Estamos viendo una ligera disminución de las tensiones comerciales después de que el presidente Trump anunciara hace una semana un aplazamiento parcial de los nuevos aranceles aduaneros sobre los productos chinos. id:48966
Los impuestos sobre aproximadamente la mitad de los 300.000 millones de bienes objeto de las medidas (principalmente bienes de consumo) no se introducirán en septiembre, sino a partir del 15 de diciembre. Sin embargo, esta decisión no debe considerarse una concesión a China. Los posibles aumentos de precios en las tiendas de EE.UU. causados por estos derechos de aduana a finales de año podrían resultar políticamente perjudiciales para el presidente. El mes que viene podrían celebrarse nuevas conversaciones entre los dos países, pero éstas no deberían conducir a ningún progreso real. El yuan chino se ha estabilizado en torno a 7,05 frente al dólar estadounidense. El banco central chino dijo que no había cambiado su política monetaria y que mantenía su régimen de tipo de cambio flotante controlado.
Entre tanto, las cifras económicas más débiles de lo esperado en Europa y China han provocado nuevas tensiones en los mercados financieros. Además, los temores de una recesión en Estados Unidos han reaparecido tras la inversión de la curva de rendimientos estadounidense (el tipo a 10 años cayó por debajo del nivel del tipo a dos años). Esta configuración del mercado ha precedido a las recesiones de EE.UU. en el pasado, pero también ha enviado señales falsas. Además, el tipo a 30 años cayó por debajo del 2% por primera vez en Estados Unidos. Por el contrario, el tipo de interés a 10 años alemán siguió bajando y se situó en el -0,69%.
El aumento de los riesgos para la economía de la eurozona, así como la recesión en el sector industrial, podrían llevar al Banco Central Europeo a tomar medidas de estímulo monetario más fuertes de lo esperado en septiembre. Por su parte, el Gobierno alemán ha planteado la posibilidad de una relajación de la disciplina presupuestaria. El Ministro de Hacienda ha estimado por primera vez que el tamaño de un posible paquete de medidas de estímulo fiscal sería de 50.000 millones de euros. Sin embargo, hasta la fecha no se dispone de información detallada sobre las condiciones de su aplicación ni sobre su calendario.
Cifras decepcionantes en Europa y China, resultados desiguales en Estados Unidos
Varios datos económicos desalentadores han sido publicados en los últimos días en la Eurozona. En Alemania, el crecimiento del PIB disminuyó un 0,1% trimestral en el segundo trimestre, en línea con las expectativas. En esta primera estimación aún no se conocen los detalles, pero esta disminución se debe principalmente al debilitamiento de la demanda externa, mientras que el gasto de los hogares y del gobierno ha aumentado (aunque de forma limitada). La producción industrial de la zona euro cayó un 1,6% mensual en junio, frente a las previsiones que apuntaban a un descenso del 1,4%. Los bienes de equipo son los que más han sufrido (-4 mensual). Esto ilustra la falta de confianza de las empresas debido a las tensiones comerciales y a la incertidumbre en torno al Brexit.
Los indicadores de actividad de China para julio también fueron decepcionantes, después de una mejora en junio. La producción industrial creció sólo un 4,8% anual, frente al 6,3% de junio, muy por debajo del crecimiento previsto del 6%. Las ventas al por menor pasaron del 9,8% al 7,6% sobre una base anual. Una desaceleración debida principalmente a las ventas de automóviles. Los nuevos préstamos en China aumentaron a un ritmo más lento en julio, tanto préstamos bancarios corporativos como hipotecas. Por otra parte, la emisión de bonos del gobierno local se aceleró el mes pasado (como parte del paquete de estímulo del gobierno chino).
Las cifras recientemente publicadas en Estados Unidos muestran un panorama mixto. La producción industrial cayó un 0,2% mensual en julio, debido principalmente a una caída mayor de lo esperado en la industria manufacturera (-0,4%). Si bien la cifra del mes pasado se ha revisado al alza, esto sigue mostrando que la desaceleración del crecimiento económico mundial también está teniendo un impacto en la industria estadounidense. El aumento de la inflación subyacente en julio del 0,1% al 2,2% se debe principalmente a los precios de los servicios (alquileres, servicios médicos, etc.). Por lo tanto, la inflación subyacente parece haber mostrado signos de recuperación en los últimos meses. Las ventas minoristas subieron un 0,7% mensual en julio, significativamente por encima de lo esperado (0,3%). Aunque este incremento se debe en parte a factores temporales, esta cifra sigue indicando que el consumo en Estados Unidos se mantiene fuerte, lo que limita el riesgo de recesión. Sin embargo, la disminución de la confianza de los consumidores (Universidad de Michigan) en agosto, de 98,4 a 92,1 (97,2 esperados), muestra que los consumidores no son inmunes a una mayor escalada del conflicto comercial, a pesar de que el mercado laboral sigue funcionando bien y de que los ingresos disponibles de los hogares siguen aumentando.