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Las ventas de la Reserva Federal son una gota en un vaso de agua, pero hay que ver las repercusiones

David Norris, TwentyFour AM boutique de Vontobel AM.
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David Norris, TwentyFour AM boutique de Vontobel AM.

OPINIÓN: Por David Norris, Head of US Credit, TwentyFour AM (boutique de Vontobel AM)

martes 15 de junio de 2021, 11:17h
En un momento en el que los mercados están atentos a cualquier movimiento de la Reserva Federal de EE.UU., el anuncio de la Fed del miércoles de que planea vender algo menos de 14.000 millones de dólares de bonos y ETFs de los que adquirió en el punto álgido de la crisis de la Covid- 19 siempre iba a provocar cierto entusiasmo, o quizás algo de inquietud entre los comentaristas del mercado. id:72893
El mensaje de la Reserva Federal en torno a la política monetaria -que cualquier inflación derivada de la recuperación económica de EE.UU. debería ser transitoria y que la subida de los tipos de interés está lejos de la mente de los responsables políticos- ha sido extremadamente consistente durante el último año, y lo ha seguido siendo a lo largo de 2021, incluso cuando varios datos han sugerido que una inflación más permanente podría estar afianzándose.

Sin embargo, en lo que respecta a la reducción de las compras, hemos visto un cambio de discurso de varios miembros de la Fed en los últimos días. Los vicepresidentes de la Fed, Richard Clarida y Randal Quarles, dijeron recientemente que el debate sobre el recorte de 120.000 millones de dólares al mes de las compras de bonos del Tesoro y activos respaldados por hipotecas (MBS), podría comenzar en las "próximas reuniones". A estos se suman otros comentarios similares de la presidenta de la Fed de San Francisco, Mary Daly, el presidente de la Fed de Dallas, Robert Kaplan, y el presidente de la Fed de Filadelfia, Patrick Harker. Si el presidente de la Fed, Jerome Powell, a mediados de 2020 dijo en sus famosas declaraciones que ni siquiera estaba "pensando en pensar" en subir los tipos, hoy él y sus compañeros del FOMC están claramente pensando en pensar en el tapering.

La cuestión para los inversores ahora es, por supuesto, cuándo y con qué intensidad la Fed pisará el freno. Dada la reciente fortaleza que han demostrado los datos económicos de EE.UU., incluida una saludable (aunque ligeramente por debajo de las expectativas) cifra de empleos no agrícolas de 559.000 el viernes, vale la pena considerar,antes de la reunión de política monetaria del 15 y 16 de junio, lo que la Fed está tratando de decir al reducir sus tenencias de bonos corporativos en esta etapa.

A primera vista, este movimiento para deshacer la Facilidad de Crédito Corporativo del Mercado Secundario (SMCCF) podría interpretarse como una señal de la Fed de lo inevitable; un primer paso para crear comodidad para el debate posterior y tal vez una señal para que los inversores esperen algo más que palabras sobre el tema en las próximas reuniones. La reunión de junio debería ser demasiado pronto para verlo claro, pero cualquier debate debería marcar el tono de las expectativas futuras, y la reunión de septiembre podría traer un calendario más claro una vez que los días más calurosos del verano hayan quedado atrás.

La señal es más importante que el ruido en este caso, porque la cantidad de bonos corporativos y ETFs mantenidos en el SMCCF es una gota en el océano. Habiendo destinado 250.000 millones de dólares para el programa en marzo de 2020, la Fed tiene actualmente 4.940 millones de dólares en bonos a corto plazo (4.800 millones de dólares en grado de inversión y 144,5 millones de dólares en alto rendimiento) y 8.600 millones de dólares en ETFs (7.400 millones de dólares en IG y 1.200 millones de dólares en HY). Para poner estos valores en perspectiva, la emisión corporativa estadounidense de IG asciende a unos 720.000 millones de dólares en lo que va de año y la de HY a unos 257.000 millones, lo que equivale a unos 7.000 millones de dólares de IG y 2.500 millones de HY emitidos diariamente. Las tenencias de la Reserva Federal también se ven empequeñecidas por los volúmenes diarios de negociación de bonos corporativos, por lo que, a pesar de la promesa del banco central de "minimizar el potencial de cualquier impacto adverso en el funcionamiento del mercado teniendo en cuenta la liquidez diaria y las condiciones de negociación", no vemos que suponga ningún problema.

El mercado abrió ligeramente plano el jueves, 4 de junio tras el anuncio del miércoles, 3 de junio pero, tras la sorpresa inicial, apenas se registró en los diferenciales secundarios. Es importante destacar que tanto los índices IG como los HY estadounidenses están muy cerca de sus máximos históricos, y la continua búsqueda de rendimiento permitirá muy probablemente que el mercado absorba fácilmente esta oferta, sobre todo porque la Fed describió su calendario como "gradual y ordenado". Aunque no esperamos una ampliación importante de los diferenciales a corto plazo, seguimos siendo muy cautelosos con los bonos de mayor duración, ya que consideramos que la posible inflación persistente que sugieren los datos recientes no está descontada en los rendimientos del Tesoro estadounidense, que actualmente se sitúan en torno al 1,58% a 10 años.

Lo que sí esperamos es un diálogo específico sobre el tapering en la reunión de la Fed de esta semana, que junto con las actas de la reunión publicadas el 7 de julio deberían darnos una mejor idea de la dispersión de opiniones sobre el calendario del tapering dentro del FOMC. Aunque no prevemos ningún cambio en la política a corto plazo, tenemos la sensación de que la Fed ha abierto la puerta con su anuncio del FOMC y estaremos muy atentos a cualquier cambio perceptible en su discurso la próxima semana.

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