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Buque insignia con todo merecimiento

Skoda Superb 2.0 TDI 190 CV 4x4 DSG

Skoda Superb 2.0 TDI 190 CV 4x4 DSG
Por Mariano García Viana
martes 12 de enero de 2016, 23:15h

Muchos somos los periodistas que denominamos como buque insignia a los modelos de mayor categoría en las distintas gamas de las diversas marcas, pero en esta ocasión su aplicación al Superb de Skoda, se puede considerar como una de las más acertadas, por no decir la que más, ya que el coche es un auténtico acorazado dentro y fuera del fabricante checo.


Aunque ya en 1934/5 Skoda había puesto sus miras en el segmento de las grandes berlinas con el lanzamiento del primigenio Superb que llegó a tener una versión de tres litros de cilindrada, que por cierto no tuvo mucho éxito en el mercado e incluso ya comenzada la II Guerra Mundial produjo un número muy reducido dotado de un motor V8, no ha sido hasta 2001 cuando se ha recuperado el nombre y se ha fabricado una gran berlina moderna y tecnológicamente avanzada, como lo demuestra la tercera generación actual lanzada hace unos meses. Un coche que, se mire por donde se mire, tiene una gran representación y un espacio interior envidiable.

Si como decimos desde su “renacimiento”, el Superb se conformó como una berlina media alta, ahora desde luego, ha dado un salto hacia arriba y ya es decididamente un coche de clase alta. Su último diseño ha mejorado notablemente su contorno, su equipamiento ha subido de categoría y la calidad de los materiales prácticamente ya se codean con coches premiun. Exteriormente el coche está francamente conseguido y en sus formas rectilíneas, que marcan su contorno, se aprecia un conseguido estudio aerodinámico. El amplio capó está marcado por unas acertadísimas nervaduras que, además de darle consistencia, también colaboran en darle un aspecto moderno y elaborado. Lo mismo ocurre con el paragolpes y con los faros, por supuesto de xenón y los alargados antiniebla-luces direccionales. Todo está dominado por líneas rectas y ángulos marcados, incluso la tradicional calandra de la marca, adquiere un nuevo aspecto más moderno. En el lateral, volvemos a encontrarnos las nervaduras rectas, que estilizan y dan mayor longitud a una carrocería ya de por sí de generosas dimensiones. Una de ellas recorre el coche desde la esquina superior de los faros, conforma la plano superior de los grupos ópticos traseros y forma parte del diseño de la tapa del maletero por encima de la matrícula. Estos mencionados grupos ópticos, a base de leds, ocupan una buena parte de la atractiva parte trasera ocupada en gran parte por el capo del maletero que no sobresale especialmente para remarcar que se trata de un tres volúmenes, pero oculta un portón que incluye la amplia luneta y que da entrada a un auténticamente cavernoso maletero que 625 litros de capacidad, pero que se puede ampliar nada menos que hasta los 1.760 litros, casi más que los de una furgoneta.

Ya que hemos hablado de “interiodidades” del Superb como es su maletero, demos un repaso por el habitáculo y comprobemos de solo un vistazo que el espacio disponible es impresionante, sobre todo del que disponen los pasajeros de atrás para las piernas, no hay quién lo iguale. Otra apreciación ineludible es la buena disposición de todos los elementos y la sensación de confort, sin grandes concesiones al lujo desmedido, pero con unos buenos asientos de piel en esta versión máxima y un tonos bicolor que realzan todo el habitáculo. El amplio salpicadero es de diseño sencillo, pero muy ergonómico y sobre todo con una buena terminación. La posición ante el volante es la ideal, aunque este quizás sea algo grande, pero es que en el Superb todo es grande. El cuadro es típico de Skoda, fácil de entender y con los indicadores habituales separados por la pantallita, no menos habitual en el Grupo VW, que informa de las distintas opciones del ordenador. La pantalla multifunción de generosas dimensiones se sitúa bajo las salidas de aire y a su alrededor y en su parte inferior, los botones de los distintos elementos del equipamiento y de activación del potente climatizador.

Como decimos, la calidad y ajuste de los materiales están muy cuidados y son agradables al tacto, además, el interior tiene detalles ya vistos en el anterior Superb, pero que siguen siendo únicos en el mercado, como el hueco que hay en cada una de las puertas delanteras para llevar un paraguas. Estos huecos están ventilados y puede introducirse en ellos el paraguas mojado sin efectos secundarios. Otro detalle que se agradece es la cantidad de huecos disponibles y su tamaño. En los de las puertas (las cuatro) cabe una botella de 1,5 litros mientras que en el hueco que hay bajo el reposabrazos delantero cabe sin problemas una tableta digital y dispone de una salida de aire e iluminación. Detrás y delante del selector del cambio hay dos huecos donde dejar un teléfono móvil o una billetera y el tamaño de la guantera es lo suficientemente grande como para meter la documentación y un chaleco de alta visibilidad sin apreturas. Otra novedad en esta versión es que tiene habilitado SmartLink, una tecnología que engloba los sistemas MirrorLink, Apple Car Play y Android Auto y que permite manejar algunas de las aplicaciones de un teléfono móvil inteligente (smartphone) a través de la pantalla del coche. Un gran número de elementos componen el equipamiento, entre los que cabe destacar: el sistema de frenado de emergencia, el programador de velocidad activo, el avisador de mantenimiento de carril, el avisador de ángulo muerto en los retrovisores (BLIS), sistema de reconocimiento de señales, pantalla trasera…..y un largo etcétera que hace muy agradable el viajar en el Superb.

La versión probada montaba un potente motor TDI de dos litros y con un rendimiento de 190 CV a 3.500/4.000 vueltas. Un motor que con un par de 400 Nm entre 1.750 y 3.250 r.p.m., deja entrever un excelente rendimiento, lástima que al ralentí y en velocidades cortas deje sentir su presencia con demasiada notoriedad, hecho éste que va desapareciendo según de engranan velocidades más largas y se gana velocidad, desde luego el coche se merece un motor más silencioso, es lo “que le pega al coche” como diría aquel. Pero si la rumorosidad en parado o a poca velocidad es alta, su funcionamiento es excelente, pues siempre está dispuesto a entregar la potencia en cualquier circunstancia y su diseño es sumamente moderno, adquiriendo toda la más moderna tecnología diesel del momento (Turbo de geometría variable, intercooler, inyección directa, common rail….9. Como es fácil de comprender las prestaciones de esta confortable vehículo son más que respetables, pues su velocidad máxima se sitúa en los 230 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h es de solo 7,6 segundos. Casi como un deportivo a pesar de que su peso supera los 1.600 kilos. En lo que se refiere al consumo las cifras son contrarias a las prestaciones, ya que la media es de solo 4,9 litros, casi como un utilitario. Al contar con el sistema Star&Stop se reduce considerablemente en la circulación en ciudad o en caravanas. La caja de cambios automática DSG de 6 velocidades, como en otros modelos del Grupo, funciona a la perfección y se adapta a las características del motor sin ningún problema.

Si las prestaciones son brillantes, su aspecto magnífico y su habitáculo más que confortable, su comportamiento esta desde luego a la misma altura. El Superb se maneja fácilmente, parece más pequeño de lo que es en realidad, y se sujeta con una eficacia envidiable, transmitiendo una gran sensación de seguridad, gracias a las sólidas y bien estudiadas suspensiones, con McPherson delante y paralelogramo deformable atrás, por supuesto con sus barras estabilizadoras correspondientes. Desde luego no es un coche, por su envergadura no por otro motivo, para flirtear por carreteras muy viradas, aunque incluso en ellas se comporta perfectamente gracias a su tracción integral, pero en carreteras despejadas es un auténtico AVE con todas las comodidades que se relacionan con él.

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