En pleno desarrollo de los pliegos de contratación, insiste a los interventores del Estado que no hay que inventar ninguna fórmula y que asuman la misma que usa la Comisión Europea.
El Foro para la Ingeniería de Excelencia (
FIDEX), que agrupa a las once principales ingenierías españolas, pide a los nuevos titulares de las carteras de Hacienda, Fomento y Medio Ambiente que España empiece a contratar ingeniería tal como hacen las grandes economías mundiales, es decir, situando el peso de los criterios técnicos en los pliegos de contratación en un 80% y el precio en el 20%. De lo contrario, si nuestro país se limitara a otorgar a la calidad el mínimo que permite la nueva Ley de Contratos del Sector Público (51-49), el Gobierno estaría escogiendo parecerse a países como Portugal o Polonia, las otras dos grandes excepciones de Europa.
Para FIDEX, en este momento en que las administraciones y las entidades públicas están desarrollando los nuevos pliegos de contratación para adecuarlos a la nueva ley, es imprescindible que los interventores, dependientes del ministerio de Hacienda, entiendan que no hay que inventar nuevas fórmulas de contratación, sino que la fórmula ya está inventada y en ella se otorga a la calidad un peso de al menos el 80%. Así sucede en organismos internacionales como la Comisión Europea, el Banco Mundial, todos los bancos de desarrollo, todas las Agencias Europeas de Ayuda al Desarrollo y las grandes economías mundiales. Estos organismos han entendido, hace ya muchos años, que optimizar la inversión no obliga a contratar siempre lo más barato, sino que las labores de planificación, proyecto y control de ejecución deben ser contratadas con criterios de calidad. Esta es la garantía de que la inversión sea finalmente eficiente, ajustada y sin sorpresas.
Además, FIDEX pide que se adopte la fórmula de puntuación de las ofertas económicas que utilizan, sin excepción, todos estos organismos internacionales. En España, a una propuesta económica ajustada al presupuesto de licitación, cantidad establecida por los técnicos de la Administración como adecuada para ese trabajo, se le otorgan cero puntos. Esto equivale en la práctica a rechazar de facto la oferta, pues es prácticamente imposible compensar ese cero con la puntuación lograda en la parte técnica. En fin, se expulsa del mercado a quienes ofrecen realizar el trabajo por el precio propuesto por la propia Administración, aunque su propuesta técnica sea la de mayor calidad.
Al mismo tiempo, la entidad insiste en la utilización del concurso restringido, tal y como hacen todos los organismos antes mencionados y recomienda la nueva Ley de Contratos del Sector Público. FIDEX insiste que es materialmente imposible analizar con detalle y profundidad 40-50 ofertas, tal y como sucede actualmente, lo que resulta no sólo inviable para las administraciones, sino “antieconómico” para las ingenierías. De ahí lo indispensable de apostar por un modelo en dos fases, una primera de selección en la que se escogen a entre cuatro y ocho empresas como las más idóneas de acuerdo a criterios puramente objetivos, que serán las que presenten ofertas y compitan en la segunda y última fase de adjudicación.
Según, Fernando Argüello, director general de FIDEX, “las principales ingenierías españolas tienen apenas el 10% de su negocio en su país, cuando las grandes ingenierías internacionales tienen al menos el 40%. Hay un desajuste enorme que sólo es posible reconducir mejorando las condiciones de contratación en España, pero para ello no sólo es necesario que haya voluntad política, sino que en las entrañas de la Administración, Interventores y Abogados del Estado no dificulten el desarrollo de los nuevos pliegos a imagen y semejanza de los de la Europa más avanzada. De lo contrario, se corre el riesgo de la deslocalización de la ingeniería española”.