Para UNESID, la carta sostiene que la propuesta actual supone favorecer la producción en terceros países, con aceros que generan más emisiones de CO2 y con nula innovación, a la vez, que propicia la reducción de actividad industrial y de puestos de trabajo en Europa y en España, que apenas está saliendo de una crisis que ha durado ya una década.
EUROFER, asociación siderúrgica Europea a la que pertenece UNESID, publicó ayer una carta abierta suscrita por la totalidad de la producción siderúrgica europea –incluyendo por tanto la española-, en la que insta al Consejo de la UE a adoptar varias de las propuestas que el propio Parlamento Europeo ha considera ya y que aminorarían el efecto de las modificaciones Comercio de Emisiones de CO
2 más allá del 2020 en el sector siderúrgico, uno de los más afectados, tanto por el efecto de un déficit directo en las asignaciones de CO
2 como por la repercusión excesiva de dicho coste en un mercado marginalista de la electricidad y en un país que prácticamente no compensa dicha repercusión.
https://unesid.org/docs/20170529_nprensa_eurofer_unesid_carta-abierta-ets_.pdf
https://unesid.org/docs/spanish-20170517-ceo-letter-on-ets-trilogue_final-short-final-with-title....pdf
UNESID desea mostrar su apoyo a esta iniciativa de EUROFER, y en palabras de su director General, Andrés Barceló sostiene que “la reforma del Comercio de Emisiones Europeo (ETS EU) tal como está diseñada representa un importante sobrecoste incluso para la mejor de las mejores siderúrgicas europeas, algo conceptualmente inadmisible y claramente en contra de lo acordado por los Primeros Ministros de la unión Europea en octubre de 2014”.
http://www.consilium.europa.eu/es/press/press-releases/2014/10/pdf/Consejo-Europeo-(23-y-24-de-octubre-de-2014)-Conclusiones-sobre-el-marco-de-actuación-en-materia-de-clima-y-energía-hasta-el-año-2030/
Para UNESID, la carta sostiene que la propuesta actual supone favorecer la producción en terceros países, con aceros que generan más emisiones de CO2 y con nula innovación, a la vez, que propicia la reducción de actividad industrial y de puestos de trabajo en Europa y en España, que apenas está saliendo de una crisis que ha durado ya una década.
La carta se estructura en torno a las propuestas que ha considerado el Parlamento Europeo y que reducirían en cierta medida el déficit de asignación del sector que en caso contrario llegará al 35% entre 2020 y 2030, estimando necesidades para una producción similar a la actual. Andrés Barceló, considera que “la carencia de CO2 en el sector siderúrgico, en contra de lo que ocurre con la inmensa mayoría de los demás sectores industriales incluidos en el ETS, es un hecho desde el presente año 2017. El sector ha consumido ya los excedentes de CO2, que se acumularon como fruto de la crisis y la reducción de actividad aparejada, y que en España aminoramos gracias a un ingente esfuerzo exportador”.
UNESID considera que el Consejo debe contemplar en el acuerdo las siguientes medidas ya asumidas por el Parlamento Europeos:
- menor porcentaje de subasta de CO2 a favor de un mayor porcentaje de asignación a la industria,
- consideración de los gases que necesariamente surgen de la planta de producción de acero a partir de mineral de hierro, en función de sus características físicas reales y no comparándolo con gas natural,
- un coeficiente de ajuste de las emisiones industriales diferente para los sectores con elevado coste asociado al CO2 -directo y por la electricidad- y exposición elevada al comercio internacional, lo que haría posible trasladar el coste del CO2 al precio final del producto, de forma que sea el consumidor quien tome la decisión de compra, algo imposible para el acero ya que la competencia está globalizada y el acero se mueve por todo el mundo,
- que los países apliquen una compensación completa por los beneficios que obtienen las compañías eléctricas al facturar un CO2 en todos los kW eléctricos, que solo se emite parcialmente, siendo dicha posibilidad opcional para cada Estado.
Andrés Barceló, director general de UNESID, recalca la importancia de este último punto dado que “en España el acero se produce en gran medida reciclando residuos férricos, un proceso intensivo en electricidad”.