Si el primer modelo SUV de la marca fue el Kodiak, aunque ya existía en la gama de Skoda un todocamino con una carrocería más parecida a la de un polifacético turismo-furgoneta, el Yeti, de gran aceptación entre aquellos que más les gusta la aventura. A ellos y otros más exigentes en lo que a comodidad y espacio se refiere, se destina el nuevo Karoq.
El nuevo Karoq, no es un crossover más en el mercado en el que cada vez hay más modelos. Hermano pequeño del ya conocido Kodiaq de siete plazas que en su día nos causó una buenísima impresión, el Karoq es significativamente un salto adelante en lo que a calidad y equipamiento se refiere dentro de la marca que, siempre se ha caracterizado por ofrecer modelos, más económicos dentro de los respectivos segmentos. El Karoq rompe esa regla no escrita y muestra unas características, en cuanto a calidad, buena presentación, equipamiento e incluso en lo que se refiere a precio, que se iguala a la mayoría de la competencia más directa e incluso supera a algunos modelos ya casi tradicionales en el mercado de los crossover medios.
Independientemente de su agradable aspecto exterior, que luego veremos en detalle, nos vamos a centrar en principio en esos elementos responsables de ese mencionado salto de calidad, que se centran sobre todo en el habitáculo y su amplio equipamiento. Nada más abrir la puerta el conductor podrá observar unos asientos de un aspecto impecable y un salpicadero bicolor, oscuro en la parte de arriba y claro a partir de la mitad hacia abajo. Sencillo pero muy lógico en su exposición y dotado de materiales de calidad, como igualmente son los ajustes. Ante el conductor se ofrece un cuadro típico de Skoda (Aunque recientemente ya se ofrece también en forma de pantalla, con diversas personalizaciones) como en otros modelos del Grupo Volkswagen), en el que los dos relojes analógicos (Cuentavueltas y velocímetro) que lo presiden tienen la numeración con el típico fondo gris de la mayoría de los modelos de la marca. Entre ellos se sitúa un pantalla vertical que ofrece un buen número de elecciones de información, entre las que destacan los guarismos de la velocidad a un buen tamaño, siempre útil con un solo vistazo. En el centro del lineal salpicadero se sitúa, empotrada en él y escoltada por las salidas del climatizador bizona con función Air Clare, la pantalla multifunción de 8 pulgadas, que integra las funciones de infoentretenimiento, así como el sistema de navegación Columbus que contiene una función gestual para algunas de sus posibilidades. Una cámara detecta e identifica los movimientos de la mano que hace el conductor alrededor de la consola central y así interpreta los desplazamientos por la pantalla sin necesidad de quitar los ojos de la carretera. El equipo de sonido Canton, dispone de diez altavoces, cuatro en la parte delantera, cuatro en la trasera, uno en el salpicadero y un subwoofer en el maletero, el resultado es una acústica de primera. El Phonebox que está en la consola central, carga de forma inductiva los teléfonos mientras los conecta a la antena del techo, proporcionando una mejor recepción a los móviles.
Destacan también en el interior, la cantidad de huecos disponibles por todo el habitáculo, en las puertas, bajo el volante, en lo alto del salpicadero, frente a la palanca selectora del cambio, entre los asientos delanteros debajo del apoyabrazos……y hasta un compartimento para el paraguas bajo el asiento del acompañante. Siguiendo con los espacios, mencionemos que el maletero tiene una capacidad de 521 litros, con la posición “normal” de los asientos, mientras que si se abate el trasero, el espacio disponible puede llegar hasta los 1.630 litros de capacidad. Este tiene argollas para sujeciones se pueden nivelar distintas alturas y el portón de acceso se acciona eléctricamente incluso pasando el pie por debajo del paragolpes trasero. El equipamiento de seguridad y de ayudas a la conducción, como insinuábamos al principio, es de lo más completo y entre los elementos disponibles podemos destacar, el Control de Crucero Adaptativo, el Front Assist con freno de emergencia en ciudad y detección de peatones, detector de ángulo muerto y alerta de tráfico posterior, mantenimiento en el carril, Traffic Jam Assist para conducir con más agilidad en atascos, alerta de fatiga del conductor, reconocimiento de señales de tráfico a través de cámara, nuevo airbag………En definitiva un equipamiento que por sí solo justifica ese salto en el precio con respecto a otros modelos de la marca.
Conducir el Karoq es de lo más agradable, en el caso de la unidad de pruebas contamos con un motor diésel de 2 litros TDI de 150 CV a 3.500 r.p.m., que proporciona un elevado par de 340 Nm entre las 1.750 y las 3.000 r.p.m. El consumo medio se sitúa en una conducción normal en los 5,2 litros. Aunque ciertamente la potencia no es muy elevada, es más que suficiente para darle a Karoq un carácter hasta casi deportivo, pues el considerable par se encarga, junto a una caja de cambios automática DSG, de siete relaciones, que las recuperaciones sean rápidas y proporcionen una agilidad al coche digna de su conseguido aspecto. Este cambio automático se puede manejar de forma manual, bien a través de toques en la propia palanca selectora o con las levas situadas tras el volante. Las prestaciones son muy a tener en cuenta, pues por ejemplo la velocidad máxima ronda los 200 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h se sitúa en los 9,3 segundos. Además, el conductor cuenta con un selector de modo de conducción con cinco funciones distintas, que inciden en la dirección, el funcionamiento del cambio automático y en la respuesta del acelerador. Los modos son Normal, Eco, Sport, Individual y Snow. En cada uno de ellos, la respuesta del motor, de la dirección, de la transmisión, del funcionamiento de programador de velocidad e incluso del aire acondicionado es diferente. Con el modo Individual se puede configurar cada elemento por separado a gusto del conductor. La posición Snow especial para terrenos deslizantes, es similar al modo Off-Road, que proporciona aún mejores características de conducción en terrenos más accidentados, que mejoran la tracción incidiendo en el control de tracción y el bloqueo del diferencial electrónico en esta versión de tracción integral. Cuando es necesario incluso se activa el control de arranque y el de descenso en pendiente.
Tanto en ciudad como en carretera el Karoq se muestra muy ágil, gracias a una dirección muy directa y a sus eficaces suspensiones que absorben perfectamente las irregularidades del asfalto o de los caminos o terrenos por los que se puede circular. Con un sistema McPherson delante y paralelogramo deformable detrás con sus correspondientes barras estabilizadoras, la estabilidad está más que asegurada, sobre todo con la tracción integral.
Exteriormente el Karoq está igualmente conseguido. Tiene una fisonomía compacta y que transmite seguridad y solidez, sobre todo en su sólido frontal, en el que destaca su típica calandra, negra y remarcada por una línea cromada y sus estrechos faros full leds, con su correspondiente luz de día con la misma tecnología y bajo ellos a media altura los antiniebla direccionales. Las llantas de 18”, las barras que recorren el techo y la amplia zona de plástico que recorre los bajos de las puertas, que se vuelven mucho más estrechos en los pasos de rueda, son sus signos más característicos en esta visión lateral. Mientras, la trasera esta dominada por la luneta y el amplio portón que casi llega a los laterales de la carrocería, pues incluso los grupos ópticos, con parte de sus luces de leds, quedan completamente en la esquina y solo una fina línea se prolonga por el propio portón. El paragolpes de plástico gris oscuro hace juego con los mencionados protectores de bajos de puerta y pasos de rueda. Por su parte, el escape se oculta bajo él.