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Volkswagen Polo Sport TSI 1.0 DSG 7

Volkswagen Polo Sport TSI 1.0 DSG 7
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El modelo más fabricado en España da un paso adelante y se acerca al Golf

Por Mariano García Viana
martes 06 de marzo de 2018, 23:48h
Catorce millones de unidades vendidas en 42 años, sexta generación, más deportivo, más grande y a la vez más compacto. Son algunas de las referencias que avalan al nuevo Polo que se fabrica en su mayor número en la planta española de Landaben en Navarra, nada menos que 1.408 unidades diarias, de las cuales el 91% son para la exportación.
El nuevo Polo como ya hemos mencionado es más grande que la generación anterior, 8,1 cms. más largo, 6 cms. más ancho y por primera vez supera los cuatro metros (4,05 ms.), acercándose a su hermano mayor el Golf, con el que a veces se confunde en un primer vistazo, pues hay que fijarse en la pequeña tercera ventanilla, de la que carece el Golf, para estar seguro de que no es él. Esta sexta generación se ha desarrollado en base a la ya multiutilizada por el Grupo plataforma MQB, permite una batalla más larga, con lo que significa un habitáculo más aprovechable y unos voladizos más cortos.

El aspecto del Polo es ahora más deportivo y compacto a pesar de su aumento de tamaño. Sus líneas, sobre todo en su frontal, son más angulosas y así lo demuestran sus faros con todas sus esquinas rotundas, al igual que los cubículos de los faros antiniebla o las propias salidas de aire inferiores. La parrilla es la típica de la marca, con el logo de buen tamaño en el centro, y extendiéndose de lado a lado del frontal. En el lateral se aprecian igualmente esas angulosidades del diseño general, a través de unas formas que recorren toda la carrocería desde la parte superior de la aletea delantera a inicio de los grupos ópticos traseros, formas que se repiten, más anchas, en la parte baja de las puertas e incluso en los espejos exteriores. Como no podía ser menos, la luneta rectangular también tiene los ángulos de las esquinas marcadas con rotundidad, así como los contornos del portón e incluso los completos pilotos traseros con tecnología leds.

Si el exterior de esta sexta generación del Polo se ha transformado bastante, el habitáculo no se queda atrás, pues en él los diseñadores han creado un ambiente agradable y sobre todo tecnológico. En este punto hay que insistir que el Polo es el primer modelo de su clase que puede equiparse con un cuadro de instrumentos completamente digital (VW Digital Cockpit), como es el caso, que mediante una pantalla TFT de 10,25 pulgadas (opcional en esta versión) se ofrece una completísima información como la temperatura de aceite, el sistema de navegación, asistentes de la conducción, etc, además de los indicadores habituales. Todo muy claro y fácil de entender. El salpicadero en general es muy rectilíneo y en el centro de él, se sitúa la pantalla multifunción de 8 pulgadas, que engloba muchos de los pulsadores para los distintos sistemas del coche. La terminación, como es de esperar en Volkswagen, es buena y con igualmente buenos ajustes y los guarnecidos con la sobriedad también típica de la marca. El frontal del salpicadero en material plástico liso, puede tener varios colores incluso del mismo tono que la carrocería.

La postura ante el volante no crea ningún problema, gracias a las regulaciones manuales de asiento y volante. Desde ella todos los mandos quedan al alcance de la mano, incluida la palanca selectora del cambio. Los asientos tienen un buen diseño y sujetan bastante bien el cuerpo en lo que a los delanteros se refiere, mientras que el trasero pude admitir perfectamente a tres personas (Que no sean muy voluminosas claro), gracias al citado aumento de anchura. Este asiento se pude abatir en 1/3-2/3 y así aumentar la capacidad del maletero hasta los 1.125 litros, mientras que en la posición normal la capacidad se queda en 351 litros, que tampoco está nada mal para las dimensiones del coche. El piso del maletero tiene dos alturas, pues bajo él se encuentra un buen hueco circular, para albergar la posible rueda de repuesto. Por el habitáculo encontramos más huecos siempre útiles para dejar cosas. Es de destacar el espacio de la guantera central reservado para cargar los móviles por inducción.

El Polo está bien equipado en esta versión Sport, además de los sistemas de infoentretenimiento y un equipo de sonido bastante completo y de calidad, encontramos elementos de seguridad y confort que hacen más agradable la conducción, como por ejemplo el programador de velocidad activo, el sistema de emergencia en caso de tráfico cruzado trasero, para las maniobras de aparcamiento, la detección de vehículos en el ángulo mulerto o BLIS, el sistema de aparcamiento semiatónomo (Se mueve la dirección mientras que el conductor debe mover los pedales para controlar la velocidad), arranque sin llave, avisador de cambio de carril involuntario…….

La versión probada montaba el pequeño motor de tres cilindros y un litro de cubicaje, capaz de proporcionar una potencia de 95 caballos a 5.000/5.500 r.p.m., un par de 175 Nm. y dotado del sistema Star&Stop. Las prestaciones que se consiguen se sitúan en una velocidad máxima de 190 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h de 10,8 segundos, que sin ser especialmente brillantes si son suficientes para mover al coche con soltura y hasta con cierto aire deportivo en zonas viradas o para desenvolverse en el tráfico urbano. Hay que señalar dos detalles en beneficio de esta motorización y es que no tiene el sonido típico de los tres cilindros y mucho menos su pequeño traqueteo como en otros modelos que montan motorizaciones de estas características, realmente parece un cuatro cilindros. El segundo detalle es su reducido consumo. Apenas llega a los 4 litros y medio en una conducción mixta y con viveza. La transmisión automática de doble embrague, DSG de 7 velocidades, funciona estupendamente en el escalonamiento de las distintas relaciones.

El Polo es un coche fácil de conducir, es dócil, con una dirección bastante rápida, unos frenos potentes, aunque los traseros sean de tambor en lugar de discos y además es un coche muy seguro y estable. La mencionada al principio plataforma MQB, muestra su eficacia y solidez, pues asociada a ella nos encontramos unas seguras suspensiones con McPherson en el tren delantero y rueda tirada en el trasero. Tanto en el tráfico urbano como en carreteras despejadas o con curvas sucesivas, el Polo se muestra muy sólido y bien plantado en el suelo, por lo que no plantea problemas, quizás la suspensión tenga unos tarados mas bien blandos, pero no excesivamente como para que la carrocería balancee notoriamente, mientras que por el contrario proporciona un buen nivel de confort, aumentado con una insonorización muy bien lograda.

Si se tiene siempre el Golf como una referencia en lo que a coche compacto se refiere, su hermano más pequeño el Polo no desmerece en absoluto a la “familia” y denominarle un pequeño Golf es todo un piropo merecido.

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