Con sus 228 mm. más de longitud que el Scenic “normal” de cinco plazas, el denominado Grand ofrece una mayor practicidad, más capacidad de carga, además lógicamente de 2 asientos más, sin que ello perjudique su excelente comportamiento rutero.
Ya hemos comentado cuando probamos el Scenic “corto” e incluso cuando hemos probado las sucesivas generaciones de esta ya mítico monovolumen, esta es la cuarta, que a éste Renault le cabe el honor de ser el primer monovolumen compacto que apareció en el mercado, hace ya algo más de 20 años y del cual ya se han vendido más de 5 millones de unidades, de las cuales más de 500.000 han correspondido al mercado español, lo que da idea de la excelente aceptación que siempre ha tenido el modelo a pesar de la sucesiva aparición de modelos similares de la competencia, cada vez más intensa y de un nuevo competidor que ha irrumpido en el mercado y que ha “comido” parte del segmento de los monovolúmenes. Nos referimos a los SUV, cada vez más populares y demandados por el público. De todas formas el Grand Scenic sigue estando cargado de virtudes, como iremos viendo, además de su atractivo y moderno diseño.
De entrada, señalemos que el nuevo Grand Scenic ha ganado en anchura 20 mm. con respecto a la generación anterior, aunque visualmente no lo parezca, su longitud es de 4.634 mm., mientras que la distancia entre ejes también aumenta 34 mm., con lo que los voladizos quedan más cortos, cifras éstas que dejan adivinar un habitáculo más espacioso y aprovechable como así es. La silueta del nuevo modelo es decididamente muy aerodinámica en su parte delantera, debido sobre todo a su muy inclinado parabrisas, que debido a esa inclinación es decididamente panorámico y casi forma una continuidad con el techo de cristal pues al tener la parte superior pintada en negro, como ha sido el caso de la unidad probada, parecía que todo era transparente, desde el final del corto y también inclinado capó motor, hasta el pequeño alerón que se sitúa sobre la luneta. Los faros, en esta ocasión eran de leds y se complementaban con la luz de día que dispone de esta misma tecnología lumínica, escoltan a la ya típica calandra que identifica a los modelos de Renault de última generación, sobre la cual destaca, además de su irregular forma, el logo de la marca que nos sigue pareciendo de exageradas proporciones. La entrada de aire inferior, está a su vez escoltada por los faros antiniebla.
Lateralmente, además de que se aprecia ese superinclinado parabrisas con sus estrechas ventanas para facilitar la visión hacia delante y oblicuamente, hay dos elementos que llaman la atención sobremanera, por un lado la alta cintura del coche que desde el inicio de la puerta trasera comienza a elevarse hasta que “cierra” por la parte posterior de la alargada tercera ventanilla y las grandes ruedas de nada menos que de 20”, con la que el Scenic está equipado, emulando en este detalle al Espace que también puede presumir de tamaño de rueda, pero en cambio la anchura no va en proporción, pues es del tamaño de una rueda de 16”, con lo que la resistencia a la rodadura es más pequeña y proporciona un mayor confort, sin que ello merme el agarre. La parte posterior nos recuerda algo al Captur, aunque con una mayor anchura y unos grupos ópticos más grandes y con efecto 3D. Para apreciar esa pequeña cesión al cada vez más popular mundo de los crossover, nos fijamos en la generosa altura de la carrocería con respecto al suelo, que es de 17 cms., igual que algunos modelos que si son auténticos SUV.
El interior, como hemos dicho que era de esperar, es bastante amplio, sobre todo las plazas delanteras, que pueden viajar en auténticas butacas y desenvolverse en sus asientos con soltura. Las plazas de la senda fila no son tan generosas, aunque en honor a la verdad también proporcionan un alto grado de confort, mejor desde luego para dos personas que para tres, pues la configuración de la plaza central es más estrecha. Al contrario que generaciones anteriores, no hay tres asientos, sino una normal de corrido, aunque se puede abatir asimétricamente (1/3 , 2/3) y conserva por el contrario los railes para su desplazamiento en 15 cms. La tercera fila dispone de dos asientos que resultan más cómodos que en otros modelos de 7 plazas, sobre todo si hablamos de SUV. El acceso a esta tercera fila no es muy incómodo pues los asientos de la segunda se desplazan sobradamente y la altura del coche no es excesiva. El maletero con dos filas de asientos montada, es decir para 5 plazas, tiene una capacidad de 596 litros, mientras que con las tres filas montadas se reduce a189 litros, que parecen pocos pero son muy aprovechables.
El diseño del salpicadero tiene bastante parecido con el del hermano mayor Espace, con lo cual su funcionalidad y buena disposición de sus elementos está asegurada. Lo que más destaca en un primer vistazo es la consola central que sobresale de manera significativa con respecto a la línea general del salpicadero. En ella se integra una generosa pantalla vertical de 8,7 pulgadas, que va asociada al sistema multimedia R-LINK2, que funciona de manera táctil de forma segura y rápida. Toda la consola está rodeada por un marco de color aluminio y en su prolongación hacia abajo también contiene los mandos del potente climatizador, interruptores auxiliares y la palanca selectora de velocidades. Entre los asientos delanteros existe una consola que hace las veces de reposabrazos, bajo la cual nos encontramos con un hueco de nada menos que 13 litros de capacidad con su correspondiente iluminación. En otro hueco tras ella, encontramos las tomas de USB, AUX y 12 voltios. El cuadro que también es una pantalla se puede configurar a gusto del conductor y su completa información se complementa con el “Head-up display” que proyecta datos sobre el parabrisas. En el lado del acompañante la guantera convencional, es sustituida por una espacie de cajón de nada menos que 11,5 litros de capacidad. Y hablando de huecos, además de los habituales en las puertas, se sitúan bajo el piso, tanto delante como de las plazas traseras, 4 cofres con sus correspondientes tapas. Hay que señalar también que en los respaldos de los asientos delanteros se sitúa una bandeja retráctil que puede ser muy útil para los ocupantes traseros. La terminación de todo el habitáculo es buena y los materiales empleados de gran calidad, como lo es el ajuste de todas las piezas que apenas vibran aunque se circule por firmes irregulares.
El equipamiento es bastante completo, en la terminación de la unidad probada y en él podemos encontrar elementos como la cámara trasera de aparcamiento, el sistema de frenada automática de emergencia, con detección de peatones, alerta de cambio involuntario de carril, avisador de vehículos en el ángulo muerto, programador de velocidad activo, cambio automático de luces cortas y largas…….
La unidad probada estaba equipada con el motor diésel dCi de 110 CV a 4.000 vueltas y un par de 260 Nm a 1.750 r.p.m.. Un motor que para ser un diésel nos ha parecido bastante silencioso, sobre todo una vez tomada velocidad y si no subimos de vueltas de forma ostentosa. Sin ser un motor notoriamente potente, su utilización es muy agradable, pues además el cambio manual de 6 velocidades, se maneja sin dificultad y las relaciones permiten que el motor con caiga de vueltas al ir subiendo y reduce con determinación al disminuir la velocidades. Su velocidad punta puede llegar hasta los 185 km/h y su aceleración de 0 a 100 km/h se sitúa en los 12,4 segundos. No son prestaciones deportivas desde luego, pero si son suficientes para mantener una velocidad de crucero alta aunque se vaya cargado. En lo que sí destaca esta motorización es en el bajo consumo medio que proporciona, pues apenas se llega a los 4 litros, teniendo además en cuenta que se dispone de la cada vez más popular función Star&Stop.
El nuevo Grand Scenic es un coche de lo más seguro, pues no solo ha conseguido las cinco estrellas en las pruebas EuroNCAP, sino que además se muestra siempre dócil aunque tratemos de buscarle las cosquillas en curvas cerradas a alta velocidad, se deja manejar como si tal cosa. En ciudad es también muy maniobrable y ofrece una excelente visión hacia delante. Las suspensiones, con un eje delantero tipo McPherson y rueda tirada detrás, absorben muy bien las irregularidades del pavimento, favorecidas además por la alta banda de rodadura de las grandes ruedas. Los frenos se muestran a la altura de la calidad del coche, o sea que no plantean el más mínimo problema, aunque haya que detener el coche en cuestión de pocos metros. La suave dirección, con asistencia eléctrica permite hacer las maniobras más intrincadas sin apenas esfuerzo.
En fin que, aunque parecía difícil, el nuevo Scenic supera a su antecesor con creces y además con una carrocería e interior especialmente modernos y singulares.