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Suzuki Jimny 1.5 102 CV

Suzuki Jimny 1.5 102 CV
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Volviendo a sus legendarios orígenes

Por Mariano García Viana
lunes 01 de abril de 2019, 23:23h
Con toda su sencillez y apariencia inocente, casi como un juguete grande, el modelo más pequeño de la marca, ha sido, desde su aparición en 1970, uno de los modelos más solicitados de mercado ¿Por qué? Porque tiene unas características para circular por el campo y hacer las delicias de los aficionados “trialeros” inigualables. id:43806
Efectivamente pocos, muy pocos coches 4x4 ofrecen las posibilidades de disfrutar fuera de la carretera como el Suzuki Jimny y esta nueva generación, la cuarta, no podría ser menos que sus antecesores y además con el “agravante” de adquirir unas formas cuadradas muy parecidas a las del modelo que se fabricó en nuestro país y dio origen a la leyenda del Jimny en España. Con menos de tres metros y medio de longitud y un peso de poco más de una tonelada, el Jimny es el coche ideal para disfrutar de los caminos más intrincados fuera de la carretera y enfilar nuevas rutas campestres, con la ventaja de tener un precio muy asequible y por lo tanto al alcance de muchos jóvenes “aventureros”.

Este excelente comportamiento se debe a varios factores además de los mencionados de agilidad, poco peso y pequeño tamaño. Por un lado cuenta la solidez del chasis con largueros de acero, por otro el contar con ejes rígidos en ambos trenes que además de ser sencillos se muestras robustos y sumamente eficaces para superar obstáculos intrincados. Por otro lado, también nos encontramos con una tracción total conectable. Es decir, si bien en condiciones “normales” por carretera el Jimny es tracción trasera, se puede conectar la tracción integral, pero, ahora bien, no es conveniente hacerlo a cierta velocidad y aunque la adherencia por estar el piso mojado invite a ello pues se puede dañar el sistema de la transmisión, es mejor hacerlo a baja velocidad, pues no hay que olvidar que no existe diferencial central. Mediante la pequeña palanca situada junto a la del cambio de marchas, además de la tracción integral se acciona también la reductora, que necesita que el coche este parado y hay que pisar el embrague, tanto para utilizar las velocidades cortas, como para volver a las largas. Esta reductora, como en la mayoría de los todoterreno “auténticos” divide por dos las velocidades largas.

Por último, señalar también que la altura del coche y sobre todo sus ángulos de ataque, ventral y de salida, facilitan de forma definitiva la utilización del coche fuera de la carretera, sin que rocen los paragolpes o los bajos con piedras o similares. No obstante, para evitar males mayores el Jimny puede estar equipado con unas pequeñas planchas metálicas que protegen los diferenciales o el propio cárter. Realmente pocos coches de similares características y utilización pueden presumir de unos ángulos tan favorables.

Siguiendo con las virtudes “campestres” del Jimny, señalemos que también las suspensiones están muy bien adaptadas para ese tipo de utilización, tienen un recorrido suficiente para facilitar el desenvolvimiento de los ejes rígidos y proporcionar un buen confort a los ocupantes es esas circunstancias, mientras que en carretera, si bien en los baches puede resultar algo brusca, no permite una balanceo excesivo de la carrocería en zonas viradas. Cuando se estén haciendo recorridos difíciles y si dos ruedas situadas diagonalmente pierden tracción, el control de tracción SLD las frena automáticamente para redistribuir el par al otro lado y permitir que el vehículo recupere la tracción. Este sistema permite al Jimny salir de superficies resbaladizas y caminos con baches. También es importante destacar que se cuenta con All Grip Pro para facilitar descensos difíciles.

En carretera el Jimny se defiende con dignidad y si bien no es un deportivo ni mucho menos, se comporta como un pequeño utilitario. Su motor de cuatro cilindros, de 1,5 litros, todo de aluminio, proporciona una potencia de 102 CV a 6.000 r.p.m. y un par de 130 Nm a 4.000 r.p.m. Desde luego las prestaciones no se puede decir que sean brillantes, 145 km/h de velocidad máxima y una aceleración de 0 a 100 de casi 13 segundos, no son cifras espectaculares, pues la concepción del coche e incluso su poco aerodinámico diseño de típico 4x4 así lo dejan entrever, pero a la hora de la verdad hemos conducido por carretera en muchas ocasiones al Jimny y ha sido capaz de mantener e incluso superar, el ritmo de la mayoría de los automovilistas, aunque fuera por autopistas despejadas. A pesar de la ligereza general del coche, la mencionada deficiente aerodinámica penaliza el consumo, que si se quiere conducir a elevado ritmo puede llegar a los 8 litros, si bien en una conducción más relajada y más propia del coche apenas supera los 6 litros.

En todas las situaciones, ya sea en asfalto o fuera de él, el Jimny se muestra como un coche dócil y fácil de conducir. En el cargado y complicado tráfico urbano su reducido tamaño facilita el aprovechar cualquier hueco libre por pequeño que sea, pues la dirección se muestra suave y rápida y el motor reacciona con rapidez a los requerimientos del acelerador. Tanto en esa circunstancia como en la carretera y en el campo los frenos se muestran muy eficaces y contribuyen esa ya mencionada agilidad mostrada. En cuanto a la caja de cambios manual de cinco velocidades, tiene un buen escalonamiento de las relaciones en su utilización como tracción trasera o integral, alcanzándose la velocidad máxima en cuarta, mientras que la quinta esta más bien orientada a contener el consumo. De todas formas se consiguen buenas aceleraciones, dentro claro está de que disponemos de 102 caballos. En el campo con el empleo de la reductora, también resultan adecuadas las relaciones y se puede circular por tierra, barro, etc. o superar grandes obstáculos sin problemas.

Decíamos en el subtítulo del artículo que esta generación del Jimny era como una vuelta a los orígenes del modelo, sobre todo el que se fabricó en nuestro país, pues ahora se retoman en la carrocería las formas más cuadradas e incluso la segunda ventanilla vuelve a ser perfectamente rectangular. Igualmente, el frontal es más vertical e incluye una zona de plástico negro que engloba la parrilla con sus cinco aberturas, incluida la ciega que contiene el logotipo de la marca y los faros que ahora son de xenón y más abajo, de color gris oscuro , el paragolpes de gran tamaño que contiene los antiniebla y una generosa entrada de aire. Los negros retrovisores exteriores son igualmente de gran tamaño y lo mismo se puede decir de los aletines de plástico que enmarcan los pasos de rueda. La vertical trasera muestra una luneta rectangular y lisa y una rueda de repuesto exterior sobre el amplio portón, que se abre de izquierda a derecha, y que ocupa toda la superficie por lo que los grupos ópticos se desplazan al amplio paragolpes donde permanecen incrustados. Las oscuras llantas de aleación de 15 pulgadas rematan el compacto y robusto aspecto del Jimny.

El interior es sencillo en líneas generales, pero en cambio el salpicadero muestra un diseño de todoterreno, es decir práctico y funcional, pero a la vez con una buena dosis de diseño. Así, el cuadro de mandos analógico, esta formado por dos “relojes” independientes, cada uno incrustados en una especie de caja, para velocímetro y cuentavueltas, estando separados por una pequeña pantalla vertical, que en su parte baja ofrece el nivel de combustible y en la superior las distintas informaciones que proporciona el ordenador de a bordo. En el centro del salpicadero, de forma superpuesta se sitúa la pantalla multifunción y bajo ella, de arriba abajo y por este orden, las salidas de aire centrales, los tres redondos mandos del climatizador, los interruptores de los elevalunas delanteros, de anulación del control de tracción y el del control de descenso, la toma de corriente y enchufe USB y un par de pequeños huecos portaobjetos. En el lado del acompañante encontramos una pequeña bandeja y una guantera de buen tamaño. Los asientos resultan cómodos aunque quizás les falte algo de sujeción lateral, teniendo en cuenta los lógicos vaivenes que podemos encontrar en las rutas camperas. El trasero, debido lógicamente al pequeño tamaño del coche, solo puede acoger a dos personas adultas, siempre que no sean muy voluminosas. El acceso a estas plazas resulta algo dificultoso, a pesar de que el asiento delantero se desplaza hacia delante. Como igualmente el lógico, el maletero es de pequeñas proporciones, 85 litros, pero puede ampliar su capacidad abatiendo el asiento trasero.

El Jimny ofrece un equipamiento bastante completo, sobre todo en elementos de seguridad, ya que incorpora el Suzuki Safety Support, que es como se denomina la tecnología preventiva de seguridad de la marca, que ayuda al conductor en todo momento. Así encontramos sistemas como el Dual Sensor Brake Support, que emite una señal acústica o visual si hay riesgo de colisión con el vehículo que nos precede o de atropellar a un peatón. En ambas situaciones aumenta la fuerza de la frenada o aplica incluso el freno directamente en función de la inminencia de la situación. También el Jimny ofrece la alerta de abandono de carril y la función de alerta anti-zigzagueo, cambio de luces carretera-cruce de forma automática, reconocimiento de señales de tráfico, control de presión de neumáticos, carrocería con absorción de impacto, 6 airbags………

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