Mercedes siempre se ha caracterizado por diseñar coches con silueta coupé a lo largo de su extensa historia, por eso no es de extrañar que con la última versión de su modelo coupé de la Clase C, haya conseguido un vehículo completamente personal, distinto y desde luego con un aspecto claramente deportivo, sobre todo en la versión AMG Line que montaba la unidad de pruebas.
Hemos comentado en la entradilla que el C Coupé es un coche distinto y realmente lo es, sobre todo en su parte trasera, que podrá gustar o no, pero de lo que no hay duda es que es personalísima. Por el contrario el frontal no despierta dudas sobre su atractivo y su deportividad. De entrada nos encontramos con una parrilla de efecto diamante, con pasadores cromados, presidida por la gran estrella del logo de la marca y escoltada por unos modernos y rasgados faros, que por cierto proporcionan una estupenda iluminación, gracias a la tecnología Matrix leds con la que están equipados. La parte más baja del paragolpes está ocupada por tres grandes entradas de aire de color negro y rematadas en su parte más inferior por un sobresaliente difusor para canalizar el aire que circula por debajo del coche. El largo capó luce unas nervaduras que van desde las esquinas inferiores del parabrisas hasta las de la citada parrilla, aportando una buena dosis de dinamismo y fluidez a esta parte delantera.
En la visión lateral se aprecia claramente una línea de cintura bastante alta y una certificación de esa citada fluidez, gracias al denominado “dropping line”, que con su forma sinuosa recorre la carrocería desde el paso de rueda delantero hasta los grupos ópticos traseros, aportando un juego de luces y sombras, que denota el saber hacer de los diseñadores de Mercedes. En esta visión lateral, se aprecia claramente el carácter coupé de coche, pues el techo, prácticamente desde la parte alta de parabrisas se abomba y desciende hasta el borde de la corta tapa del maletero. Para rematar el carácter deportivo del C Coupé, digamos que la altura con respecto al suelo se ha rebajado en 15 milímetros y en esta versión AMG Line, las llantas de 18 pulgadas son exclusivas, además de sumamente atractivas. Lo que más llama la atención de la trasera es quizás la poca altura que tiene la luneta, los grupos ópticos horizontales de leds y que el panel vertical que conforma el maletero, se prologa oblicuamente hacia atrás junto con el paragolpes, aumentado de esta forma lo longitud del coche. La tapa del maletero integra un discreto y curvo alerón, mientras que los escapes de forma trapezoidal se sitúan a cada lado del difusor trasero. En definitiva un bonito y deportivo coupé que dispone de una auténticamente peculiar trasera.
Las amplias puertas laterales, de cristales sin marco, dan acceso a un interior que, como es de esperar en Mercedes, denota calidad, buen gusto y un perfecto ajuste de todos sus elementos, añadiendo un no menos atractivo toque deportivo como corresponde a la versión AMG Line de la unidad probada. Además, como también es habitual, todo está colocado y diseñado en el lugar más adecuado y fácil de manejar. El cuadro virtual es igualmente fácil de interpretar y ofrece una información muy completa, con los dos clásicos indicadores de gran tamaño, de cuentavueltas y velocímetro, separados por una pantalla que refleja la información más importante de ayuda a la conducción. En la parte alta del salpicadero se sitúa la pantalla táctil multifunción de forma “superpuesta” como se está poniendo de moda en otros modelos del mercado. La ancha consola integra las redondas (tres) salidas de aire y los mandos del climatizador, en lo que pudiéramos llamar zona vertical, mientras que en la horizontal además de un generoso hueco para objetos con su tapa, se sitúan la rueda de manejo de las distintas funciones de la pantalla y el infoentretenimiento, escoltada por diversos botones para la elección de la forma de conducir y de comportarse el coche.
La piel está presente por todo el coche, salpicadero, puertas y sobre todo en los asientos de diseño deportivo, y realmente cómodos, con los reposacabezas casi integrados en los respaldos, su regulación es eléctrica y como en la mayoría de los Mercedes tiene su mandos en la puerta, muy a la vista y sobre un fondo de color aluminio que le da un toque más personal aún. El trasero acoge mejor a dos personas que a tres por su propio diseño y su respaldo se puede abatir para aumentar la capacidad de un maletero con formas regulares y que tiene una capacidad de 380 litros, que no está nada mal.
El C Coupé esta muy bien equipado y la lista de sistemas de seguridad y de asistencia a la conducción, agrupados bajo la filosofía de Mercedes “Intelligent Drive”, es casi infinitamente larga, pero se pueden destacar sobre ella la “Attention Assist”, que puede advertir del cansancio y distracción del conductor, el “Collision Prevention Assist Plus”, que incluye una advertencia acústica para el conductor a partir de 7 km/h y el servofreno de emergencia adaptativo, que ayuda a prevenir colisiones aumentando la presión de frenado en función de la situación. Si se detecta un peligro persistente de colisión y el conductor no reacciona, el sistema puede frenar de forma autónoma circulando a una velocidad de hasta 200 km/h y reducir así la gravedad del impacto con vehículos circulando a menor velocidad o en maniobra de frenado, o incluso, en el mejor de los casos, evitar la colisión. El sistema reacciona también a vehículos detenidos y frena por sí mismo hasta una velocidad de 50 km/h. Si la velocidad es menor de 40 km/h puede evitarse así una colisión por alcance. Como decíamos, la lista de elementos de seguridad, confort e infoentretenimiento es prácticamente inacabable y necesitaría mucho más espacio del que disponemos, pues todas las tecnologías más modernas están aplicadas a esté C Coupé.
Está versión 250 d, monta un motor diésel de cuatro cilindros, de 2.143 c.c., que dispone de un rendimiento de 204 CV a 3.800 r.p.m. y un par de nada menos que 500 Nm entre 1.600 y 1.800 r.p.m., con lo que es fácil adivinar que las prestaciones son más que importantes, como así es, 247 km/h de velocidad máxima y aceleración de 0 a 100 km/h en tan solo 6,7 segundos y todo ello con un consumo medio de solo 4,2 litros. Una mecánica realmente eficiente, lástima que al ser un diésel en velocidades cortas o al ralentí se deje oir en demasía, pero una vez lanzado el coche la rumorosidad mecánica apenas llega al habitáculo, aunque dadas las características deportivas del coche y al ser un coupé un motor de gasolina parece más indicado. De todas formas, desde muy bajas vueltas el motor empuja con decisión y no para de hacerlo hasta que levantemos el pie del acelerador, pues la “acompañante” de esta motorización es una eficiente caja de cambios automática, G-Tronic, de nada menos que 9 velocidades, que se encargan de proporcionar al coche la relación más adecuada en cada momento. De todas formas el conductor el conductor puede elegir entre diferentes modos de conducción, desde una utilización económica hasta una Sport+, que juega con la respuesta del motor, la suspensión, el cambio automático y la dirección. En modo Eco o Comfort se consigue la comodidad absoluta, ya que las suspensiones son más suaves y el cambio alarga las relaciones. Si se pasa a los modos deportivos, se endurecen las suspensiones, se mejora el comportamiento, el coche se vuelve más ágil y los cambios de velocidad se acortan más para aprovechar la potencia.
El comportamiento del C Coupé se puede calificar de magnífico, la construcción ligera con porcentaje elevado de aluminio hace que el coupé sea más ligero que su antecesor. Los guardabarros, el capó y la tapa del maletero, entre otros, están ejecutados en aleación ligera. Al mismo tiempo, la carrocería es mucho más rígida y robusta gracias al empleo de materiales de alta resistencia. Ello repercute positivamente no sólo en el dinamismo de conducción y en el nivel acústico del vehículo, sino también en la seguridad en caso de impacto. Las suspensiones con paralelogramo deformable, delante y atrás, con sus correspondientes barras estabilizadoras, sujetan al coche a la perfección, mientras que la dirección eléctrica con asistencia variable, facilitan la agilidad del C Coupé en las zonas más viradas.