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Una mirada a lo que nos espera

Una mirada a lo que nos espera

Previsiones económicas para la recta final de año de Bank Degroof Petercam

viernes 24 de agosto de 2018, 08:44h
El crecimiento global se mantiene en tasas elevadas, por encima de su potencial, estimado en el 3,7% anual.
Si 2017 se caracterizó por una mayor sincronización entre países, en los últimos trimestres se observan divergencias de crecimiento, especialmente entre las economías desarrolladas. En EEUU, el crecimiento se acelerará hasta el 2,8%, con la inflación subyacente situándose por encima del objetivo del 2% de la Fed.

Por su parte, la caída de los intereses de la deuda soberana en la zona euro (negativos en países core) y el probable repunte de los tipos por parte del BCE restan atractivo de inversión en este tipo de activo. Solo Italia ofrece rentabilidades atractivas, pero con volatilidad.

La renta fija corporativa investment grade en dólares y los Treasury empiezan a ser interesantes, pero asumiendo el riesgo divisa. El repunte de los spreads de la renta fija high yield ha aumentado su atractivo, pero es importante ser muy selectivos, invertir en duraciones cortas y asumir una alta volatilidad.

Mantenemos la recomendación en las emisiones de los bonos de países emergentes emitidos en divisa local, que, además de ofrecer una rentabilidad muy superior al resto de activos de renta fija, aún tienen potencial de revalorización tanto por precio como por la evolución de las divisas. Ante un repunte generalizado de la inflación, en especial en EEUU, somos positivos, con un horizonte a medio plazo, en bonos ligados a la inflación.

De cara al escenario que se presenta para lo que queda de año, el crecimiento de los beneficios y la caída de múltiplos deberían traducirse en una revalorización de la renta variable, especialmente en Europa. Por valoración, sobreponderamos la renta variable europea frente a la norteamericana. Por sectores, tecnología, sanidad y consumo continúan ofreciendo potencial de revalorización y siguen beneficiándose de la fortaleza de la actividad económica.

Mantenemos la inversión en renta variable emergente, inclinándonos por Asia ex-China y por países con fundamentales macroeconómicos estables o con buenas perspectivas económicas. También mantenemos la inversión en Japón, por ser uno de los mercados más cíclicos y que más se beneficia del crecimiento económico mundial.

La zona euro parece haber moderado su crecimiento y vuelve a tasas más coherentes con su potencial. En cuanto a las economías emergentes, siguen expandiéndose por encima de su crecimiento potencial (4%), con India liderando este grupo de países.

Es preciso tener en cuenta un riesgo fundamental que podría afectar a la economía global: el proteccionismo. Esta amenaza, liderada por Trump desde principios de año y que empezó centrándose en China, se ha generalizado. El 1 de junio se empezaron a aplicar aranceles sobre el acero y aluminio de los países del NAFTA y la UE, que han respondido con represalias de igual magnitud. El riesgo de una guerra comercial seguirá al alza en los próximos meses.

En este contexto, los bancos centrales endurecerán su mensaje de forma muy paulatina, con la atención puesta en el BCE, que finalizará sus compras de activos este año. La volatilidad y el menor apoyo del BCE provocarán que las primas de riesgo en los países periféricos se mantengan en niveles más altos que a comienzos de 2018.

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