El problema de la acumulación de basuras en las calles y la falta de higiene en la ciudad amenaza con convertirse en un problema crónico. Mientras el ayuntamiento continúa revisando el estado de concesión de la limpieza municipal a varias empresas, a cuya responsabilidad atribuye el mal estado de la ciudad, la concejalía de Medio Ambiente continúa elaborando el Protocolo de Limpieza Integral para 2017.
El texto se llevará al pleno en la sesión del próximo miércoles 27 y en él se abordarán las cuestiones, que, ya sin conocerse en detalle, han suscitado la crítica y el interrogante en algunos sectores de la ciudadanía.
Dicho plan contempla, según aseguraban hace unos días en rueda de prensa la responsable del área de Movilidad y Medio Ambiente, Inés Sabanés y la portavoz del consistorio, Rita Maestre, la imposición de sanciones a particulares y comerciantes que ensucien la ciudad.
Por otro lado, la alcaldesa anunciaba a los medios la colaboración de la entidad que preside con la Universidad Complutense. Dicho acuerdo, en fase de estudio, incluye la participación de los estudiantes en labores de reciclaje y limpieza, sin saberse todavía en qué grado y a qué niveles, aunque Carmena ha aclarado ya que no como limpiadores, tal como se especuló al principio.
Sobre la primera cuestión, desde Le Morne Brabant, y siempre a la espera de conocer la redacción final del texto, se señala que no está claro, que nos encontramos en un marco legal dudoso y difuso en el que el administrado puede verse indefenso.
Por un lado, asegura el letrado José Carlos Avendaño, sí se puede multar a un ciudadano por cometer una infracción como ensuciar la calle, pero puede hacerse si dicha infracción está tipificada en una ordenanza o reglamento independiente al plan que la promueve dicha sanción.Plaza remite a la jerarquía normativa, además de recordar que en dicha normativa se debe tipificar claramente cuáles son las infracciones de manera clara y cuál es la sanción.
En cuanto al debatido asunto del voluntariado y también a la espera de que el ayuntamiento especifique los detalles y la implicación final de los estudiantes en las labores de limpieza de la ciudad, Le Morne Brabant explica , por si algún ciudadano tiene todavía duda, a pesar de que Manuela Carmena dejó claro que ésta no era su intención, que ningún ayuntamiento puede obligar a una persona a realizar labores de limpieza, puesto que no se pueden trasladar las obligaciones del administrador al administrado.
En este sentido, la alcaldesa de Madrid ha remitido a la figura del voluntariado, un marco que también, según afirma el despacho de abogados, se encuentra también con vacíos legales. De hecho, no es la primera vez que las administraciones tratan de recurrir a esta figura. Lo hizo la propia Carmena al hablar de cooperativas de madres y lo trató de implementar la antigua regidora madrileña Ana Botella en las bibliotecas madrileñas, sin éxito.
El problema, afirma Avendaño, es la incompatibilidad legal de estas funciones con la posible sustitución de puestos de trabajo remunerados. Es el juez, añade, quien tiene que diferenciar entre un trabajo remunerado y otro voluntario y la interpretación de qué labor se engloba en qué categoría supone “hilar muy fino”.
En el tema que nos ocupa, el de los estudiantes, habrá que separar la gestión, la prestación y la administración y estudiar detenidamente el trema retributivo y su posible legalidad, de la que el abogado tiene muchas dudas.
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