Son muchas las familias de este país que han perdido su casa, se las ha quedado el banco por no pagar la hipoteca o los han desahuciado por no poder hacer frente al alquiler. id:62037
También los jóvenes encuentran muchos problemas a la hora de independizarse o muchas personas cuando se encuentran en una situación familiar difícil y necesitan acceder a una nueva vivienda. El alquiler social puede ser una vía de escape para todos ellos si se cumplen los requisitos que se van a ver en este artículo
El estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008 y la crisis económica en la que se ha visto inmersa la sociedad en los años posteriores tuvo un fuerte impacto en la sociedad. Ahora, con la crisis pandémica del coronavirus todo parece indicar que la precariedad económica va a ser de nuevo la tónica general. El resultado, por unos motivos o por otros, es que la gente se queda sin recursos económicos, no pueden pagar la letra de la hipoteca y muchas personas pierden sus viviendas, las cuales van a para a las manos de los bancos.
Muchos inquilinos, por su parte, también sufren las peores consecuencias de la crisis y son expulsados por no pagar el alquiler. Por otro lado, los jóvenes no pueden independizarse, algunos mayores si trabajo, sin prestaciones ni un techo donde vivir… y muchas personas que se encuentran en una situación difícil en casa no tienen la capacidad económica necesaria para marcharse. Para todos ellos, el alquiler social es una opción a contemplar si cumplen con los requisitos necesarios, que se encuentran perfectamente detallados en la página a la que se accede haciendo clic en el enlace anterior.
¿Qué es el alquiler social?
El alquiler social es una de las mejores opciones de acceso a una vivienda para personas con pocos recursos económicos y en una situación de vulnerabilidad social.
En España, existe un régimen de viviendas en alquiler protegido que regula cada comunidad autónoma y los ciudadanos pueden acogerse a este tipo de arrendamiento si cumplen con las condiciones necesarias. Representa una oportunidad que permite el acceso a una vivienda a personas que no pueden hacer frente al precio habitual que estas mantienen en este país.
Este plan concebido por el gobierno se apoya en distintos bancos e instituciones financieras que participan ofreciendo las viviendas que tienen en propiedad a bajo coste para los más desfavorecidos. Entre estas entidades colaboradoras están BBVA, La Caixa, Banca March, Banco Ceiss, Banesto, ING Direct, Caja laboral popular, Caja de ahorros y Monte de Piedad de Otinyent.
El Ministerio de Economía y Competitividad, Sanidad y Servicios Sociales e Igualdad es el que se encarga de la viabilidad de este plan. Los bancos, por su parte, son los que se ocupan de presentar las características del piso, tamaño, superficie y dirección, para proveer a las familias, jóvenes o mayores las viviendas que mejor se adapten a sus necesidades y circunstancias.
¿Cuál es el precio del alquiler social?
Las viviendas que se ofrecen con un alquiler social oscilan entre los 150 y 400€ mensuales, con un límite máximo del 30% de los ingresos netos totales de la unidad familiar. Estos precios, como cabe suponer, son muy inferiores a los que se encuentran habitualmente en el mercado.
La única obligación como arrendatario es respetar y cumplir íntegramente el contrato de arrendamiento firmado con la entidad bancaria propietaria. Además, debe estar dedicado a un uso como vivienda habitual, y se debe conservar en las mismas condiciones de habitabilidad en las que fue entregada la propiedad.
El contrato tiene una duración de dos años. No obstante, es ampliable hasta siete si se siguen cumpliendo los requisitos que exige el plan de viviendas de alquiler social.
Un plan que favorece a inquilinos y propietarios
Son muchas las dificultades a las que se enfrentan los españoles para llegar a fin de mes. Los gastos en suministros de luz y agua, los gastos de alimentación y productos para el hogar… Aquellos que viven de una prestación o con salarios muy bajos, no pueden pagar los precios de los alquileres del mercado.
Sin embargo, el gobierno en colaboración con los bancos ha creado el plan de alquiler social. Es un plan muy conveniente para la población en riesgo de exclusión, tengan acceso a una vivienda a un precio asequible. Así mismo, es interesante para los bancos, que cuentan con muchas viviendas vacías por la crisis económica de 2008, en la que muchas familias perdieron sus hogares por no poder hacer frente al pago de las hipotecas.
De este modo, cobran una mensualidad y además los inmuebles no sufren deterioro por estar vacíos. De hecho, una de las obligaciones de los inquilinos es mantener las viviendas en las mismas condiciones de habitabilidad en que se la encontraron.
Es un plan, por tanto, que favorece a ambas partes que llegan a los acuerdos más convenientes según cada familia, sus ingresos y las propiedades que tienen los bancos disponibles para este fin.