Hasta siete estados europeos se han sumado al empleo de estos dispositivos en el transporte de personas y de mercancías peligrosas. Francia ha sido el último país en implantarlo como alternativa a la retirada del carné por puntos para conductores ebrios reincidentes. Nuestro país aún no tiene regulación al respecto. id:49266
El consumo de alcohol y drogas al volante continúa siendo uno de los mayores factores de riesgo en los accidentes de tráfico. En 2018, más de 43% de los conductores fallecidos dio positivo en alguna de estas sustancias nocivas, según la Memoria del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) sobre Víctimas Mortales en Accidente de Tráfico en 2018. Ello se traduce a un total de 232 conductores fallecidos en siniestros por abuso de sustancias perjudiciales para la salud.
Estas cifras alarmantes han motivado que los familiares de víctimas en siniestros con conductores ebrios al volante se movilicen para instar al Parlamento europeo a regular la implantación de alcoholímetros bloqueantes o Interlocks en los vehículos de nueva fabricación. De esta forma, podrían evitarse pérdidas inesperadas en las carreteras y se reforzaría la seguridad vial.
Los Interlocks miden el grado de alcoholemia en aire espirado e incorporan un inmovilizador del vehículo que desbloquea el arranque del motor solo si los resultados son favorables para la conducción. En caso contrario, impiden su puesta en marcha y evitan el inicio del trayecto. Estos dispositivos resultan de gran eficacia, en especial, para conductores reincidentes en el consumo de alcohol puesto que disuaden de realizar prácticas no saludables al volante.
La Unión Europea aprobó en 2015 una Directiva para aunar esfuerzos y concordar leyes en el empleo de este dispositivo. En primera instancia, catalogó en el carné de conducir el Código 69 para identificar a los conductores ebrios sancionados que tengan el carné restringido y cuyos vehículos integren alcoholímetros bloqueantes como el Interlock para circular. Y es que en Europa, en 2018, 25.047 personas perdieron la vida en accidentes de tráfico.
Aunque la directiva europea no obliga a todos los estados miembros a incorporar regulaciones al respecto, sí allana el camino para ello. Hasta siete países se han sumado a la utilización de los alcoholímetros para combatir las conductas peligrosas al volante derivadas del consumo de sustancias perjudiciales. Suecia fue la pionera en Europa en utilizar los bloqueos de arranque, seguida por Países Bajos, Bélgica, Alemania, Finlandia, que utilizan los etilómetros en los transportes de personas y mercancías peligrosas, así como para conductores que han cometido infracciones bajo los efectos del alcohol de forma reiterada.
En 2017, Austria se incorporó a la iniciativa y reguló que los condenados por alcoholemia pudieran optar al empleo de los dispositivos como medida alternativa a la pérdida del carné de conducir. El año pasado, Francia también estableció este sistema tras una experiencia previa en siete departamentos del país que demostró su eficacia para evitar una conducción irresponsable.
Fuera de las fronteras europeas, países como Estados Unidos (con particularidades en los estados) Canadá y Australia ya cuentan con experiencia acreditada desde hace años en el empleo de estos sistemas para los conductores reincidentes en el consumo de alcohol al volante.
Pese a estas referencias fructíferas, España se mantiene, por el momento, evaluando la recomendación de la Unión Europea en la instalación de los etilómetros y se encuentra a la espera de adoptar y fijar una legislación para poner en marcha de forma reglamentaria este dispositivo. Algunas asociaciones ya se han posicionado a favor de su incorporación en los vehículos para el transporte de mercancías y personas.
La medida se ve con buenos ojos y el horizonte más cercano habla de 2022 como fecha inicial para los primeros pasos. La normativa europea establece que para entonces los vehículos nuevos deben tener preparada una preinstalación o interfaz de estos dispositivos. Un pequeño avance, aunque mínimo, que debería venir acompañado de una implantación más firme. Porque, ¿qué sucede con los conductores ebrios? ¿El endurecimiento de las sanciones y la reforma del código penal ayuda a evitar una conducción irresponsable?
Los informes y estudios de los sistemas de bloqueohan demostrado que las acciones punitivas no resultan tan eficaces como las iniciativas rehabilitadoras, que, acompañadas de este tipo de barreras, pueden frenar la conducción bajo los efectos del alcohol. Parece que esta combinación podría tener efectos positivos en los conductores reincidentes ebrios. Habrá que esperar a ver qué depara la legislación. Por el momento, es una asignatura pendiente con grandes posibilidades.
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