La economía británica está luchando por mantenerse a flote. id:47594
La incertidumbre por el Brexit está afectada a la confianza, haciendo que muchas empresas pospongan o cancelen proyectos de inversión. Incluso los hogares están recortando sus gastos. Según la última encuesta del British Retail Consortium, el crecimiento medio de las ventas se debilitó, registrando tan sólo un 0,6% en los últimos 12 meses, el menor incremento desde que se iniciaron los registros en 1995.
Las cifras del PIB de esta mañana muestran que la economía repuntó en mayo con un crecimiento del 0,3%, pero este impulso no ha sido suficiente para compensar la contracción del 0,4% de abril. Esto sugiere que todavía existe una posibilidad significativa de que la economía se contrajera en el segundo trimestre del año.
Los detalles del informe del PIB ayudan a explicar el problema. La producción industrial (incluida la manufacturera) recuperó un 1,4%, pero teniendo en cuenta la caída del 2,9% de abril, los datos del sector siguen en territorio negativo en el segundo trimestre. Mientras tanto, la debilidad del sector manufacturero parece estar expandiéndose. El sector servicios se mantuvo estable en mayo, frente a un crecimiento de sólo el 0,1% en abril.
Todo depende del Brexit
En el período previo a la fecha límite original del 31 de marzo para el Brexit, las empresas y el gobierno comenzaron a almacenar bienes y suministros en previsión de posibles interrupciones. Con la última fecha límite para la salida de la UE fijada para el 31 de octubre, las empresas han ralentizado la producción con el fin de gestionar el exceso de inventarios.
Tanto si el Reino Unido disfruta de un Brexit ordenado (con acuerdo) como si no, la acumulación de existencias tendrá que reducirse, lo que supondría una mayor debilidad en el crecimiento económico. Cuando ocurrirá no está claro, ya que el Partido Conservador está ocupado en elegir un nuevo líder, mientras que la oposición está tratando de legislar para conseguir evitar un Brexit sin acuerdo. A pesar de que los dos últimos candidatos a Primer Ministro insistieron en que harán oficial el Brexit en octubre, la realidad es que no hay tiempo suficiente para renegociar el actual Acuerdo de Retirada. El retraso parece inevitable.
¿Respuesta política?
Es casi seguro que el próximo Primer Ministro llevará a cabo una política fiscal menos dura después de años de austeridad. El gasto público en proporción al PIB se encuentra en su nivel más bajo desde 2003-2004, mientras que los ingresos fiscales se sitúan en su nivel más alto desde 1985-1986. Es probable que se produzcan recortes fiscales y un cierto aumento del gasto, pero ambos requerirán tiempo para tener un impacto significativo en la economía.
La política monetaria podría ser más eficaz, pero el BoE parece reacio hasta ahora a cambiar de rumbo. El mensaje del BoE es que está dispuesto a subir los tipos de interés a niveles más normales, pero se ve frenado por el alto grado de incertidumbre y riesgo que representa el Brexit.
Pensamos que el Banco de Inglaterra se mantendrá en modo espera este ejercicio y el año que viene llevará a cabo una subida de tipos suponiendo que haya un Brexit ordenado. Sin embargo, con los riesgos a la baja para el crecimiento económico, el Banco de Inglaterra tiene que estar preparado para cambiar rápidamente sus mensajes y ofrecer recortes de tipos de interés en caso de que la economía se deteriore aún más.