratonear con él es de lo más fácil, salir el primero en los semáforos sin aparente esfuerzo es “pan comido”, doblar curvas sin fin de forma sucesiva, es de lo más divertido, pues el coche va por donde queremos sin ningún extraño y sin hacer esfuerzos extras sobre el volante, ya que la dirección es muy directa y con un solo golpe se cambia de trayectoria. La caja de cambios manual es de 6 relaciones y estas están muy bien estudiadas para que puedan sacar, cada una de ellas, lo mejor del excelente motor.

Si el Adam “normal” ya tenía un comportamiento sano, que comportaba una gran facilidad para conducirle, el S y a pesar del aumento considerable de sus prestaciones supera todavía más a aquel, ya que los ingenieros de Opel han trabajado concienzudamente en el chasis. Se han revisado los muelles de las suspensiones, endureciéndoles considerablemente, lo que resta confort en zonas bacheadas, pero que hace que el Adam entre como una tabla en las curvas, a pesar de que se circule con suma rapidez. También se ha trabajado en el sistema de rueda tirada que monta el eje trasero, para evitar posibles deslizamientos de esa zona al ir muy rápido en zonas viradas, por el contrario se mantiene el sistema McPherson más barra de torsión del tren delantero que siempre se muestra muy seguro y eficaz. La dirección casi es como la de un kar, es decir superrápida y precisa gracias a su asistencia eléctrica. El Adam S, combina perfectamente, su concepción eminentemente urbana, por su tamaño y maniobrabilidad y su espíritu deportivo, gracias a las mencionadas elevadas prestaciones.

Y ya que mencionamos su concepción urbana, veamos cómo es este `pequeño “urbanita” capaz de “mojar la oreja” a muchos coches de superior categoría potencia y envergadura y en qué se diferencia de sus hermanos “menores”. De entrada digamos que su tamaño de 3,7 metros de longitud, le permite desenvolverse con envidiable agilidad en el tráfico agobiante de las grandes ciudades. Y dentro de ese maremagnun de coches, muchos de los cuales son también de pequeño tamaño, el Adam S destaca sobre manera, parece un deportista “metrosexual” entre un enjambre de personas a la salida del metro en hora punta y ello es debido al “traje” con el que se ha querido “vestir” a esta versión. La parrilla, presidida por el logo de Opel, parece colgar debajo de los faros y formando parte de para golpes, como una gran entrada de aire negra, a cada lado de la cual se sitúan los antiniebla, quizás en posición un tanto alta, pero que desde luego combina perfectamente con las formas de la mencionada calandra. Los faros algo más arriba y de formas irregulares, se prolongan por el corto capó. Por el contrario el parabrisas es de buenas dimensiones y en su parte superior se prologa ligeramente por el abombado techo que, en su parte trasera se corta bruscamente hacia la luneta. Ello es debido a que el corto tamaño del coche hace que las rudas trasera se sitúen en el extremo de la carrocería, para así aprovechar al máximo el espacio en el habitáculo.

Esta casi vertical trasera esta coronada por un espectacular alerón que deja entrever las posibilidades deportivas del coche. La luneta, ligeramente abombada en los extremos para prolongarse lateralmente, permite una buena visibilidad hacia atrás. Los grupos ópticos, con su forma lumínica de bumerang, emulan las luces de día de los faros, con lo que hace fácilmente reconocible al coche como un Opel. También imitando a la parte delantera y concretamente a los antiniebla, en los extremos del amplio y voluminoso parachoches se encuentran dos faros redondos, uno para el antiniebla y otro para la marca atrás. La salida del escape cromada de forma ovalada, más las llamativa llantas, de 18” de cinco radios de color negro y acero. En conjunto, y como ya hemos dicho, un pequeño y agresivo modelo que respira juventud por los cuatro costados de su diseño.

El interior, como no podía ser menos, también tiene un aspecto netamente deportivo, sobre todos sus asientos tipo baquet, que sujetan perfectamente el cuerpo. Pero una gran cantidad de detalles significan el talante del coche, pues la S de la versión está presente en varios detalles, como en una banda de color que cruza la parte del salpicadero frente al copiloto o en el indicador del cuentavueltas. También toques de color dan un pequeño aire desenfadado al por lo general sobrio diseño alemán. También los indicadores rojos, así como los cromados que adornan las viseras individuales de los relojes, aportan a acrecentar el talante deportivo que tiene el Adam S. Las grandes salidas de aire centrales, desplazan la pantalla multifunción a una posición demasiado baja para que resulte cómodo de ver su datos de un simple vistazo. El habitáculo en general tiene un aspecto, como así es, de emplear materiales de buena calidad y los ajustes están igualmente a un alto nivel. Si los asientos delanteros ofrecen una comodidad y sujeción excelente, el trasero, solamente adecuado para dos personas, debido a las reducidas dimensiones del coche y siempre que estas no sean de grandes dimensiones y los asientos delanteros no estén muy desplazados hacia atrás. El maletero, como es de suponer tiene una capacidad muy limitada, de 170 litros, siempre que no se abate el asiento trasero, con lo que la capacidad aumenta hasta los 663 litros de capacidad. El equipamiento es completo y además a través de las opciones se puede completar aún más.

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