Ha tenido lugar en Santander la presentación de la Memoria de 2015 de la Fundación Botín.
El Presidente de la Fundación, Javier Botín, quiso comenzar sus palabras haciendo referencia al Sector Social, un sector que no sólo “ha respondido de un modo ejemplar a los profundos cambios que ha experimentado nuestro país en los últimos años”, sino que incluso “podría servir de ejemplo a otros sectores”. Aseguró, además, estar convencido de que jugará, si sigue haciendo las transformaciones necesarias, un papel fundamental en la generación de riqueza y desarrollo social de cara al futuro.
Sobre la Fundación Botín, su Presidente afirmó que no ha sido ajena a este proceso de cambio, habiendo evolucionado en los últimos años, y muy especialmente en 2015, su forma de intervenir en la sociedad, desarrollando para ello “sistemas de medición de impacto cada vez más precisos, colaborando más con otras organizaciones, innovando -tanto en programas como en procesos- y buscando siempre el equilibrio entre perseguir objetivos a largo plazo sin por ello dejar de responder a los retos que cada momento nos presenta”.
Para referirse a esta transformación, Javier Botín mencionó algunos de los programas de acción social que la Fundación desarrolla:
En el marco del Programa de Desarrollo Rural en el Valle del Nansa y Peñarrubia, hizo referencia a la iniciativa Nansaemprende como ejemplo de aprovechamiento de los sistemas de medición de impacto para tener muy claros los objetivos de los programas y centrar así los máximos recursos en las estrategias que mejores resultados vayan a generar.
Según Javier Botín, en estos cinco años de actividad, esta iniciativa de apoyo a emprendedores rurales “ha contribuido a crear 32 empresas -otras 14 están en trámites de apertura- que emplean a 73 personas y que facturan, en conjunto, 1,5 millones de Euros”.
Además, Botín quiso referirse al impacto de otras dos iniciativas que se enmarcan dentro del Programa de Desarrollo Rural en el Valle del Nansa y Peñarrubia, un programa que –según recordó- en 2015 premió Hispania Nostra por su intervención en el territorio y el paisaje: “El programa de mejora de la rentabilidad ganadera, cuyo número de participantes ha aumentado, sólo en 2015, un 85%, siendo éste un proyecto que ha permitido a sus participantes incrementar la rentabilidad de sus explotaciones en más de un 50%; y las Jornadas Europeas de Patrimonio, que se celebraron por segundo año consecutivo en el Nansa y atrajeron a más de 3.500 personas, con el impacto que ello supone para la promoción de la zona como destino turístico”.
Por todo ello, el Presidente de la Fundación Botín aseguró que “este programa es un buen ejemplo de que cuando se lucha por objetivos ambiciosos durante el tiempo suficiente, y se ponen las bases adecuadas, los logros al final llegan”.
Otro claro ejemplo del aprovechamiento de los sistemas de medición de impacto en beneficio de los programas es Educación Responsable, el programa para el desarrollo de la inteligencia emocional y social que la Fundación Botín lleva a cabo en más de 200 centros escolares de 7 comunidades autónomas. “Son más de 100.000 alumnos los que se benefician de él gracias a la admirable participación de más 12.000 docentes”, puntualizó el Presidente, quién aseguró que “medir año a año los resultados nos ha permitido comprobar que la extensión del programa no ha afectado a la satisfacción de los profesores”.
Además, Javier Botín quiso adelantar algunos indicadores que se desprenden de las conclusiones de una exhaustiva evaluación realizada entre 2012 y 2014 con la Universidad de Cantabria. “Aunque aún estamos analizando en profundidad los datos, les puedo avanzar que los resultados son incluso mejores que los que se obtuvieron en la primera evaluación de este tipo que hicimos entre 2007 y 2009, cuando aún se trataba de un proyecto piloto en tres colegios de Cantabria. El programa mejora de manera estable y robusta las habilidades sociales, emocionales y creativas de los estudiantes, y en concreto mejora su capacidad creativa -que es una de las variables que más nos importan- en más de un 15%”, aseguró.
Como ejemplo de la apuesta de la Fundación por la colaboración y la innovación, Javier Botín se refirió especialmente a Mind the Gap, el proyecto que desde hace seis años desarrolla el equipo de ciencia de la Fundación para ayudar a algunos de los mejores científicos españoles en biomedicina a convertir sus descubrimientos en productos y servicios que generen riqueza. “Mind the Gap se ha convertido en un innovador modelo colaborativo entre instituciones públicas, sociales y privadas, que responde a lo que en el mundo anglosajón se llama “impact investment”, porque además de generar desarrollo social puede producir un retorno financiero”, comentó. Así, las seis nuevas empresas biomédicas que surgirán de las dos próximas convocatorias del programa –y de las que una ya está en marcha- serán financiadas no sólo por la Fundación Botín, como había sucedido hasta ahora, sino en colaboración con cinco inversores privados. “Este es un buen ejemplo de cómo innovando y colaborando se puede ganar en eficiencia, porque este nuevo modelo permite multiplicar por seis el impacto social de cada euro invertido por la Fundación en el programa”, aseguró el Presidente de la Fundación Botín.
En 2015, Mind the Gap trabajó en el desarrollo de cinco proyectos activos, de los cuales cuatro son ya empresas constituidas al auspicio del programa y captaron 2 millones de euros de capital privado sólo el año pasado. Su valor agregado supera ya los 30 millones de Euros, habiendo invertido la Fundación Botín en ellas 2,5 millones.
Otro claro ejemplo de colaboración y de innovación, así como del empeño de la Fundación Botín por buscar siempre el equilibrio entre perseguir objetivos a largo plazo y dar respuesta a algunos de los retos sociales más urgentes de nuestro país, es El Desafío de Talento Solidario, un programa que habiendo nacido hace tan sólo dos años ha estudiado en 2015 cerca de 300 ideas para mejorar la calidad de la educación en nuestro país, de las que se seleccionaron tres proyectos que ya están recibiendo el apoyo de la Fundación “con el añadido, y en este caso es un objetivo propio del programa, de que están siendo desarrollados por siete organizaciones sociales que se han conocido y que han decidido colaborar entre sí”.
Esta iniciativa nace del programa Talento Solidario, que desde hace seis años ayuda a organizaciones sociales a poner en marcha proyectos nuevos y sostenibles económicamente, buscando profesionales en desempleo para impulsarlos, y que ya cuenta con una Red integrada por 137 organizaciones sociales que innovan, apuestan por el talento, colaboran entre sí y buscan la máxima eficiencia social. Según Javier Botín, para su desarrollo la Fundación cuenta con la ayuda, entre otras instituciones, de la Fundación Mahou San Miguel, la Fundación Accenture, la Fundación Pombo, la Fundación Caja Navarra, la Fundación Tatiana y la Fundación KPMG, a las que quiso agradecer “su apoyo y confianza”, puntualizando que “el hecho de que más del 90% de los proyectos puestos en marcha sigan existiendo ya sin nuestra ayuda, muestra que vamos en la buena dirección”.
Otra iniciativa que ha querido destacar el Presidente de la Fundación en su intervención es el Programa para el Fortalecimiento de la Función Pública en América Latina, que es también consecuencia de una mirada innovadora a la generación de desarrollo, intentando que más de lo mejores quieran dedicarse al servicio público. Según Botín, “en seis años este programa ha logrado constituir una sólida Red con más de doscientos servidores públicos en toda América Latina, que en noviembre de 2015 celebró su primer encuentro en Brasil, reuniendo a casi 150 participantes del programa”.
Por último, el Presidente quiso referirse al Centro Botín, asegurando que “si hay un proyecto innovador en el que la Fundación Botín lleva años trabajando y que será sin duda el más importante de su historia, ése es el Centro Botín de Santander”. Sobre el estado de avance de las obras, Javier Botín dijo que “lo más importante que queda ahora por terminar es el pachinko, las zonas que faltan de la envolvente cerámica, las instalaciones, los interiores del volumen Este -especialmente el auditorio-, así como el interior de “El Muelle” -en concreto el techo-, y terminar de urbanizar todo el entorno del Centro, que se hará al final del todo”. En líneas generales:
• En el sótano los trabajos se encuentran muy avanzados y ya han comenzado los preparativos para la instalación de la cocina del restaurante.
• Hace ya algún tiempo que se logró la estanqueidad tanto del volumen Oeste como del Este. En general, el avance de ambos es algo mayor del 80%.
• En lo que respecta a las fachadas, sólo faltarían los recubrimientos de las escaleras, así como la de la planta baja, llamada “El Muelle” del Centro Botín, que empezó la semana pasada.
• En cuanto a los interiores, en el edificio Oeste ya casi se ha terminado la instalación del suelo de madera en la planta baja, mientras en la segunda se empezará pronto, estando actualmente colocándose las distintas capas del techo que modulará la entrada de la luz natural.
• Sobre el pachinko, cuyo avance ha sido muy visible en las últimas semanas, faltaría la plaza central y su cubierta, así como la escalera principal. Está también pendiente de instalar el suelo de cristal y la iluminación. En general, el avance está alrededor del 40%.
• También ha avanzado en la urbanización del entorno del edificio. Ya está hecha la plaza que une “El Muelle” con el anfiteatro exterior, y ahora se está trabajando en la zona de debajo del edificio Este.
“En paralelo a la construcción del edificio, la Fundación ha seguido desarrollando un programa artístico del máximo nivel”, puntualizó el Presidente, quien quiso destacar dos hitos importantes del último año:
• La exposición Sol LeWitt 17 Wall Drawings 1970-2015, que fue posible gracias a la colaboración con la Yale University Art Gallery y el Estate de Sol LeWitt, y que incluía la selección más ambiciosa realizada en España dedicada en exclusiva al dibujo mural del artista, con una gran repercusión nacional e internacional.
• La presentación del catálogo razonado de Bartolomé Esteban Murillo, fruto de un exhaustivo y riguroso trabajo iniciado en 2012 y dirigido por Manuela Mena, miembro de la Comisión Asesora de Artes Plásticas de la Fundación Botín, que ha sido un paso muy importante en la preparación de lo que será el ambicioso proyecto del catálogo de los dibujos de Goya, ya en proceso.
El Presidente de la Fundación, Javier Botín, no quiso dejar de referirse a las actividades de verano: “Las 74 actividades de verano que tuvieron lugar en los Jardines de Pereda en 2015, en el entorno del Centro Botín, en las que participaron 14.000 personas, fueron una pequeña muestra de cómo el Centro puede revitalizar y potenciar con las artes la vida de Santander”.
Además, 3 exposiciones, 39 conciertos, 10 conferencias, 16 proyecciones de cine y 2 representaciones teatrales, junto a las consultas bibliotecarias, acercaron a la Fundación a 48.000 visitantes el año pasado. Según Botín, estos datos demuestran que “más allá de que la construcción del edificio prosigue, el Centro Botín es ya una realidad con una intensa programación que no puedo dejar de agradecer a los más de 16.000 Amigos y 40 Voluntarios”.
Para terminar, Javier Botín añadió dos ideas respecto al futuro de la Fundación Botín y sus prioridades:
En primer lugar, inició, “subrayar nuestro compromiso para seguir mejorando la eficiencia social de nuestra acción. Queremos continuar mejorando el impacto que logramos con cada euro invertido, porque por mucho que hayamos avanzado siempre se puede mejorar. Para ello tendremos que seguir midiendo más y mejor y orientando los programas según sean los resultados; tendremos que seguir innovando en programas y en procesos; y buscando nuevas fórmulas de colaboración con instituciones privadas, públicas y sociales”.
Y segundo, reiteró “el compromiso de la Fundación Botín con Santander y con esta Región: seguir generando desarrollo aquí y ahora sigue siendo nuestra principal prioridad. La Fundación Botín actúa en toda España, pero es muy consciente de que su principal responsabilidad es la de contribuir a hacer de Cantabria una Región más creativa, más próspera y más rica social, económica y culturalmente”.