El uso cada vez más frecuente de estos dispositivos en el mundo tiene un impacto cada vez mayor en términos de emisiones de CO2. id:56480
Según cálculos la industria norteamericana del carbón,
un solo teléfono inteligente puede llegar a consumir tanta energía como una nevera (el electrodoméstico que más consume). Atendiendo a estos datos, si un frigorífico eficiente consume de media en España unos 322 kWh por año (según el IDAE), un iPhone puede llegar a alcanzar consumos del orden de los 361 kWh anuales (sumando la batería, las redes y centros de datos).
Teniendo en cuenta que, de acuerdo a los últimos datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), actualmente hay cerca de 5.000 millones de usuarios de teléfono móvil en el mundo, esto supone un impacto tremendo en términos de emisiones de CO2.
Por ello, desde Back Market, primer Marketplace especializado en la venta de reacondicionado electrónico, han lanzado un proyecto bautizado con el nombre de CO2NSCIOUS, que permite reducir el impacto medioambiental derivado del uso de nuestros terminales. En concreto se trata de una aplicación que permite reducir la huella de carbono al cargar el teléfono móvil. Así, el usuario puede saber en tiempo real qué tipo de energía alimenta su teléfono y así conocer el mejor momento para cargarlo, con el objetivo de limitar su impacto en términos de emisiones de carbono.
De esta forma, la primera vez que el usuario enchufa el teléfono para cargarlo, CO2NSCIOUS calculará el mejor momento posible en las siguientes seis horas y, si ese es un buen momento, la aplicación le avisará mediante una notificación y le permitirá seguir cargando el dispositivo. Lo mismo si no es un buen momento, en ese caso recomendará un mejor momento para la carga.
“La mezcla de energía que alimenta la batería de un teléfono proviene de diferentes fuentes de energía, cada una de las cuales genera diferentes niveles de emisiones de CO2. CO2NSCIOUS ofrece información en tiempo real sobre qué tipo de energía se está utilizando para cargar el teléfono y el grado de emisiones que produce. Gracias a esta información, podemos conocer nuestra huella de carbono y reducirla”, explica Vianney Vaute, cofundador de Back Market.
La iniciativa que pretende durante algo más de un mes (la aplicación estará disponible para dispositivos Android desde ahora y hasta el 19 de abril) ofrecer una herramienta útil a los consumidores, tiene además el propósito de concienciar y quizás animar a que algún día los fabricantes de móviles integren esta herramienta de forma sostenible.
“El propósito de este proyecto no es decir qué energía es mejor porque hoy en día no hay ninguna completamente limpia. Además, somos conscientes de que las emisiones de CO2 es sólo un criterio entre otros muchos. El reto para nosotros aquí es sobre todo concienciar sobre el impacto medioambiental de un simple y banal gesto diario como el de enchufar el teléfono para recargarlo. Un gesto que se ha convertido en algo tan natural que mucha gente no es consciente del proceso que hay detrás y, en particular, del impacto que tiene para el medioambiente. Y es que la forma en que usamos nuestro teléfono puede marcar la diferencia", concluye el cofundador de Back Market.
El smartphone, el dispositivo más contaminante para el medioambiente
Aunque gran parte de la contaminación de un teléfono móvil está relacionada en gran medida con el ciclo de producción del dispositivo, donde influyen factores como los materiales que se utilizan para su fabricación, o el transporte del terminal hasta el punto de venta, estos aparatos continúan teniendo un gran impacto medioambiental durante su uso.
De hecho, según advierte un nuevo estudio publicado en la revista Journal of Cleaner Production, los smartphones serán, junto a los centros de datos, las tecnologías de la información y comunicación más contaminantes en el año 2040.
“En Back Market vendemos miles de teléfonos inteligentes renovados cada año, prolongando su vida útil y aprovechando al máximo los recursos naturales utilizados para crearlos. Pero nuestros dispositivos móviles continúan teniendo un impacto ambiental después de ser producidos y la forma en que los usamos también marca la diferencia”, concluye el cofundador de Back Market.