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Definir fortalezas y debilidades para tener éxito a nivel internacional

Por Diana A. Filipescu, PhD.
miércoles 04 de octubre de 2017, 09:47h
La internacionalización es un tema importante para las empresas que a menudo se traduce en un crecimiento vital, resultados útiles del aprendizaje, un rendimiento financiero superior y minimización del riesgo.
No obstante, el éxito a nivel nacional no garantiza el éxito internacional, debido tanto a la existencia de otros competidores internacionales como a la pérdida de las posibles ventajas competitivas reconocidas solo en el mercado de origen propio. Por eso, es muy importante que las empresas realicen un exhaustivo análisis interno, y que tengan claro cuáles son las fortalezas que les serán útiles en los mercados internacionales.

El primer requisito clave para internacionalizarse es contar con los recursos necesarios ya que, de lo contrario, la salida al exterior puede terminar en un fracaso. Los recursos de la empresa se dividen en tres categorías: tangibles, intangibles y humanos.

Los recursos tangibles son más fáciles de identificar ya que se pueden ver, se pueden tocar, se pueden valorar. Dentro de esta categoría distinguimos los financieros y los físicos.

Frente al proceso de internacionalización, la empresa debe prestar suma atención a los recursos financieros de los que dispone, ya que una limitación de estos bienes puede representar una barrera significativa en un sentido muy amplio: para financiar la actividad productiva de la empresa, el capital circulante y para financiar los esfuerzos para desarrollar su actividad internacional (visitar mercados, participar en ferias, campañas de marketing…).

En cuanto a los recursos físicos, se debe mirar si la empresa tiene la capacidad para aumentar su producción. En caso contrario, intervendrían los recursos financieros para aumentar dicha capacidad. Además, a medida que la empresa se sienta segura y con posibilidad de crecer, deberá comprometerse a largo plazo con el mercado y considerar abrir una filial propia en el extranjero.

Por otro lado, se deben considerar los recursos intangibles, muy importantes para las empresas en la actualidad. De hecho, muchas compañías se benefician más de sus recursos intangibles que de los tangibles. Estos recursos no aparecen en los estados contables de la empresa y no es fácil valorarlos. Dentro de esta categoría distinguimos la reputación, la tecnología y la cultura de la empresa.

A la hora de desarrollar actividades en mercados exteriores se debe prestar especial atención a la reputación de la empresa como una fuente de ventaja competitiva, ya que se asocia entre los clientes con la propia reputación de los productos. La reputación de la empresa es la razón por la cual un consumidor está dispuesto a pagar una cantidad extra por un producto o servicio en el que confía plenamente.

La tecnología, por otro lado, representa una ventaja competitiva imprescindible en el mercado internacional. Es la base de la innovación y la propiedad intelectual (registro de marcas, patentes, derechos de propiedad, secretos comerciales).

El más intangible de los recursos de una empresa es quizás su cultura organizativa, pero es a la vez uno de los más valiosos, puesto que representa la identidad de la empresa: su forma de trabajar, sus rutinas, su orientación, sus comportamientos.

Finalmente, es necesario valorar los recursos humanos. Estos se relacionan con todo aquello que ofrecen las personas a las empresas en las que realizan su actividad laboral. Es muy complicado dirigir un equipo de personas debido a la heterogeneidad de las mismas. Son recursos difíciles de valorar porque, como ocurre con los recursos intangibles, no aparecen en los estados contables.

Los recursos humanos son de suma importancia en el proceso de internacionalización de la empresa y de ellos depende el éxito internacional. La internacionalización precisa tener gestores preparados para ella, con un conocimiento mínimo de cómo funcionan los mercados internacionales.

De acuerdo a la valoración que se puede hacer de los recursos y capacidades, mediante un benchmarking y la matriz de evaluación de factores internos, la empresa puede determinar cuál es el mercado más adecuado en el que entrar, en base a la calidad del producto, la capacidad de entender la cultura del destino, y qué cambios deben realizarse en el producto o servicio para adaptarlo ese nuevo mercado.

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