Ahora podemos encargar un asunto legal a este despacho de abogados sin salir de casa. id:67219
Si tuviesen que adivinar qué emoción se despierta cuando los abogados se enfrentan a la posibilidad de adoptar nuevas tecnologías, ¿qué supondrían?
Si usted adivinara la vacilación, entonces tendría razón. Cuando se trata de avances en nuevas tecnologías, esa resistencia emocional se ha convertido casi en una respuesta esperada para la profesión jurídica, y no es sin justificación. La importancia y la naturaleza sensible de los asuntos manejados por los abogados son razón suficiente para proceder con cautela, antes de sumergirse de cabeza en las aguas de la tecnología desconocida.
Sin embargo, tanto si las firmas quieren creerlo como si no, el clima es favorable y ya que la tecnología ha transformado las capacidades de los abogados en la prestación de servicios jurídicos, los abogados y las firmas que no aceptan los nuevos avances corren el riesgo de privar a sus clientes de la representación más eficaz posible. Con el nivel de competencia que vemos hoy en día, los bufetes no tienen más remedio que modernizar la forma en que trabajan.
Y JR Abogados, despacho de abogados dirigido por José Ramón Felipe Condés, Licenciado en Derecho por la Universidad de Alcalá de Henares, Máster en Derecho de las Telecomunicaciones por la Universidad de Comillas de Madrid ICAI-ICADE, Máster en Sistemas Operativos y Comunicaciones por FYCSA, Abogado Colegiado por el Ilustre Colegio de Abogados de Alcalá de Henares, Administrador Concursal y Mediador Civil y Mercantil, es un ejemplo de cómo la tecnología puede hacer que los clientes de un bufete se sientan mejor atendidos y acompañados. Uno de sus lemas es: “El abogado más inteligente es el que sabe escuchar a sus clientes, pues muchas veces, aprende más de ellos que de los propios compañeros”.
El panorama jurídico actual
Si se mira hacia atrás y se observa el panorama jurídico y su evolución, hay tendencias innegables que, en cierto modo, han empujado a las firmas a la modernización, tanto si inicialmente estaban dispuestas como si no. La explosión de la tecnología jurídica y la mejora de los modelos de prestación de servicios han hecho evolucionar el uso que hacen de los grandes datos y han dado lugar a la digitalización de la facturación, la automatización de la captación de clientes y la gestión de los asuntos y, en última instancia, ha aumentado la capacidad de los bufetes para cerrar los casos a un ritmo mucho más rápido. Sin embargo, la demanda está aumentando más rápido de lo que los recursos disponibles pueden asumir, y los bufetes se enfrentan a un nivel de tensión que no han visto antes. La automatización, la gestión del flujo de trabajo y el software legal están aliviando la presión, pero la adopción de estos recursos sigue siendo lenta para ponerse al día. Los límites de muchas funciones legales dentro de un bufete se están expandiendo, y estas tendencias exigen algunas cosas: nuevos procesos, nuevas habilidades y nuevos enfoques. Lamentablemente, son menos los abogados que están equipados para prosperar en este entorno, lo que da lugar al aislamiento de muchos bufetes de abogados tradicionales.