Grecia ha concluido con éxito un programa de apoyo a la estabilidad del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) que ha durado tres años.
De esta manera, Grecia mantiene su lugar central en la zona del euro y contribuye a la estabilidad de la Unión Europea.
El éxito del programa es una prueba de los esfuerzos del pueblo griego, del compromiso del país con la reforma y de la solidaridad de sus socios europeos.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha declarado: «La conclusión del programa de apoyo a la estabilidad supone un momento importante para Grecia y Europa. Los socios europeos han demostrado su solidaridad y el pueblo griego ha afrontado todos los retos con su valentía y determinación características. Siempre he luchado para que Grecia permaneciera en el corazón de Europa. Ahora que el pueblo griego comienza un nuevo capítulo en su dilatada historia siempre encontrará en mí un aliado, un socio y un amigo.»
Por su parte, Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Fiscalidad y Aduanas, ha afirmado: «La conclusión del programa de apoyo a la estabilidad es una buena noticia tanto para Grecia como para la zona del euro. Para Grecia y sus ciudadanos marca el principio de un nuevo capítulo tras ocho años especialmente difíciles. Para la zona del euro, traza una línea simbólica que deja atrás una crisis existencial. Las amplias reformas llevadas a cabo por Grecia han sentado las bases para una recuperación sostenible, que debe seguir alimentándose y manteniéndose para que los ciudadanos griegos puedan cosechar los frutos de sus esfuerzos y sacrificios. Europa seguirá estando junto a Grecia.»
En el marco de este programa de apoyo a la estabilidad se ha concedido a Grecia un total de 61.900 millones de euros en préstamos sobre la base de la aplicación de un paquete de reformas completo y sin precedentes. Este programa de apoyo a la estabilidad adoptó un enfoque coordinado para hacer frente a los problemas estructurales de larga duración y profundamente arraigados que estaban en el origen de la crisis económica en Grecia.
Grecia ha adoptado medidas para garantizar su sostenibilidad presupuestaria, haciendo que el saldo de las administraciones públicas pasara de un déficit significativo a superávit en 2017, que está previsto se mantenga. Estas medidas de reforma y los esfuerzos de consolidación tendrán efectos acumulativos a lo largo del tiempo, por lo que seguirán teniendo un impacto positivo en la sostenibilidad presupuestaria tras la conclusión del programa.
El sector financiero se encuentra ahora en una posición mucho más fuerte como consecuencia del éxito de las operaciones de recapitalización, la revisión de la gobernanza bancaria y el trabajo para aplicar una estrategia de reducción de los préstamos no productivos, que deberán mantenerse.
Se ha mejorado la eficiencia y eficacia de la administración pública mediante la introducción de nuevas normas sobre nombramientos, evaluación y movilidad de los empleados del sector público, la creación de la Autoridad Tributaria Independiente y la aplicación de medidas para aumentar la eficacia del sistema judicial.
Por último, se han adoptado importantes medidas estructurales para mejorar el entorno empresarial y la competitividad de Grecia con el fin de que el país sea un destino atractivo para la inversión y para permitir a las empresas que se expandan, innoven y creen puestos de trabajo, así como para establecer pensiones, asistencia sanitaria y prestaciones sociales universales y sostenibles, incluido un régimen de renta mínima garantizada.
En conjunto estas reformas transformadoras han sentado las bases para una recuperación sostenible, estableciendo las condiciones fundamentales necesarias para un crecimiento sostenido, la creación de empleo y unas finanzas públicas saneadas en los próximos años.
La mejora de los indicadores económicos confirma que, si bien queda mucho por hacer, los esfuerzos realizados ya están logrando beneficios tangibles, volviendo a poner orden en las cuentas públicas, reduciendo el desempleo y garantizando la vuelta al crecimiento. El crecimiento económico se ha recuperado desde el -5,5 % en 2010 hasta el 1,4 % en 2017 y se espera que se mantenga en torno al 2 % en 2018 y 2019. El saldo presupuestario ha pasado de un déficit masivo del 15,1 % en 2009 a un superávit del 0,8 % en 2017 (lo que corresponde a un superávit primario del 4,2 % en términos de programa). Aunque el desempleo siga siendo inaceptablemente elevado, según las cifras publicadas recientemente por la autoridad estadística griega, bajó a un 19,5 % en mayo de 2018, alcanzando un nivel inferior al 20 % por primera vez desde septiembre de 2011.
La conclusión del programa marca el final de un capítulo y el principio de otro para Grecia. Habrá que seguir centrándose en abordar plenamente las consecuencias sociales y económicas que nos han dejado los años de crisis, lo que exige que las autoridades griegas mantengan el control de las reformas y garanticen su aplicación sostenida, con arreglo a sus compromisos expresados en la reunión del Eurogrupo de 22 de junio de 2018. Esto es crucial para mejorar la confianza en el mercado y reforzar la recuperación económica de Grecia, especialmente en el período inmediatamente posterior del programa.
Grecia se integrará plenamente en el Semestre Europeo de coordinación de las políticas económicas y sociales para contribuir a garantizar que el país y sus ciudadanos puedan aprovechar plenamente las ventajas de los esfuerzos realizados en los últimos años. En el período posterior del programa, la finalización, la ejecución y la aplicación continuada de las reformas acordadas serán también objeto de seguimiento a través de un marco de supervisión mejorado.
El Servicio de Apoyo a las Reformas Estructurales de la Comisión seguirá ayudando a las autoridades griegas, a petición suya, en el diseño y aplicación de reformas impulsoras del crecimiento.
Antecedentes
Grecia se ha beneficiado de la ayuda financiera de sus socios europeos desde 2010. El 8 de julio de 2015 las autoridades griegas solicitaron un nuevo programa de apoyo a la estabilidad del MEDE. El 20 de agosto de 2015, la Comisión Europea firmó, en nombre del MEDE, un memorándum de acuerdo para un programa de apoyo a la estabilidad de tres años.
El 23 de junio de 2018, el Eurogrupo confirmó que todas las acciones previas incluidas en la cuarta y última revisión del programa de apoyo a la estabilidad habían concluido. El Eurogrupo también alcanzó un acuerdo sobre un gran paquete de medidas de deuda, además de las medidas a corto plazo ya existentes, con el fin de garantizar que la deuda de Grecia sea sostenible a largo plazo. El 6 de agosto de 2018 el MEDE aprobó un desembolso final de 15.000 millones de euros de ayuda financiera.
En total, desde 2010 se han concedido a Grecia 288.700 millones de euros en préstamos. Esto incluye 256.600 millones de sus socios europeos y 32.100 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Paralelamente al programa de apoyo a la estabilidad, la Comisión puso en marcha en julio de 2015 el plan «Nuevo impulso para el empleo y el crecimiento en Grecia» para que el país aprovechara al máximo los fondos de la UE para estabilizar su economía e impulsar el empleo, el crecimiento y la inversión. Como consecuencia de las medidas excepcionales adoptadas en el marco de este plan, Grecia está entre los principales destinatarios de fondos de la UE. Para el período 2014-2020, Grecia ha recibido ya casi 16.000 millones de euros de un gran número de fondos de la UE. Esto equivale a más del 9 % del producto interior bruto anual griego de 2017.
Grecia es también el principal beneficiario, con respecto a su PIB, del Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas (FEIE) del Plan Juncker. Se prevé que el FEIE genere inversiones de más de 10.000 millones de euros y preste apoyo a más de 20.000 pequeñas y medianas empresas en Grecia.
Más información
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