El papel del marketing digital y de las redes sociales como grandes medios de comunicación de las empresas de hoy no ha afectado a la existencia de esos eventos a los que nos seguimos refiriendo comúnmente ferias.
Una feria, en su definición más simple, se corresponde con
un encuentro entre los distintos actores de un sector económico determinado (consumidores, productores, proveedores, distribuidores) organizados en torno a un espacio que hace posible la reunión presencial de todos ellos.
Desde el punto de vista empresarial, las ferias constituyen grandes oportunidades para los negocios, sea para fomentar nuevas alianzas, posicionarse en el mercado o reforzar la imagen de la marca. El carácter presencial de la feria, a diferencia del contacto habitual por teléfono móvil o e-mail, impulsa un clima de confianza y naturalidad donde hablar de negocios resulta mucho más sencillo e intuitivo, facilitando la captación de nuevos clientes y las relaciones entre empresas.
Al mismo tiempo, las compañías se han venido favoreciendo también de las ferias como puntos clave en los que escenificar su posicionamiento dentro de un mercado concreto, así como para ampliar su conocimiento personal de la competencia y del conjunto de actores que integran su sector. Hasta cierto punto, este tipo de eventos es capaz de representar físicamente el estado de un mercado determinado, dando cuenta de las nuevas tendencias o de los valores e ideas detrás de las marcas más punteras; una información idónea para cualquier profesional que pretende que su marca sea competitiva.
Es por este motivo que se hace muy importante que la empresa elija adecuadamente a qué feria desea acudir, en aras de asegurar su posicionamiento y de obtener información auténticamente relevante. Dicho posicionamiento, en el contexto del evento, va a depender en buena medida del diseño del stand de la compañía, tenga este que ver con el montaje propiamente dicho de la exposición de la marca o del equipo de personas seleccionados para conducir la actividad del stand.
El cuidado por seleccionar la estrategia más adecuada para comunicar una marca dentro del evento se antoja crucial, ya que en las ferias los consumidores acostumbran conocer el sector y poseen mucha más información para valorar los productos ofrecidos en los distintos stands. Es por ello que muchos expertos recomiendan poner el mayor esfuerzo en que se pueda garantizar la calidad del producto o servicio a ofrecer, de tal manera que nadie pueda dudar de la posición e imagen de la marca en el mercado. Por otro lado, esta cercanía con consumidores más o menos experimentados hace también posible que muchas empresas se aprovechen de las ferias para testear o probar un nuevo producto o servicio, haciéndose eco de las reacciones inmediatas de sus clientes y pudiendo incluso interactuar con ellos al modo de un mini estudio de mercado.
En definitiva, podemos ver que las ferias se caracterizan por ser un espacio de múltiples oportunidades para las compañías que en ellas participan. Sea por una cuestión de impulsar o consolidar sus negocios, o por posicionarse en el mercado al que pertenecen, las empresas encuentran en este tipo de eventos la ocasión perfecta para alcanzar uno de sus principales objetivos: fortalecer y divulgar su marca.
Si (
No(
