Un confort óptimo y una gran versatilidad han caracterizado al Zafira desde que Opel lo presentó en 1999. Hasta la fecha, la marca de Rüsselsheim ha vendido alrededor de 2,7 millones de unidades del Zafira, principalmente a familias y profesionales que necesitan un vehículo espacioso y flexible para realizar largos desplazamientos con todo el confort.
Después de la última remodelación, que ha convertido al Zafira en una nueva generación de éste, presenta un aspecto mucho más dinámico, con un nuevo diseño de los faros delanteros, junto con una parrilla delantera completamente innovadora, parece más deportivo y actual. La barra cromada con el logo esculpido, une ópticamente los faros, acentuando la impresión de anchura. Además, la forma de “doble ala” de las luces diurnas, típica de Opel y perfectamente tallada caracteriza el diseño de los nuevos conjuntos de iluminación. Las ruedas están enmarcadas por unos señalados pasos de rueda. Todo ello da al frontal del nuevo Zafira una estampa sólida, deportiva y dinámica, a lo que colaboran los antinieblas direccionales situados en los extremos de la entrada de aire inferior al paragolpes. Lateralmente se aprecia que la línea de cintura se eleva ligeramente hacia atrás, aun conservando una generosa superficie acristalada. La tercera ventanilla ya marca sobradamente esa elevación en cuña, lo que deja adivinar una mayor altura en la zona de carga del maletero. Por su parte, la trasera esta dominada por los bien dimensionados grupos ópticos que “invaden” parte de la amplísima luneta y el lateral de la carrocería. El portón de grandes proporciones invade a su vez el paragolpes, con lo que al quedar muy baja su apertura facilita las operaciones de carga y descarga.
En el interior, el Zafira muestra un puesto de conducción y un salpicadero completamente nuevos, ahora con un diseño elegante y simple, sobre todo en el lado del acompañante que se ofrece completamente limpio, pues tanto un pequeño hueco y la guantera, se sitúan en la parte más baja. Este nuevo diseño además de crear un ambiente de perfecta visibilidad hacia adelante y asegura que la pantalla y los controles se encuentren en la zona donde se alcanzan de forma óptima. La pantalla táctil, de 7 pulgadas, del sistema multimedia, está integrada en la parte alta de la consola, pero sin sobresalir y con salidas de aire verticales a cada lado de la misma. Se han eliminado una gran cantidad de interruptores cuyas funciones ahora se activan o desactivan en la propia pantalla. El resto de mandos están integrados con precisión en el diseño general. El volante de piel, con eficientes mandos auxiliares, tiene un agradable tacto y permite a través de él visualizar sin problemas el cuadro de mandos compuesto por los dos típicos relojes, para cuentavueltas y velocímetro y separados por una pantalla que proporciona los datos del ordenador, los de las funciones del vehículo y otros de ayuda a la conducción.
Los asientos de piel en esta versión, tienen regulación eléctrica, están calefactados y además pueden prolongar la banqueta para una mayor sujeción de los muslos. Resultan realmente cómodos y sujetan muy bien el cuerpo y su aspecto deportivo está muy logrado. Entre ellos nos encontramos un cajón de gran capacidad y sujeta vasos que se pueden desplazar por los raíles de aluminio hasta la posición deseada, permitiendo un uso flexible del generoso espacio existente entre estos asientos. El trasero acoge perfectamente a tres personas, aunque estén configurados para dos, con suficiente espacio para las piernas. En caso de disponer de una tercera fila con dos asientos más, éstos son de menor tamaño y el acceso a ellos es algo incómodo pero como son ideales para niños o jóvenes de poca corpulencia, seguro que no plantea ningún problema. El maletero con dos filas es muy grande pues ofrece una capacidad de nada menos que 710 litros, que se pueden ampliar hasta los 1.860 abatiendo esta segunda fila, realmente es el espacio de una furgoneta de reparto. Lógicamente si montamos la tercer afila con los dos asientos, la capacidad de carga se reduce a los 152 litros. Además de huecos repartidos por el vehículo, el desplazamiento longitudinal de los asientos de la segunda fila, el Zafira ofrece, como para demostrar aún más su practicidad, el sistema integrado de transporte de bicicletas FlexFix®, una solución práctica y fácil de utilizar para los amantes del ciclismo. El sistema integrado en la parte trasera se desliza dentro del paragolpes como si fuera un cajón y puede transportar hasta cuatro bicicletas. Como las bicicletas se pueden inclinar, el portón trasero se puede abrir aun cuando el FlexFix® esté completamente cargado. En general todo el interior esta muy bien terminado y ofrece un aspecto muy bien logrado, tanto en el diseño como en la calidad de los materiales empleados, que por cierto hacen que los ajustes sean perfectos. No hay que olvidar, en este “salón rodante” la disponibilidad de un luminoso techo panorámico.
Opel ofrece en el Zafira ofrece el sistema IntelliLink Navi 950, un auténtico sistema multimedia con navegador, así como los nuevos sistemas de movilidad conectada y servicios de asistencia personal OnStar, con respuesta automática en caso de accidente y otras muchas funciones incluyendo la descarga de destinos y el punto de acceso WiFi 4G LTE que permite conectar hasta siete dispositivos, uno por cada ocupante del coche. El resultado de todo ello es que ningún otro modelo ofrece nada igual para los viajes en familia o para aquellos profesionales que quieren estar lo más conectados posible durante sus viajes.
Por otro lado, hay que señalar que el equipamiento de esta versión es más que completo, señalando elementos como el sistema de iluminación adaptativa (Adaptative Forward Lighting - AFL) con faros LED, un nuevo sistema que adapta automáticamente los modelos de iluminación a las situaciones de conducción, de forma que se obtiene la mejor iluminación posible sin deslumbrar a los otros conductores. Consta de nueve funciones de iluminación diferentes, como la luz de ciudad, la luz de carretera secundaria, la función de luz de curva y luz de giro, la luz de maniobra marcha atrás, una función de luz de paro (eco) y un modo turismo. También, señalar la nueva generación de la cámara frontal de seguridad Opel Eye tiene un efecto positivo por todas las funciones de ayuda al conductor que soporta, incluyendo el asistente de luces largas del sistema AFL LED o el sistema de reconocimiento de señales de tráfico. El indicador de distancia de seguridad (FDI) también utiliza la cámara frontal para detectar el movimiento de los coches que circulan por delante, mientras que la alerta de colisión frontal emite una señal acústica y visible cuando la distancia con el vehículo precedente disminuye de forma muy rápida. El aviso de cambio involuntario de carril se activa automáticamente a velocidades por encima de 60 km/h y avisa al conductor, en caso de que abandone de forma inintencionada el carril por el que circula, con una señal acústica y visible en el panel de instrumentos. Además de lo destacado también se cuenta con otros elementos ya más o menos habituales en coches de esta categoría o superior, como el control adaptativo de crucero. Gracias a un radar situado en detrás de la parrilla delantera, el control adaptativo de crucero permite al conductor mantener la velocidad seleccionada, al mismo tiempo que mantiene una distancia prefijada con los coches que circulan por delante. Tanto la velocidad, como la distancia de separación pueden ser fijadas por el conductor con tres opciones disponibles: cerca, media y lejos.
Esta versión probada montaba un potente motor diésel de dos litros y una potencia de 170 CV a 4.000 r.p.m., que es todo un compendio de suavidad para ser una mecánica de gasóleo. Con su potencia y su par de 400 Nm entre las 1.750 y las 2.500 r.p.m., es capaz de mover con soltura el vehículo independientemente del trazado de la carretera, con cuestas o sin ellas, en recta o en curvas. Su velocidad máxima se cifra en los 210 km/h y la aceleración de 0 a 100 en los 9,8 segundos, que no está nada mal. Para remachar su buen comportamiento, señalar que el consumo apenas supera los 5 litros, que tampoco está nada mal teniendo en cuenta la envergadura del coche y su peso en vacío que es de 1.600 kilos. La caja de cambios automática de 6 velocidades funciona a la perfección pues apenas se deja sentir el engranaje de las sucesivas relaciones aunque se pise el acelerador con decisión y las reducciones las realiza con suma discreción.
El comportamiento del Zafira es muy seguro, aunque bien es cierto que es un coche hecho para viajar kilómetros y kilómetros por autopistas o autovías, más que por zonas viradas donde se muestra un poco lento en las reacciones cuando las curvas son sucesivas. De todas formas, y gracias al chasis adaptativo FlexRide, el conductor puede elegir entre tres modos de funcionamiento de la suspensión y regular la dureza de la misma, Normal, Tour y Sport. Estos modos contribuyen al aplomo y estabilidad en autopistas o tramos revirados, ahondando en una mayor comodidad y algo más de prestaciones, pero en ningún caso el Zafira llega a convertirse en un deportivo. Para autopistas el modo más recomendable es el modo Normal, aunque en tramos sin curvas y con el firme en buen estado, hay que reconocer que seleccionar el modo Tour es una delicia porque el Zafira parece deslizarse sobre el asfalto. El modo Sport, por su parte, se reserva para tramos de curvas, ya que, aunque vayamos rápido, el firme tarado de la suspensión evita los balanceos de la carrocería.
En definitiva el Zafira, al ser un coche grande, invita a conducirlo acompañado y de forma relajada, disfrutando del entorno tanto si vas al volante como si vas de viajero, y contribuye generosamente a ello el enorme parabrisas panorámico que, además de gran visibilidad, permite una entrada abundante de luz natural al habitáculo.