«Buscamos clientes serios: no nos vale cualquiera». id:51096
En un mundo irremediablemente tecnológico,
Caralin Group es una compañía que trabaja con y para las personas. Y hace de ello su matiz diferencial. Al frente de esta plataforma multisectorial, compuesta por más de dos centenares de compañías (algunas tan conocidas como L’Oreal, Ibermutua, Lavinia, Gilmar...) está Juan Carlos Maté.
Un hombre de negocios cuya aventura comenzó hace apenas 12 años; casi, casi, en lo peor de la crisis económica. Por cuenta propia, sin medios ni clientes, partiendo de un crédito ICO, con familiares como empleados, y un plan de acción descrito en las páginas de un cuaderno escolar de su hija, este emprendedor puso en marcha lo que hoy es una realidad: un negocio que factura 2,5 millones de euros, y lo que es más importante: ayuda a otros a mover entre 45 y 55 millones de euros.
¿Qué es Caralin Group? ¿Qué productos y/o servicios engloba la plataforma?
Como empresa, Caralin Group trata de ser una compañía de servicios diferente. Que se mueve en un mundo tecnológico, pero con un matiz diferente: nosotros trabajamos para personas. Nuestra empresa lleva 12 años dedicándose a las siguientes especialidades: conserjes, auxiliares, recepcionistas, azafatas, telefonistas...
Somos una intermediaria, pero, ojo, no una central de compras. Nuestro valor añadido es que tenemos muy presentes los tres pilares fundamentales para hacer de nuestra labor algo único: las personas, los proveedores y los clientes.
¿De dónde viene Juan Carlos Maté como profesional? ¿Cuál fue su trayectoria profesional anterior, y por qué decide crear su propio proyecto?
He trabajado en compañías de seguridad y he aprendido de mis errores; aunque también de los errores que cometían los demás. Hace 12 años me marche de mi anterior empresa, básicamente porque yo tenía otros principios y no estaba conforme con lo que estaba viviendo.
Quería generar riqueza, pero para todos. Porque creo en la sensibilidad del ser humano. No somos una ONG, pero sí gente educada que mantiene principios y valores, que en muchos casos se están perdiendo.
En resumen, uno tiene que recordar siempre de dónde viene y hacia dónde se dirige. Y si has tenido la fortuna de crecer y tener recursos debes ser generoso con los que te rodean. Tengo muy claro que si quieres ser inmensamente rico debes de carecer de corazón.
¿Cómo reaccionó su familia cuando decidió dar este paso? No sería precisamente un momento sencillo...
Una auténtica locura. Me apoyaron en todo, porque son unos inconscientes, como yo, que no tenía ni idea de lo que era una compañía de servicios. Y encima daba comienzo la grave crisis de la que está saliendo este país.
Hice un plan de negocio en el que todo eran beneficios. Prácticamente no tenía ni idea de que había que ingresarle el IVA a Hacienda cada tres meses. Todo lo decidí en una estancia de 20 días en la playa, y lo único que hice fue aplicar nociones que son de sentido común, y que he siempre ha puesto en práctica en mi vida: si gano 1.000 no me puedo gastar 3.000; y lo que no quieras para ti, no lo quieras para los demás...
Tuve miedo, aunque apenas lo recuerdo. Y para obtener dinero tuve que hipotecar mi casa; así que si la cosa hubiese salido mal, lo habría perdido todo. Aunque tampoco era consciente de eso. Confiaba mucho en mí, y hoy me siento encantado de haberlo hecho.
La plataforma de empresas abarca diferentes sectores. ¿Cuál es la ventaja competitiva de Caralin Group respecto a una especialista?
Tengo muy claro que el valor añadido de esta empresa es el equipo que la forma. Nos preocupan las personas, y nuestra atención siempre es hacia ellas: una labor personalizada. Prueba de todo esto es que en 12 años no se ha marchado ninguno de nuestros trabajadores; lo que significa que están contentos.
También es importante la selección de los clientes; que sean honestos, que les preocupe el trabajo bien hecho y que valoran su dinero, pero no busquen solo la oferta más barata, sino la mejor. Son empresas privadas con un sentido de la responsabilidad y la formalidad extraordinaria. Por tanto, no nos vale cualquier empresa; por saber decir “no” hemos perdido oportunidades, pero seguro que también nos hemos ahorrado disgustos posteriores.
Ser una empresa de servicios, sin ser una central de compras, es más complicado; porque nos cuesta más vender: siempre lo hacemos a precio de mercado, nunca por debajo de costes y de convenio, y cuidamos mucho la forma de pago a nuestros proveedores y trabajadores. Por eso hemos conseguido, en estos 12 años, ser una plataforma de servicios muy completa con las mejores marcas.
El año pasado facturaron 2,5 millones de euros. Háblenos de ese equipo que menciona cuando dice que no está solo en Caralin Group.
Siempre he tenido claro que no tengo porque saber de todo, que es el error de muchos ejecutivos. «Para el éxito están todos preparados, pero para el fracaso no», es una frase que utilizo a menudo y que molesta bastante.
En este país, cuando hay problemas se suelen resolver de la siguiente forma: o se venden activos, o se despide a los trabajadores, o se reducen costas a base de “machacar” a los proveedores. Cuando conviene recordar que los errores se cometen a nivel de dirección, nunca los comete la plantilla.
Por suerte, tengo un equipo administrativo y jurídico externo, compuesto por César Muñoz y Raúl Sánchez, que son dos cracks. Como office manager cuento con Paloma Moreno, y por supuesto está el subdirector general de la compañía y mi mano derecha, José Luis López, que es mi punto de calma y tranquilidad.
Y no quiero olvidarme de mis delegados: Marcos Alonso, en Levante, José Antonio Peñaranda en Cataluña y Francisco Javier Gómez en Castilla y León. Ni del equipo que lleva las redes sociales y la comunicación: Comfix. Sin todos ellos no existiría Caralin, ni todo lo que hemos conseguido crear alrededor.
¿Cuál es el mayor hito que ha conseguido Caralin Group, y como lo habéis alcanzado?
En Caralin Group, independientemente de nuestra facturación y de haber alcanzado el centenar de puestos de trabajo creados y que mantenemos, hemos sido capaces de generar una riqueza en ventas para los miembros de la plataforma que probablemente supere los 50 millones de euros. Y esto, como acabo de decir, solo es posible con un gran equipo. Por tanto, para mí el hito de crecer pasa necesariamente por mi gente.
Mi mayor orgullo son, sin duda, todos aquellos profesionales que trabajan para mí. Por eso intento compensarles, aunque a veces el mercado y las circunstancias me vienen impuestas.
¿Cuál es o cuáles son los objetivos de cara al futuro?
Trabajar en la misma línea, con un crecimiento consensuado y moderado, respetando a todas las empresas del mercado. Y como siempre teniendo claro que no podemos entrar en determinados sectores o actividades por responsabilidad financiera y económica.
E intentar mejorar cada año un poco más, sabiendo que los errores que cometen otros a nosotros nos vienen muy bien. Y repito: no gastar más de lo que ingresamos.