El pasado 5 de junio la Comisión europea emitió las recomendaciones del Consejo sobre el Programa Nacional de Reformas de 2019 de España. id:46298
De acuerdo a Bruselas el desempeño de nuestro país en materia de innovación y productividad se ven obstaculizados por unos
niveles bajos de inversión en I+D y por la
inadecuación de las capacidades. Estas recomendaciones no son novedad, la referencia a las deficiencias en la política española en I+D son explicitas y reiteradas por parte de la Comisión.
En el mencionado informe se destaca que el gasto en I+D del sector empresarial en España asciende tan solo a la mitad de la media de la Unión, especialmente en el caso de las grandes empresas; observando importantes disparidades regionales. Esta divergencia se agrava por el bajo y además decreciente índice de ejecución del presupuesto público dedicado a la I+D, en este punto indicar que de acuerdo al último Informe COTEC 2019, presentado el pasado 6 de junio “la I+D+i, un año más, es una de las partidas que menor tasa de ejecución presupuestaria registra entre las 25 principales políticas del sector público, de los 7.003 millones de euros consignados en los presupuesto de 2018 para la I+D+i, el sector público estatal sólo ejecutó 3.278 millones (un 46,8%).”
Otro importante obstáculo se encuentra en la escasez e inadecuación de las capacidades al desarrollo y la utilización de tecnologías avanzadas, especialmente por parte de las pymes. El empleo en los sectores de alta tecnología y en los servicios intensivos en conocimientos se encuentra muy por debajo de la media de la Unión en muchas regiones españolas.
Entre las recomendaciones para mejorar nuestros resultados en materia de innovación y competitividad enumerar las siguientes:
- Centrar la política económica de inversión en el fomento de la innovación; en la eficiencia energética y en el uso de los recursos naturales.
- Realizar inversiones importantes para fomentar el emprendimiento y empresas emergentes, así como ayudar a estas a crecer, mediante, por ejemplo; la digitalización.
- Incidir en la cooperación público-privada, para una transferencia de tecnología efectiva.
- Mayor armonización entre las infraestructuras y los proyectos de I+D+i, en un marco de una sintonía en las estrategias de innovación nacionales y autonómicas.
- Mejorar la eficacia de las políticas de apoyo a I+D+i.
Son muchos los estudios que demuestran la correlación positiva entre la inversión en I+D+i, la competitividad y el desarrollo económico de un país, así como la sostenibilidad del estado del bienestar que nos afecta a Todos. Pero llevarlo a la práctica no es fácil, antes de diseñar políticas de fomento a la I+D+i, debemos tomar una decisión consensuada acerca de qué país queremos ser, asumir que los resultados no serán inmediatos, que se deberán priorizar sectores, definir retos tecnológicos y crear una conciencia colectiva al respecto.
Llevamos mucho tiempo hablando, pero urge llevarlo a cabo, y todos debemos ser palancas para accionar el cambio, la clase política, empresas, universidades, y los ciudadanos que deben percibir que la I+D+i es también su realidad y les afecta, exigiendo a nuestros gobernantes que actúen en consecuencia, con una decisión de voto que debería verse influenciada por la voluntad política sobre este asunto.