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¿El Covid-19 marcará el final del dinero en efectivo?
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¿El Covid-19 marcará el final del dinero en efectivo?

OPINIÓN: Por Roger Doig, analista de renta variable europea de Schroders

lunes 17 de agosto de 2020, 13:36h
La crisis de Covid-19 ha cambiado nuestra vida cotidiana de múltiples maneras y ha acelerado una serie de tendencias que ya estaban en marcha. id:62129
Roger Doig , Schroders.
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Roger Doig , Schroders.
Un cambio obvio es que la necesidad de usar dinero en efectivo se ha evaporado por completo, ya que todas las transacciones se realizan on line o a través de aplicaciones y tarjetas. Creemos que esta tendencia está aquí para quedarse y ofrece oportunidades para los inversores.

¿Cuáles son los beneficios de los pagos con tarjeta?

En medio de una pandemia, la posibilidad de que el uso de dinero en efectivo sea un medio de transmisión de infecciones es un claro impulsor de la tendencia hacia otros métodos de pago. Al mismo tiempo, aunque a los comerciantes se les cobra por las transacciones con tarjeta, los cargos han ido disminuyendo y ahora son bajos en relación al coste y a la inconveniencia de manejar dinero en efectivo.

La comodidad para el cliente es el principal impulsor de la caída en desuso del dinero en efectivo y esto ha sido posible gracias a las mejoras en la tecnología. Pagar con tarjeta solía ser más difícil e implicaba firmar los pagos con tarjeta, obligando a un camarero o dependiente a juzgar si nuestro garabato en un recibo coincidía adecuadamente con la firma de nuestra tarjeta. La llegada de la tecnología del chip y el pin pusieron fin a las firmas, y han sido seguidas rápidamente por los pagos contactless usando tanto teléfonos como tarjetas.

La pandemia también ha hecho que los países aumenten el límite de los pagos con tarjeta contactless. En la eurozona ha pasado de 20 o 25 euros en la mayoría de los países a 50 euros. Esta mayor flexibilidad es otro factor que acelerará la adopción de las tarjetas en lugar del efectivo, en nuestra opinión.

No obstante, dentro de Europa, el uso de dinero en efectivo difiere mucho de unos países a otros. Algunos países, en particular los países escandinavos, ya habían avanzado hacia una sociedad sin dinero antes de la pandemia. En Suecia, en particular, el uso de dinero en efectivo ha disminuido drásticamente en los últimos años. Esperamos que otros países sigan el ejemplo. Los datos del Banco Central Europeo (BCE) muestran que el número total de pagos no monetarios aumentó un 7,9% hasta los 90.700 millones de euros en 2018. Sin embargo, algunos países, como Alemania e Italia, han sido más lentos en abandonar el dinero en efectivo que otros. Esto sugiere que hay un mayor margen para que la industria de pagos crezca en estos países que en aquellos donde ya está bien establecida.

¿Cuál es el impacto social de los pagos no monetarios?

Los pagos no monetarios suponen un gran beneficio para la sociedad en el sentido de que son mucho más fáciles de rastrear y, por lo tanto, es más fácil que se recauden los impuestos pertinentes. En la actual pandemia, con el dinero público bajo presión, esta consideración es especialmente relevante.

Además, también tiene beneficios para muchas empresas en relación a la seguridad, ya que no tienen que ocuparse de tener grandes sumas de dinero en efectivo en el local o de transportarlo.

Sin embargo, la disminución del uso de efectivo plantea la cuestión de la inclusión financiera. Quienes no tienen acceso a las cuentas bancarias podrían verse excluidos. Un documento del BCE de 2017 sitúa la población no bancarizada de Europa en un 3,6%. Esto se debe a menudo a la gente recibe su salario en efectivo. Si las industrias que actualmente pagan los salarios en efectivo cambiaran a pagar en cuentas bancarias, entonces esos empleados abrirían cuentas bancarias.

Mientras tanto, las personas que prefieran retirar dinero en efectivo pueden encontrar cada vez más trabas para hacerlo. Los bancos no están dispuestos a mantener las costosas redes de cajeros automáticos con una demanda de efectivo cada vez menor. Los datos del BCE muestran que en 2018 el número total de cajeros automáticos en la eurozona disminuyó un 0,3%, mientras que el número de terminales en puntos de venta aumentó en un 11,2%. Lo preocupante es que esto podría afectar particularmente a las personas mayores, que pueden ser menos propensas a adoptar los pagos con tarjeta.

Dicho esto, parece improbable que el dinero en efectivo desaparezca por completo. Gran parte del efectivo en la eurozona no está en circulación diaria, sino que se utiliza como reserva de valor. Según una encuesta del BCE de 2016, el 12% de la población de la eurozona tenía más de 1.000 euros en efectivo en casa. Los billetes de euro vienen en denominaciones tan grandes como 500 euros (en proceso de retirada, pero aún de curso legal) lo que hace relativamente fácil almacenar sumas sustanciales en casa. Pero la pandemia está fomentando el uso de pagos alternativos al efectivo para las transacciones cotidianas, y creemos que es una tendencia que sólo se acelerará a medida que los beneficios para la sociedad superen algunos de los desafíos temporales.

¿Qué significa esto para los inversores?

Desde el punto de vista de la inversión, la trayectoria de la industria de pagos en Europa parece clara porque tenemos el ejemplo a seguir de EE.UU. Allí, los negocios de pagos se desarrollaron en gran medida dentro de los bancos, luego se convirtieron en empresas independientes, y posteriormente hubo una fase de consolidación. La industria en Europa ha seguido el mismo camino. En los últimos años, se han formado entidades independientes mediante la acumulación de activos de los bancos por parte del capital privado; incluso algunas ya han salido a bolsa. Estamos empezando a ver fusiones y adquisiciones entre estas entidades y esperamos que esto continúe.

La probabilidad de que se produzcan más fusiones y adquisiciones tiene sentido si consideramos lo que hacen realmente los proveedores de pagos: ayudan a los comerciantes a aceptar pagos en tiendas u online y los encaminan a través de las redes de tarjetas. Tener la tecnología adecuada es crucial y costoso, mientras que el procesamiento de los pagos adicionales incurre en un gasto extra insignificante. Por lo tanto, tiene sentido que las empresas se consoliden e inviertan en la mejora de su tecnología.

Una consideración importante para Europa es el grado de armonización de los servicios de pago en toda la Unión Europea. La Comisión Europea ha estado trabajando para crear una zona única de pagos para que se apliquen las mismas normas en todos los países, con las mismas protecciones para el consumidor y una amplia gama de opciones de pago. Este es un factor importante para permitir que se produzcan fusiones y adquisiciones, ya que posibilita la escalabilidad de la tecnología en todos los países.

Europa también ha puesto en marcha recientemente la Iniciativa Europea de Pagos, que tiene por objeto sustituir los sistemas nacionales de tarjetas por una tarjeta europea común. Esta iniciativa se encuentra actualmente en una fase muy temprana, pero podría contribuir al crecimiento del sector europeo de pagos con tarjeta.

Si bien no es un indicador exacto de la aceptación de los pagos con tarjeta, en el gráfico que figura a continuación se muestra la relación entre el efectivo en circulación y el PIB en las distintas economías. Podemos ver que la eurozona va a la zaga de los países escandinavos y del Reino Unido, y de otras economías importantes como la de Estados Unidos. Una vez más, esto sugiere un mayor potencial para que la eurozona se ponga al día en términos de pagos con tarjeta.

La posibilidad de un período prolongado de mayor crecimiento hace que los proveedores de pago sean, en nuestra opinión, una interesante oportunidad de inversión. Gran parte del resto del sector financiero, en particular los bancos, está lidiando con las consecuencias negativas de un entorno prolongado de bajos tipos de interés y la crisis de Covid-19. Por el contrario, los pagos con tarjeta y digitales estaban creciendo de todos modos y la pandemia ha proporcionado un viento de cola adicional. El factor de conveniencia para el cliente se ha multiplicado y los negocios que antes no aceptaban pagos con tarjeta se han visto obligados a hacerlo por las circunstancias. No obstante, aunque la industria en general parece atractiva, cada acción debe ser analizada individualmente.

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