Volatilidad, inestabilidad, cambio permanente y agilidad son los condicionantes de un entorno en el que las pymes deben “moverse” con soltura para encarar los retos de la nueva era digital. id:43641
En los conocidos entornos VUCA resulta especialmente complicado idear una estrategia para navegar en el largo plazo. Sin embargo, explican los responsables de
Datisa, fabricante y comercializador de ERP para pymes que este año celebra su 40º aniversario, que es importante combinar los objetivos y estrategias para operar en el presente con las metas y estrategias que harán que la organización sea competitiva también de cara al futuro.
Isabel Pomar, CEO de Datisa dice que “es importante que toda la organización conozca cuáles son esas metas y cómo se prepara la compañía para alcanzarlas. En este sentido se debe establecer correctamente la misión y el camino para completarla. Pero, además, es necesario dotar a la empresa y a los equipos de las diferentes áreas que la componen de la flexibilidad suficiente en caso de que sea necesario hacer cambios”.
La digitalización es una pieza clave para impulsar el crecimiento de una pyme en una economía tan cambiante como la que define los entornos VUCA. Digitalizarse implica automatizarse y, por tanto, dotar al negocio de la agilidad que demanda precisamente este contexto tan volátil e inestable. Ahora bien, insisten desde Datisa que la digitalización tiene que aportar valor tanto para la pyme como para los clientes y proporcionar información óptima para la toma de decisiones.
“Últimamente hablamos tanto de digitalización que se llega a perder el foco sobre lo que en realidad implica para las pequeñas y medianas empresas. Por eso, es importante identificar el momento en el que se encuentra el negocio, determinar qué necesita, cómo podrá conseguirlo y qué recursos destinará para ello. Implementar tecnología, redefinir procesos o, incluso, modificar la lógica de los negocios, cambiar la cultura de la organización, re-pensar el modelo de relación con el cliente, etc. son todo, elementos a tener en cuenta. Aunque, en un pensamiento más básico, digitalizarse implica automatizarse. Y, a partir de ahí, vendrá -si procede- el resto”, asegura Isabel Pomar.
En cualquier caso, flexibilidad y agilidad resultan ser la clave para afrontar, no solo el corto, sino también el largo plazo, en el ecosistema Pymes. En este sentido, si hablamos de tecnología, es imprescindible destacar el protagonismo adquirido por los nuevos modelos de comercialización y explotación tecnológica, como puede ser el pago por uso o el SaaS. Estos formatos de “consumo tecnológico” dotan a la organización de la flexibilidad que necesitan, al menos, desde el punto de vista de la tecnología, evitando tener que comprometer unos recursos que, en las pymes, siempre son escasos.
Por otra parte, para responder con eficiencia y en los términos que exige el nuevo cliente digital, es necesario implementar procesos internos que apuesten por la rapidez, la sencillez, la seguridad y la transparencia. Ya no valen las demoras ni los retrasos. En un momento en el que la inmediatez marca el ritmo, las pymes deben operar de forma que puedan trabajar internamente de esa manera. Algunas organizaciones están implementando las famosas Metodologías Agile, sacadas de las fábricas de software, para gestionar internamente sus procesos y operaciones.
En este sentido, Isabel Pomar dice que “solo una compañía que opera de manera ágil es capaz de proporcionar productos, servicios y respuestas ágiles a sus clientes”. E identifica, por último tres claves para operar de manera eficiente y efectiva en estos entornos tan cambiantes:
- Aprendizaje continuo para adaptarse en función de los cambios
- Estructuras ágiles para evitar los departamentos estancos e impulsar el intercambio de información y el trabajo colaborativo
- Orientación al cliente como elemento prioritario