Desde luego lo que acabamos de afirmar en la entradilla no es ninguna exageración, ni trata de menospreciar a la prestigiosa clase 6, sino todo lo contrario, al acercarse a ella el A4, gana en categoría, tamaño, tecnología, etc., como así lo han ido demostrando las sucesivas generaciones. Con esta nueva generación del A4, la marca de los cuatro aros vuelve a marcar la referencia en su categoría en cuanto a tecnología, terminación, ajuste y selección de materiales. Nuevos procesos de producción, herramientas inteligentes, contribuyen a ello, así como el denominado Meisterbock, el sistema que permite optimizar las cotas y los ajustes de todos los componentes visibles de la carrocería y del interior, incluso antes del inicio de la producción. Todo un proceso con un objetivo primordial, que la calidad esté presente en todos los elementos del nuevo A4 y así satisfacer siempre las más altas exigencias, y asegurarse de que cada componente cumple con sus especificaciones. En la producción del A4, por ejemplo, intervienen más de 12.000 piezas, y los distintos acabados, motores, transmisiones o equipamientos disponibles hacen que existan millones de formas de combinarlas y todas ellas están controladas por el departamento de Control de Calidad.
Con esta pequeña introducción “técnica”, se ha tratado de dar una idea de lo avanzado que es tecnológicamente el nuevo A4, el que hemos tenido la fortuna de probar. Y ahora veamos como es y que nos “ha transmitido” a los largo de la prueba. Como decimos, nada más verlo, el nuevo A4 ha ganado notablemente en presencia, tanto que frontalmente parece un A6 y solamente hay que observarlo lateralmente para advertir que es un 4 por su longitud más reducida. La “culpa” de esa posible confusión es la parrilla “Single frame”, que es ancha y baja, así como los nuevos faros, con la luz de día incluida y que portaban la tecnología Led y Matrix Led, que incluyen intermitentes dinámicos secuenciales. Lateralmente la línea es típica de Audi, con sus tres ventanillas y su morro afilado, destacando igualmente unas bonitas llantas de aleación, a igual que el corto maletero. Esta parte trasera, está dominada por unos nuevos pilotos horizontales de grandes dimensiones, que armonizan perfectamente con la tapa del citado maletero que contiene en su borde un pequeño alerón integrado, el voluminoso paragolpes y las cromadas salidas dobles del escape.
Aunque no por repetido deja de ser cierto y digno de volver a insistir en ello, Audi desde hace muchos años nos tiene acostumbrados a unos acabados interiores de excelente calidad, unos ajustes de alto nivel y a unos diseños, que si bien casi siempre son sobrios, igualmente son muy ergonómicos y bien estudiados. En el caso del nuevo A4, la calidad va incluso un paso más allá y la sensación que transmite el habitáculo es la de que nos encontramos en un coche de gama alta, con una calidad impecable.
Todos los ocupantes disponen de un espacio generoso; las suaves líneas enfatizan la anchura del interior. La parte frontal del salpicadero muestra una ancha fila de salidas de ventilación y una amplia superficie decorativa. De noche, las discretas luces del interior iluminan las puertas y la consola central, aportando al habitáculo una agradable calidez e intimidad. Pero el A4 también tiene transmite una alta percepción de tecnología debido sobre todo a su doble pantalla digital, la que tiene 8,3 pulgadas y va ubicada sobre el propio salpicadero y que va asociada al sistema multimedia MMI Navigation Plus, con mapas de Google Earth, que se maneja desde un mando giratorio y de manera táctil, aunque al contrario que otras pantallas táctiles no integran determinadas funciones, que se activan desde mandos mecánicos y así evitar que se ensucie en demasía la pantalla.
La otra pantalla se sitúa conformando el cuadro de mandos. Es una TFT configurable de 12,3” que da mucha información, además de los indicadores habituales a base de agujas, entre los cuales se muestran datos del ordenador de viaje e incluso las indicaciones resumidas del sistema de navegación. En la consola hay una hilera de botones muy útiles porque dan acceso directo a distintas funciones que el conductor previamente ha configurado. Los asientos ofrecen un alto grado de confort y sin llegar a ser netamente deportivos, sujetan bien el cuerpo y resultan acogedores. El trasero puede acoger por espacio a tres personas, aunque por configuración resulta más confortable para dos. El maletero tiene una capacidad de 480 litros, que se puede calificar de correcto sin más, pero que es muy aprovechable al tener unas formas muy regulares y con el piso prácticamente plano, en el cual se sitúan unas argollas, una red y a cada lado sendos compartimentos. El equipamiento es bastante completo en esta versión S line, tanto en materia de ayudas a la conducción y seguridad, como en los elementos de confort. También es de destacar el alto nivel de conectividad de que dispone el nuevo A4 y el excelente equipo de sonido de que se dispone. Equipo que se podrá disfrutar ampliamente debido a que el habitáculo del A4 está muy bien insonorizado, tanto de la rumorosidad mecánica, como del ruido de la rodadura.
La unidad probada estaba equipada con el motor diesel de 2 litros y 150 CV de potencia a 3.250 r.p.m., que es posiblemente la versión que tendrá una mayor demanda, gracias su equilibrio entre potencia, confort y precio. Este motor, que ya hemos probado en alguna otra ocasión en modelos del Grupo, tiene un funcionamiento igualmente equilibrado, entrega la potencia con “generosidad”, notándosele solo cierta pereza a la hora de recuperarse a muy bajas vueltas y un cierto nivel sonoro alto a velocidades cortas, si bien la mencionada y efectiva insonorización interior impide oírle, sea cual sea el nivel de revoluciones. El par se sitúa en los 320 Nm a 1.500 vueltas, magníficas cifras para dar un brío sobrado en cualquier nivel de revoluciones una vez que se supere ese “pequeño bache” a muy pocas vueltas. Por lo demás, la suavidad está siempre presente en el manejo del nuevo A4, una vez lanzado el coche se desliza en silencio y transmitiendo un alto nivel de seguridad y así, sin darnos cuenta se pueden superar sobradamente los anticuados límites genéricos de velocidad. Las prestaciones se sitúan en los 216 km/h, como velocidad máxima y en los 9,2 segundos, en la aceleración de 0 a 100 km/h. En lo que también es un “campeón” este motor, es en el consumo que, en recorridos mixtos, se establece en los 4,3 litros a los 100 y las emisiones de CO2 en los 119 grs. También es de destacar que se cuenta con el sistema de Star&Stop, que apenas se deja notar, tanto cuando se para como cuando se pone en marcha.
En esta ocasión, el coche montaba una caja de cambios manual de seis relaciones que funciona con suavidad y precisión, tiene unos recorridos de la palanca normales y el tacto del embrague es igualmente satisfactorio. Por otra parte, la amortiguación, de dureza variable (controlada electrónicamente), deja la carrocería 10 mm más cerca del suelo que la de serie con amortiguadores sin control electrónico. Gracias a esta posibilidad de elegir manualmente tres ajustes de dureza, se puede conseguir un ajuste suave (sin llegar a ser muy blanda) o firme (sin llegar a ser muy dura). La suspensión de dureza variable deportiva (que baja la carrocería 20 mm más que la de serie) también nos ha gustado. Ninguna de las dos resulta incómoda por exceso de firmeza al activar el modo dynamic. Otra de las característica de nuevo A4, es el profundo trabajo que han realizado los ingenieros para hacer que el modelo, además de más aerodinámico, sea más ligero (120 kg. menos que el modelo anterior), con lo que se consigue un notable ahorro de combustible y una mayor agilidad a la hora de conducir por zonas viradas, en las cuales además el coche va sobre railes, guiado por eficaces suspensiones multibrazo.