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Draghi prepara el bazooka pero ¿serán balas de fogueo?

Azad Zangana, Schroders.
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Azad Zangana, Schroders.

OPINIÓN: Por Azad Zangana, economista para Europa y estratega de Schroders

sábado 27 de julio de 2019, 11:08h
En la reunión de política monetaria de esta semana el Banco Central Europeo (BCE) ha mantenido sin cambios los tipos de interés y las políticas fundamentales. id:48230
La creciente preocupación por la debilidad del sector manufacturero y la persistencia de una inflación baja han llevado a varios miembros del consejo de administración a insinuar una mayor relajación en los últimos discursos. Sin embargo, el único cambio real que se produjo ayer fue una pequeña modificación de las previsiones del BCE sobre tipos de interés.

Anteriormente, las orientaciones del BCE habían sugerido que los tipos de interés se mantendrían en los niveles actuales al menos hasta mediados del próximo año. Las últimas previsiones han añadido la posibilidad de bajar los tipos durante este período, lo que supone que podría producirse un recorte de las tasas de depósito.

La atención se centrará ahora en la próxima reunión del BCE en septiembre, que coincide con la próxima actualización de las previsiones del BCE. Según el Presidente Draghi, "...Si las perspectivas de inflación a medio plazo siguen siendo inferiores a nuestro objetivo, el Consejo de Gobierno está decidido a actuar, en consonancia con su compromiso de simetría en el objetivo de inflación". Por lo tanto, a menos que se produzca un fuerte aumento de la inflación, o algo que sugiera un aumento inminente de la inflación (un aumento de los precios del petróleo o gran depreciación del euro, por ejemplo), es muy probable que el BCE añada nuevos estímulos.

La gran pregunta es si unos tipos de interés oficiales más bajos y una mayor relajación tendrían realmente un impacto positivo en la economía real. Después de todo, la tasa de depósito en la zona euro ya es negativa, mientras que los bancos tienen exceso de liquidez. Nuevos recortes de los tipos de interés perjudicarán a la rentabilidad bancaria, lo que probablemente no incentivará la concesión de nuevos préstamos. Mientras tanto, con el rendimiento de la deuda pública cerca de un mínimo histórico, es difícil justificar la necesidad de comprar más bonos.

Nos estamos acercando al final del mandato de Draghi y parece que este está deseoso de salir por la puerta grande. Sin embargo, ¿sigue teniendo Draghi su superbazooka político o se ha quedado sujetando una pistola de agua? En Schroders pensamos que las acciones de Draghi están dirigidas a impedir que el euro se aprecie frente al dólar estadounidense; sin embargo, parece que está fracasando en su empeño.

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