De ser la estrella de la desinfección, el formol ha pasado, desde que se descubrieron sus propiedades cancerígenas, a ser prácticamente solo usado como conservante. id:48581
Vamos a ver qué es el formol y cómo afecta a la salud: El formol, también conocido como formaldehído, es un compuesto químico muy volátil, tóxico e inflamable. De olor muy penetrante, es muy irritante. Es muy eficaz en la lucha contra bacterias, hongos y virus lo que motivó su éxito como desinfectante quirúrgico durante largo tiempo, hasta que quedaron patentes sus inconvenientes. En contacto con las proteínas las vuelve insolubles por lo que también es utilizado para la conservación de elementos biológicos en sanidad.
Y ahora veamos los motivos para no utilizar formol y con qué productos podemos sustituirlo: El Centro Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, perteneciente a la Organización Mundial de la Salud, clasificó al formol como compuesto cancerígeno en 2004. El formol también puede dañar las vías respiratorias debido a sus altos niveles de irritabilidad. Y también hay estudios que señalan al formol como causante de deformaciones físicas durante el embarazo. Lógicamente, los principales afectados por el formol son las personas que lo utilizan. Por todos estos motivos, queda claro que usar formol en la limpieza es un error y que ya solo es recomendable como conservante.
Como alternativas al uso del formol disponemos de varios tipos de productos, en función de las superficies a tratar. Para las superficies sanitarias en general, los desinfectantes clorados o en base a amonios cuaternarios son las opciones más recomendables. Y para la desinfección de material quirúrgico la mejor opción es el ácido peracético por su alto rendimiento frente a bacterias, virus y hongos. También es muy usado en la industria alimentaria y en procesos industriales como blanqueador de papeles.
Las principales ventajas del ácido peracético son:
- Amplia capacidad bactericida, virucida y fungicida.
- Ofrece resultados excelentes a un coste relativamente bajo.
- No genera residuos tóxicos ni daña el medio ambiente.
- Muy eficaz contra los temidos biofilms.
- No genera manchas en las superficies sobre las cuales se aplica.
Eliminación del biofilm
Los biofilms son agrupaciones de gérmenes que se vuelven resistentes a los desinfectantes que tratan de eliminarlos. Son gérmenes imperceptibles que se van acumulando y adhiriendo a diversas superficies, crean resistencias y suponen una amenaza para la higiene y la seguridad. Esto nos obliga a prestar especial atención a duchas, zonas de intercambio de calor, refrigeradores o grietas de superficies ya que, son el micro hábitat perfecto de muchos biofilms. Estas biopelículas comparten e intercambian nutrientes, lo cual provoca que se expandan y reproduzcan dentro de su capa impermeable.
Los biofilms son particularmente dañinos en la industria alimentaria, no solo por las enfermedades que pueden producir, sino por los efectos que este tipo de incidentes tienen siempre sobre la reputación y la fama de la marca afectada. La OMS determina que las Enfermedades de Transmisión Alimentaria (ETA) vinculan biofilms y trastornos digestivos por contaminación cruzada y se puede establecer una relación entre los microorganismos que habitan en una planta de producción y el alimento que se produce en la misma. Por ejemplo, la Listeria puede llegar a permanecer en el queso hasta 7 años y en el pollo hasta 12.
Detectar los biofilms y eliminarlos de cualquier tipo de instalación, ya sea hospitalaria, deportiva, de restauración o alimentaria es un reto constante y recuerden que la legislación alimentaria obliga a garantizar que los alimentos que se expiden estén totalmente libres de bacterias.