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Toyota RAV4 Hybrid

Toyota RAV4 Hybrid
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El modelo que marcó el camino de los SUV mejora en todos los aspectos

Por Mariano García Viana
miércoles 04 de septiembre de 2019, 23:26h
Nacido en 1994, fue el primer modelo que, como sus iniciales indican Recreational Activity Vehicle 4 ruedas motrices, creó un nuevo segmento de automóvil y que hoy en día está en plena expansión, la de los SUV o crossover, modelos con características más o menos estéticas de todoterreno, pero más adecuados para un uso diario urbano o en carretera más que fuera de ella. id:49451
En estos años transcurridos el RAV4 ha ido evolucionando y abandonando poco a poco su aspecto de todoterreno, incluso con la rueda de repuesto en el portón trasero y adoptando unas formas más “suaves” y más de acorde con los SUV modernos, hasta llegar a esta quinta generación que es la que nos ocupa en esta ocasión.

Aunque la anterior versión ya incorporaba una fisonomía tipo SUV, más que la de un 4x4, el RAV4 actual ha dado un paso adelante en lo que a presencia, diseño, tecnología e infoentretenimiento importante. Si empezamos por su diseño ahora casi se podía afirmar que es de lo más conseguido del mercado, pues los estilistas han perfilado el coche de una acertadísima forma, sobre todo en su parte posterior, que ya no es tan rotunda como antes, pero sí más moderna y atractiva. El frontal quizás ha perdido el toque de Toyota que identificaba a la mayoría de sus modelos, pero sinceramente ha ganado ahora en exclusividad. Desde el capó todo es más vertical, pero en cambio se ve más elaborado pues no hay casi un milímetro que no este perfilado y tenga unas formas determinadas. Así, se puede apreciar que el abultamiento de las aletas de los pasos de rueda delanteros, se prolongan por debajo de los faros y llegan hasta la calandra hexagonal de tamaño mayor al visto anteriormente. Bajo ellas se abre la entrada principal de aire que en su parte inferior llega hasta el extremo del frontal, detalle éste que se puede considerar de alguna manera, como el “toque” que identifica a Toyota. Por su parte, los faros con tecnología led, se sitúan en la parte más alta y se desplazan lateralmente siguiendo la línea del capó motor, mientras que en su parte delantera se unen por una estrecha entrada de aire. Los antiniebla se encuentran en un cubículo vertical que esta dentro del ese señalado abultamiento de la aleta. Como decimos, un frontal muy conseguido, casi tanto como esos tres cuartos traseros que hemos comentado ya.

Pues bien, esta parte posterior o más bien la terminación lateral de la carrocería, marca la personalidad del nuevo modelo, pues el diseño de la tercera ventanilla, con una fuerte inclinación en su parte posterior, señala la de la luneta, que está protegida por un generoso alerón, que se prolonga por los laterales de la misma. Los grupos ópticos horizontales, con tecnología led, también tienen un buen tamaño y como modelo de Toyota sobresalen sobremanera en su parte superior y están unidos por un elemento color de aluminio. El portón se abre hasta la parte media del paragolpes, con lo que la altura de carga resulta muy cómoda para las operaciones correspondientes. Un difusor color de aluminio en la parte baja del paragolpes y dos salidas de escape ovaladas a cada lado del mismo, rematan una parte posterior. Francamente el RAV4 2019 esta muy conseguido estéticamente, sobre todo en esta versión probada de color blanco y con el techo, las llantas de aleación de 18”, los protectores de los pasos de rueda y la parte baja de las puertas, destacan más al ser de color negro y le hacen parecer incluso más largo de los 4,6 metros que tiene de longitud.

El habitáculo resulta amplio y nada más abrir las puertas además de este detalle, transmite una buena calidad y terminación de todos sus elementos, a pesar de la relativa sencillez que tiene el salpicadero. Éste presenta un cuadro de mandos muy fácil de interpretar y que realmente es una pantalla TFT de 7”, configurable, que ofrece además información seleccionable sobre el vehículo, viaje, etc, en definitiva, del ordenador de a bordo y de la parte mecánica/eléctrica. En el centro del bastante horizontal salpicadero y en su parte más alta, de forma como superpuesta, se sitúa la pantalla táctil multifunción de 8”. Tiene un manejo igualmente sencillo, combinado operaciones táctiles con otras a través de los pequeños interruptores y botones que la rodean. Bajo ella, además de las salidas centrales de aire del potente climatizador, se encuentran los mandos de éste, con dos botones de gran tamaño, supercómodos y su correspondiente pantalla para las temperaturas de cada lado y distintas posiciones de salidas del aire. Bajo estos mandos otra pequeña pantalla nos indica el estado de los airbags, de los cinturones de seguridad y las teclas de la calefacción de los asientos delanteros, así como la de anulación del control de tracción. Ya en la parte horizontal de la consola encontramos un hueco con los enchufes auxiliares, la plataforma para cargar el teléfono móvil por inducción, la palanca selectora de velocidades y unas teclas para el freno de mano eléctrico y para elegir la forma de conducción, Eco, normal o sport. Más cerca del conductor se sitúan dos huecos portabotes y el reposabrazos central con un hueco con dos niveles de generosa capacidad.

Los asientos delanteros son confortables y sujetan bien el cuerpo, siendo muy fácil encontrar la postura ideal ante el volante, gracias a las regulaciones eléctricas, en el del conductor, mientras que en el del acompañante estas son mecánicas, El trasero, por capacidad, puede acoger perfectamente a tres personas, tanto en lo que se refiere a espacio para las piernas, como para hombros o cabeza. Cierto es que la configuración es más adecuada para dos, pero es igualmente cierto, que al contrario que en otros coches, esta configuración esta menos señalada y resulta más cómodo para el pasajero central. Hay que resaltar que estas plazas disponen de sus salidas de aire del climatizador. El maletero es de lo mejor de su categoría, pues tiene una capacidad de 580 litros, que se pueden ampliar hasta los 1.690, abatiendo el respaldo trasero por completo, también se puede abatir en 1/3 o 2/3. El portón de acceso dispone de apertura y cierre eléctricos.

El equipamiento del nuevo RAV4 es muy completo, tanto en elementos de seguridad, como en los de confort y en los de infoentretenimiento. Entre los primeros, que forman parte de un paquete denominado Toyota Safety Sense, encontramos el programador de velocidad activo, el sistema de de precolisión con detección de peatones y ciclistas, reconocimiento de señales de tráfico, alerta de cambio de carril, asistente de mantenimiento de carril, detección de vehículos en el ángulo muerto, alerta de tráfico trasero cruzado, entre otros. Entre los de confort, además de los ya habituales elevalunas y retrovisores eléctricos, arranque sin llave….se pude disponer de cámara trasera, el mencionado cargador inalámbrico de móviles, sensores de aparcamiento delanteros, asiento del conductor de regulación eléctrica, visión de 360º del vehículo, equipo de sonido JBL, etc. Por su parte en lo que se refiere al infoentretenimiento, si bien es sencillo de manejar y la calidad de la pantalla multifunción es correcta, hay que señalar que su sistema Touch&Go2, no es compatible ni con Android Auto, ni con Apple Carplay, que son los más utilizados por la mayoría de los vehículos del mercado y por lo tanto no es posible utilizar las aplicaciones de Google Maps de móvil.

En la parte mecánica el nuevo RAV4, como buen Toyota emplea el sistema híbrido con motor de combustión de gasolina y un motor eléctrico, ya que al no ser esta versión 4x4 no necesita el segundo motor eléctrico de esas versiones. Hemos probado en otras ocasiones modelos de la marca también híbridos y sinceramente el RAV4 es el modelo que más nos ha gustado, por potencia, respuesta al acelerador, moderado sonido mecánico y prestaciones. El motor de gasolina es un 2.487 c.c. que proporciona una potencia de 177 CV a 6.000 vueltas y un par de 221 Nm entre 3.600 y 5.200 r.p.m., mientras que el eléctrico, situado en posición delantera, dispone de una potencia de 120 CV y un par de 202 Nm. En total la potencia disponible es de 218 CV totales, más que suficiente para conseguir adelantar desahogadamente, mantener un elevado crucero y conseguir unas respetables prestaciones que se pueden cifrar en 185 km/h de velocidad punta y una aceleración de 0 a 100 km/h de 8,1 segundos. El motor eléctrico se alimenta de una batería de níquel-hidruro metálico, situada entre el asiento trasero y el eje posterior y se recarga a través de un generador eléctrico que, movido por el motor de gasolina, proporciona la electricidad para la carga de la batería, que también puede recuperar energía a través de los frenos, ya que la energía cinética del roce de las patillas con el disco, el generador la convierte en electricidad.

Como en todos los híbridos el objetivo de los mismos es reducir el consumo de combustible y por lo tanto el de la emisión de gases contaminantes. Si bien el recorrido que puede hacer el RAV4 en modo eléctrico exclusivamente solo es de poco más de dos kilómetros, en una utilización en ciudad, en la que se combina la circulación en eléctrico, con la de combustión y paradas con utilización de los frenos, es cuando se aprecia la reducción del consumo que puede situarse de media en 4,5 litros a los 100 km. En carretera normalmente es el motor de gasolina, “ayudado” si es necesario por el eléctrico, cuando se requiere una fuerte aceleración o se quiere disfrutar un poco en zonas viradas, pero cuando dejamos de acelerar o bajamos cuestas, el motor se para y si utilizamos los frenos se recarga la batería, con lo cual casi siempre tenemos “una reserva eléctrica”.

Aunque al igual que en otros modelos de Toyota, acompañando al grupo motriz se emplea un cambio automático o mejor dicho un engranaje epicicloidal que se encarga de ajustar la relación de giro entre los motores y las ruedas. Es decir, no hay caja como tal sino un variador continuo de múltiples relaciones, esto hace que cuando aceleremos con decisión parezca que estamos forzando el motor y aumente el nivel sonoro, pero lo cierto es que en el RAV4 esta situación “sonora”, aunque notable, se mitiga bastante e incluso el sonido que llega es más agradable que en otros modelos equipados con este sistema. De todas formas el conductor, a través de una levas situadas tras el volante, puede actuar sobre la gestión del sistema del cambio y revolucionar el motor para conseguir una mayor retención.

El nuevo RAV4 es un coche fácil de conducir, como la postura ante el volante esta muy conseguida, la visibilidad es buena en todas direcciones, los mandos están al alcance de la mano y la dirección es bastante directa, cualquier conductor se puede adaptar en seguida a él. Las suspensiones, con McPherson delante y paralelogramo deformable, con sus correspondientes barras estabilizadoras atrás, se encargan de sujetar al coche sin problemas. Quizás el tarado de las suspensiones sea algo blando, lo que permite un cierto balanceo de la carrocería en curvas sucesivas, pero por el contrario, ello permite pasar con un buen nivel de comodidad, por los baches de la carretera o los desniveles si se circula por caminos fuera de ella, hecho este que lo permite perfectamente la altura libre con respecto al suelo de 19 cms. Los frenos, con cuatro discos ventilados, detienen el coche sin problemas y sin que haya que hacer grandes esfuerzos sobre el pedal. En definitiva, se puede circular con una gran rapidez y mantener cruceros muy altos, pues potencia hay de sobra y la sensación de seguridad que transmite, es realmente reconfortante.

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