– Eres tu propio jefe, por lo que tú tomas tus propias decisiones y te organizas como quieres
– Estableces tus propias metas
- Adquirirás: aprendizaje constante, autonomía, independencia, satisfacción personal….
A continuación, te propongo una guía con los pasos básicos que hay que tener en cuenta a la hora de idear tu propio plan de acción de puesta en marcha de tu despacho o gabinete jurídico (o como quieras llamarlo), ya seas tú sólo o con más socios o compañeros de profesión.
1º)- ¿De verdad quiero emprender?
La idea de montar un negocio propio es sumamente atractiva para muchos de nosotros. Sin embargo, el camino de emprender es muy duro por lo que antes conviene hacer un ejercicio de autoevaluación y sopesar los pros y los contras que supone la creación de nuestro proyecto profesional. No solamente teniendo en cuenta aptitudes y actitudes personales, sino también las circunstancias que nos rodean en estos momentos.
Puedes comenzar haciéndote estas preguntas para que las contestes con la mayor sinceridad posible:
– ¿Confías en ti mismo? ¿Tienes capacidad de liderazgo? ¿Afán de superación?
– ¿Eres paciente? ¿Tienes capacidad para no derrumbarte ante las adversidades? ¿Eres perseverante?
– ¿Saber organizarte? ¿priorizar?
– ¿Tienes experiencia laboral previa?
– ¿Sabrías proyectar una imagen competitiva de tu despacho? ¿Sabes qué valor añadido podrías aportar? ¿Tienes conocimiento de las nuevas tecnologías?
– ¿Cumples con tu palabra?
– ¿Sabes aprender de tus errores?
– ¿Por qué quieres emprender?
– ¿Estás plenamente convencido de que podrás abrirte camino en el mercado tan saturado de los servicios jurídicos? ¿Tu proyección del despacho es realista?
– ¿Cuentas con viabilidad económica?
En definitiva, evalúate como persona y profesional. También puedes elaborar un análisis DAFO con tus fortalezas y debilidades para, a continuación, establecer pautas para potenciar las primeras y minimizar las segundas.
2º)- Elabora un plan de empresa o de negocio sobre tu idea de proyecto
El Plan de negocio es un documento donde se plasma todo tu proyecto empresarial (o profesional): presentación, objetivos, puesta en marcha, riesgos, financiación y viabilidad, etc…El documento tiene diversas funcionalidades:
– Te servirá como hoja de ruta a seguir a la hora de ponerte manos a la obra y podrás tener en cuenta numerosos detalles que seguramente se te habían pasado por alto cuando comenzaste a pensar en él, en una primera fase.
– Es un documento muy útil que puedes presentar a terceros para, por ejemplo, buscar socios o colaboradores, solicitar financiación externa, etc…
– Podrá servirte, también, de guía, a la hora de estimar la viabilidad del despacho, de cuándo comenzará a ser sostenible y el mínimo de servicios jurídicos que deberías vender al mes para ello.
Todas (o casi todas) las entidades locales y las Comunidades Autónomas tienen webs informativas sobre emprendimiento incluyendo recursos, ayudas, etc., donde podrás encontrar modelos de plan de negocio. Básicamente, todos ellos siguen una estructura similar:
– Resumen ejecutivo: Presentación de la idea y del despacho, del promotor o de los promotores y la descripción de los servicios que se van a ofrecer.
– Plan de marketing: Aquí podemos incluir un estudio de mercado del sector, un estudio de nuestra competencia y un plan comercial con nuestros servicios, precios, el valor añadido del despacho y un plan de publicidad para darnos a conocer.
– Plan de operaciones: Planificación del día a día del despacho, de cómo se va a llevar la captación de clientes y de cómo se van a ofrecer los servicios jurídicos ofertados.
– Plan de Recursos Humanos: Planificación del personal que vamos a necesitar y el coste que va a suponer para el proyecto
– Plan jurídico – mercantil: En este apartado recopilaremos la información concerniente a la forma jurídica que vamos a adoptar, la gestión contable, fiscal y laboral del despacho más el resto de trámites administrativos que hay que cumplir para la puesta en marcha (licencia del ayuntamiento, registro del nombre comercial y la marca, seguros que vamos a suscribir, etc.)
– Plan económico – financiero: Para terminar, cuantificaremos la inversión inicial necesaria para que empiece a funcionar el despacho junto con la financiación externa a solicitar y los recursos propios que podemos aportar; y estimaremos las posibles pérdidas y ganancias del proyecto del modo más realista posible junto con la tesorería provisional.
En cuanto a la inversión inicial, ésta dependerá obviamente de las circunstancias de cada proyecto (tipo y ubicación del local, forma jurídica adoptada, número de socios, etc.), pero a modo de orientación ten en cuenta los siguientes gastos:
- Constitución de la empresa: Darse de alta como autónomo o formalizar una Comunidad de bienes o una Sociedad civil no conlleva ningún coste adicional asociado. Si optamos por una Sociedad Limitada habrá que depositar un capital mínimo inicial de 3.000 euros y abonar los gastos de notaría y registros.
- Colegiación obligatoria en el Colegio que corresponda para el ejercicio de la profesión (abogados, graduados sociales, procuradores, gestores administrativos, etc..)
- Local u oficina: alquiler, más fianza, más licencia urbanística, más obras de acondicionamiento, etc
- Mobiliario, consumibles y equipos informáticos
3º)- Elección de la forma jurídica
Dependiendo de la forma jurídica que adopte nuestro estudio jurídico, así nos generaremos distintas obligaciones fiscales, contables y laborales.
Según las últimas estadísticas del INE (Instituto Nacional de Estadística) las empresas incluidas en el Sector de Actividades Jurídicas, Contabilidad, Auditoría y/o Asesorías Fiscales acuden mayoritariamente a constituirse como autónomos (profesionales individuales), seguidos muy de cerca por la Sociedad Limitada, y quedando bastante atrás otras posibles formas como pueden ser la Comunidad de Bienes, la Sociedad Civil o la Sociedad Cooperativa.
En esta página del Ministerio de Industria centrada en los emprendedores y la Pyme tienes un simulador de formas jurídicas: http://www.ipyme.org/es-ES/DesarrolloProyecto/FormasJuridicas/Paginas/FormasJuridicas.aspx , con las características principales de cada una de ellas.
4º)- Ubicación de tu despacho
A la hora de ejercer la actividad profesional podemos optar por un local u oficina a pie de calle, una vivienda destinada a oficina o nuestra propia vivienda.
La Ley de Economía sostenible de 2011 eliminó la obligación de obtener la denominada Licencia de apertura e inicio de actividad de los Ayuntamientos para casi todas aquellas actividades calificadas de inocuas, como es el caso, bastando únicamente con una comunicación previa o declaración responsable con el cumplimiento de los requisitos de la actividad, para que posteriormente un técnico del Ayuntamiento se pase a comprobar que todo está correcto.
Sea cual sea la ubicación de tu despacho, acércate al Ayuntamiento que corresponda y pregunta por las licencias necesarias para iniciar la actividad.
5º)- Página Web e Internet
Internet es, hoy en día, una herramienta imprescindible para cualquier empresa o profesional a la hora de proyectar su imagen corporativa, poder demostrar sus conocimientos y explicar su oferta en detalle.
Te recomiendo que establezcas un presupuesto de antemano destinado a ello: diseño, hosting, dominio y publicidad en redes. Según tus conocimientos informáticos y el tiempo que puedas dedicar a esta parte de la actividad podrás delegar más o menos.
Para la creación y desarrollo de la web del despacho, cuida mucho el diseño para dejar una muy buena primera impresión. Cerciórate que tu página es usable, que la información detallada es clara y concisa, así como los servicios que ofertas. Sé constante publicando artículos en un blog para trabajar el SEO -y poder, así, ser rastreado más fácilmente por buscadores como google- y mostrar tus conocimientos en tus ámbitos de especialidad.
También existen en la red numerosos directorios legales, que conectan a los usuarios con los abogados, y que merece la pena que dediques un tiempo a ver cómo funcionan y si pueden servirte como fuente para captar posibles clientes.
6º)- Conoce la normativa:
Las sociedades profesionales que brindan servicios jurídicos suelen denominarse firma de abogados, bufete de abogados o estudio jurídico y se regulan, entre otras, por la Ley 2/2007 de Sociedades Profesionales. Pueden constituirse bajo cualquier forma societaria y posteriormente inscribirse en el Registro de Sociedades Profesionales del Colegio que corresponda.
Como ya sabrás, también, para ejercer de abogado en España es obligatorio estar Colegiado y cumplir con lo establecido en el Estatuto General de la Abogacía Española y en el Código Deontológico de la abogacía Española.