Digisexualización, sexbots, juguetes, porno cibernético… el futuro ha llegado al sexo. La empresa líder mundial en salud sexual masculina, Boston Medical Group, explica cómo las nuevas tecnologías están cambiando los hábitos sexuales de los hombres. id:51841
Cada persona disfruta del sexo a su manera. Por ello, la era digital en la que estamos inmersos está cobrando cada vez más protagonismo en las tendencias sexuales de los hombres. La Inteligencia Artificial y la Realidad Virtual están entrando en la vida íntima de los seres humanos, complementando las necesidades sexuales tecnológicas que se avivaron con la aparición a finales del siglo XX del sexo cibernético y su posterior consolidación a principios del siglo XXI.
La próxima tendencia serán los digisexuales, un concepto del que se ha hablado en películas futuristas como Her o Sex Machina. Se trata de personas cuya identidad sexual primaria proviene del uso de la tecnología, que forman una intensa conexión con sus robots sexuales, hechos a medida para satisfacer sus deseos y practicar relaciones íntimas que nunca haría con los coetáneos.
Así, por ejemplo, ya se está trabajando con los sexbots. ¿Qué son exactamente? Son robots programados con IA y sensores corporales que responden al tacto, que pueden personalizarse para que se parezca a una persona, capaces de realizar hasta 50 posiciones preprogramadas e, incluso, que pueda llegar en el día de mañana a acompañar a los hombres a eventos sociales.
Es una demostración más de cómo las nuevas herramientas han traspasado fronteras que hasta hace poco tiempo eran inimaginables, como por ejemplo mantener relaciones a miles de kilómetros de distancia o tener un acceso ilimitado al sexo. Sin embargo, este nuevo escenario está creando una relación de dependencia que puede provocar problemas sexuales no solo en los adultos, sino en las generaciones más jóvenes
Adicción a la pornografía web
En los últimos 15 años ha surgido una tendencia que ha coincidido con la eclosión de la pornografía en la web y que puede agravarse con el desarrollo de la IA y la realidad virtual. Cada vez más menores de 30 años que no padecen diabetes ni enfermedades cardiológicas están llevando a cabo tratamientos contra la Disfunción Eréctil por su adicción al porno.
A diferencia del analógico, el material en internet es más persuasivo porque presenta elementos innovadores, provocando mayor estimulación sexual y, por tanto, más dependencia a sus contenidos.
De este modo, se llega a un estado en el que prácticamente nada provoca un deseo sexual normal. Se acostumbran a unos niveles de excitación sexual muy altos, que en ocasiones les es difícil alcanzar en sus relaciones de pareja habituales y se aburren, con lo que afecta a su vida sexual y las relaciones íntimas. Es lo que se conoce como desensibilización. En definitiva, hay una desconexión cerebro-genital y aparecen los problemas de erección. Por este mismo motivo, además, pueden presentarse trastornos de Eyaculación Precoz y deseo sexual hipoactivo.
Aunque está adicción afecta a cualquier generación, son los jóvenes a los que más les cuesta la recuperación después del tratamiento. En palabras del experto sexual Gary Wilson, autor de ‘Your Brain on Porn’, mientras que un hombre que ha superado la cuarentena tarda entre 8 y 12 semanas en volver a tener erecciones con normalidad, en el caso de los más jóvenes suele ser entre 6 y 12 meses, llegando a algunos casos hasta los tres años.
En palabras del director médico de Boston Medical Group, el doctor José Benítez, “es un problema cada vez más evidente entre la población, especialmente juvenil, porque el consumo es elevado. Hay que abordarlo principalmente desde un aspecto psicológico, si bien se pueden utilizar técnicas para interrumpir esta costumbre adictiva”.