Una fuerte conmoción está golpeando la economía mundial, tanto desde el punto de vista de la demanda como de la oferta (también hay un canal financiero). id:56073
China está muy integrada en la economía mundial (representa casi el 20% del PIB mundial) y las cadenas de suministro se han vuelto mucho más vulnerables desde los años noventa. Corea del Sur, Italia, Japón, Irán y Singapur representan casi el 10% del PIB mundial, lo que implica que casi el 30% de la economía mundial está ahora directamente afectada. Hay muchas cosas que no sabemos y la incertidumbre se cierne sobre nosotros. Además, los efectos no son lineales, lo que significa que un brote más duradero y medidas de contención aún más drásticas tendrían enormes repercusiones.
Los bancos centrales demuestran estar preparados para aliviar los episodios de tensión financiera: la Reserva Federal ha reducido sus tipos de interés en un 0,5% (al 1,25%) y puede que lo haga de nuevo en su reunión del 18 de marzo. El Banco de Inglaterra bajará sus tipos el 26 de marzo. El BCE está listo para actuar e inyectar liquidez en los mercados si es necesario. Si la situación empeora, el BCE puede comprar más bonos corporativos, reducir su tasa de depósito de -0,5% a -0,6% y hacer su sistema de tiering más generoso. El Banco de Japón proporcionará liquidez y podría acelerar sus compras de ETFs.
La política fiscal (en forma de estabilizadores automáticos, garantías de crédito, desempleo temporal, retraso en el pago de los impuestos, créditos fiscales...) debería ser más eficaz. Esto puede que lleve un poco de tiempo y los esfuerzos de coordinación resultarán difíciles, pero, al final, marcarán una diferencia significativa.
El coronavirus lastrará la economía global en el primer trimestre
El récord a la baja del PMI manufacturero de China en febrero arrastró al agregado del PMI manufacturero global a un mínimo de 11 años. Dado que el Covid-19 se extendió a más geografías en las últimas dos semanas, tendrá un impacto en las cifras del PMI del próximo mes en las regiones más afectadas. Dicho esto, la confianza de la industria manufacturera en China debería repuntar de nuevo, ya que la producción se está reanudando de forma lenta pero segura.
En cualquier caso, el virus pesará mucho en el crecimiento global del primer semestre (posiblemente incluso caiga por debajo del 0% en el primer trimestre). La OCDE acaba de reducir su pronóstico de crecimiento mundial para 2020 al 2,4% (desde el 2,9%). Esta proyección sigue pareciendo un poco demasiado optimista (el 2% parece más razonable, suponiendo que los gobiernos de todo el mundo no impongan las mismas medidas draconianas que China) pero estaríamos de acuerdo con el escenario base de la OCDE que contempla que la epidemia alcanzará su punto máximo en China en el primer trimestre de 2020, con una recuperación gradual hasta el segundo trimestre y de forma más acusada posteriormente. De hecho, nuestro escenario base sigue manteniendo que estamos ante una disrupción temporal de la economía real y esperamos que las economías se recuperen una vez que se desvanezca la incertidumbre.
Hasta ahora, tanto desde la perspectiva de los bonos como de las acciones, la reacción al mercado parece tener sentido. Las bolsas se estaban recuperando rápidamente de la desaceleración de 2018-2019. Dicho esto, la economía mundial no está sufriendo excesos y desequilibrios importantes que necesiten ser depurado. Además, recordemos que la economía mundial estaba mostrando claros signos de estabilización (en las manufacturas) antes del brote del virus.