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Un apellido legendario para un coche de leyenda

Alfa Romeo Giulietta Quadrifoglio Verde

Alfa Romeo Giulietta Quadrifoglio Verde
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Por Mariano García Viana
miércoles 18 de noviembre de 2015, 23:11h

En 1923 el modelo RL de Alfa Romeo ganó la XIV edición de la mítica carrera Targa Florio y en su capó por primera vez lucía el trébol de cuatro hojas, el Quadrifoglio Verde. Desde entonces todos los Alfa de carreras han llevado este amuleto, que pasó a los modelos más deportivos de la producción a partir de los años 60.

Rememorando esa fecha histórica para la marca y siguiendo esa tradición empezada hace más de 50 años, Alfa Romeo ofrece en su modelo más significativo una versión apellidada con tan prestigioso símbolo. Se trata del Giulietta Quadrifoglio Verde, un auténtico deportivo con el bonito “traje” de turismo medio de la marca.

El “culpable” de este espíritu deportivo que, por cierto ya en su diseño guarda intrínsecamente el propio Giulietta, es el motor que guarda bajo lsu capó. Es el 1.750 c.c. turbo de gasolina (El mismo del superdeportivo de la marca 4C), que tiene un rendimiento sumamente alto, 240 CV a 5.750 r.p.m., que se convierte en una relación de 137 CV por litro, lo que ya da idea del comportamiento de este motor, que dispone de un par igualmente alto, 340 Nm, (Nada menos que 194 Nm por litro), que se mantiene constante entre 2.000 y 4.000 r.p.m., pero con el 80% de par disponible a tan solo 1.800 r.p.m., vamos que no se puede esperar de su comportamiento nada que no sea una aceleración fulgurante y unas recuperaciones del mismo nivel, como hemos tenido la fortuna de comprobar “in situ”. Esta moderna y potente mecánica cuenta con inyección directa, variador de fase, turbocompresor, un innovador bloque de aluminio y sistemas de admisión y escape específicos y mejorados para resaltar aún más la deportividad del vehículo. Así por ejemplo, se introduce el Engine Sound, un nuevo sistema de admisión que resalta el sonido típico y envolvente de los motores Alfa Romeo en general.

Las insinuadas prestaciones son verdaderamente deportivas como corresponde a un Alfa con el logo “verde”. La velocidad máxima supera los 240 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h, es de 6 segundos, mejor que muchos coupés de aspecto agresivo. Con estas prestaciones desde luego la adrenalina sube de forma determinante si se quiere disfrutar al máximo de las posibilidades de esta eficaz mecánica, pues además se cuenta con una caja de cambios perfectamente adecuado a ella. Efectivamente, se trata de un cambio automático de 6 velocidades de doble embrague en seco, el “Alfa TCT”, de última generación que tiene una respuesta inmediata según se requiera que el coche reaccione, en ningún momento, por deportivamente que se quiera conducir se echa de menos un cambio manual, parece como si el cambio del Giulietta adivinara cuando queremos cambiar para no perder ritmo. No obstante, para el que se sienta con más “poder” sobre las reacciones del coche, la caja se puede manejar secuencialmente a través de las levas situadas tras el volante, además las posiciones “up y down” de la palanca de cambios, dan acceso al control manual de la propia ergonómica palanca si no se quieren utilizar las levas mencionadas. Para mayor abundamiento en lo referente al comportamiento mecánico del Quadrifoglio, el afortunado conductor puede usar el selector de conducción “Alfa DNA”, para mejorar las características de confort, prestaciones, seguridad y eficiencia. Para terminar con este apartado, señalemos que otra de las peculiaridades del cambio “Alfa TCT” es la posible utilización del sistema “Launch Control”, para gestionar los arranques desde parado. Es decir, pisando al mismo tiempo el freno y el acelerador a fondo y pulsando la leva izquierda del volante, la centralita activa dicho sistema y en cuanto se suelta el freno, actúa sobre el cambio, el control de tracción y en la potencia del motor, para así maximizar la aceleración en la arrancada.

Los Quadrifoglio Verde de la gama Giulietta que disponen de este citado sistema, componen una dedición limitada y numerada, con algunas características estéticas especiales como es el exclusivo color gris magnesio mate, tal es el caso de llamativa unidad probada. Y ya que hablamos del aspecto exterior del Giulietta, comentemos que además de ese espectacular color mate o satinado, el diseño general es de lo más acertado. Compacto, con rasgos sumamente modernos y sobre todo con un espíritu Alfa inconfundible. El frontal es la parte lógicamente más identificativa, pues está presidida por la característica calandra de la marca, que obliga a poner la siempre antiestética matrícula a la izquierda, coronada por el inconfundible logo, recientemente retocado, basado en la cruz de la bandera de Milán y en el escudo de armas de la familia Viconte. En la parte baja unas grandes entradas de aire y un generoso alerón, están complementados por los redondos faros antiniebla. Es de destacar la forma de lágrima de los faros principales que engloban todas las funciones incluida la luz de día a base de leds. Lateralmente destacan, en esta versión, las llantas de color grafito de 18”, las pinzas de freno Brembo de color rojo, de cuatro pistones y dimensionados los delanteros y la ausencia de tiradores para las puertas traseras que están camuflados en el borde posterior de la ventanilla. La compacidad que transmite esta visión lateral se prolonga en la parte trasera, con una luneta redondeada igual que todo el panel hasta el difusor que integra dos grandes salidas del escape. Los grupos ópticos, a base de leds, son redondos, pero se prolongan en una línea sobre el portón, lo que hace inconfundible el coche en la noche.

En el interior destaca sobre todo el diseño como no podía ser menos, no se parece a ningún otro coche. Con un salpicadero muy horizontal en líneas generales, incluidas las salidas de aire centrales y como la pantalla multifunción escamoteable se sitúa en la parte alta del salpicadero, casi todo el frontal del mismo, queda limpio salvo por los mandos de la citada pantalla, pues ya los interruptores auxiliares y los del climatizador se sitúan más abajo. El cuadro esta como envuelto por el propio salpicadero, ya que le abraza por su parte superior y solamente los relojes principales contienen su propia visera. Como decimos muy personal en general y si bien los ajusten como hemos podido comprobar están bien conseguidos, no así el aspecto de los plásticos que, siendo buenos no transmiten esa calidad que no ponemos en duda. Los que si no ofrecen dudas son los magníficos asientos de piel y Alcántara ribeteados con costuras de color rojo, con los reposacabezas integrados y con una capacidad de sujeción muy efectiva y confortable. Algunos detalles del amplio habitáculo recuerdan que estamos dentro de un Quadrifoglio Verde, como las alfombrillas, los pedales de aluminio, etc.

Como es de suponer, el comportamiento es magnífico, las suspensiones deportivas, por supuesto de ruedas independientes, sujetan al coche al suelo como si se tratara de una lapa y en cambio no resultan incómodas incluso por zonas bacheadas. Las elevadas prestaciones y esa sensación de seguridad que transmiten, su eficacia en el comportamiento, sus potentes frenos y su dirección directa y rápida, invitan a divertirse con el coche en carreteras viradas, notando el excelente funcionamiento del igualmente rápido cambio automático.

Con un precio muy razonable que apenas supera los 30.000€, el Giulietta Quadrifoglio Verde, es el modelo compacto con una relación de precio calidad, prestaciones, eficacia rutera y seguridad, sin parangón en el mercado.

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