Ford Explorer 3.0 PHEV ST Line AWD

Desde luego esta última generación del Explorer impresiona un poco, por su considerable tamaño, su impresionante morro y sobre todo por lo que se guarda bajo su capó, un V 6 de tres litros, “ayudado” por un eficiente motor eléctrico que se puede recargar mediante enchufe. Veamos pues como es esta sofisticada y sobre todo potente planta motriz. El motor de gasolina es un 2.956 c.c. estructurado en V capaz de desarrollar una potencia de 363 CV a 5.750 r.p.m. y un par de 555 Nm a 3.500 r.p.m. Un motor que por si solo es lo suficientemente potente como para mover el Explorer con soltura, pero es que además en esta versión híbrida enchufable, un motor eléctrico, situado junto a él, de forma longitudinal delantera, con una potencia de 102 CV y un par de 300 Nm, consiguen que juntos sumen, obtengan un rendimiento de nada menos que 457 CV y 825 Nm de par, con lo que nos adentramos ya en palabras mayores.

Efectivamente, el Explorer con esta versión, la única que se comercializa por ahora en Europa, se adentra por potencia y aceleración en terrenos auténticamente deportivos a pesar de su tamaño y peso, casi dos toneladas y media, pues como luego veremos, muestra también una agilidad sorprendente. Como es fácil imaginar las prestaciones son muy altas, con una velocidad máxima de 230 km/h y una destacable aceleración de 0 a 100 de solo 6 segundos. La batería de iones de litio, situada bajo el asiento de la fila de en medio (No olvidemos que es un siete plazas), tiene una capacidad de 13.6 kWh, lo que proporciona con ella cargada a tope, una autonomía eléctrica homologada de 48 kilómetros, pero en la práctica, con una conducción más bien reposada, pero con alguna aceleración más intensa, a los 39 kilómetros el motor de combustión comenzó a funcionar automáticamente, a pesar de circular en modo eléctrico exclusivo, señal de que ya habíamos agotado la batería y necesitaba cargarse, aunque conseguimos recuperar algo de energía con las frenadas regenerativas o las reducciones.

Siguiendo con la conducción eléctrica, digamos que el conductor puede elegir cuándo y cómo activar la energía de la batería utilizando los modos EV Auto, EV Now, EV Later y EV Charge. Cuando la batería alcanza su estado de carga más bajo, el motor vuelve automáticamente al modo EV Auto, complementando la potencia del motor de gasolina. Es interesante la opción que permite reservar energía eléctrica para utilizarla más tarde, por ejemplo, al entrar en una ciudad en zona de bajas emisiones. La batería se puede cargar en un enchufe doméstico de 220/230 voltios, lo que supone un tiempo de casi 6 horas, con la batería completamente descargada. Si se utiliza bien una caja de pared Ford Connected Wallbox o bien una estación de carga pública compatible con la red FordPass Charging Network se tarda menos de 4 horas y 20 minutos.

Acompañando a la parte motriz, Ford ha montado una caja de cambios automática de 10 velocidades, cuyas relaciones están muy bien adaptadas a las prestaciones que se quieren alcanzar con una potencia tan elevada, sin olvidar la posibilidad de circular a altas velocidades, pero a bajas revoluciones o con intervención del motor eléctrico, para que el consumo sea lo más reducido posible. Así, circulando en modo híbrido automático y con aceleraciones suaves el consumo de combustible no llega a los 4 litros. Otra cosa es disfrutar del poderío total de la mecánica y mantener velocidades altas o circular por zonas viradas con recuperaciones rápidas, en cuyo caso el consumo puede subir hasta algo más de los 8 litros a los 100 km. La caja automática se combina con un sistema de tracción total inteligente que optimiza la tracción cada 10 milisegundos analizando los inputs de información que proporcionan docenas de sensores, incluyendo la velocidad, la temperatura exterior, el deslizamiento de las ruedas y el estado del remolque, en el caso de que este exista. La entrega de par, a uno u otro eje, se realiza a través de una caja de transferencia con un embrague de par electromagnético. Con buena adherencia y en circulación recta, el Explorer utiliza la tracción trasera.

El Explorer cuenta con siete modos de conducción que modifican la respuesta del motor y de la caja de cambios, la asistencia de la dirección y el funcionamiento del control de tracción y estabilidad. Estos son: Normal, Eco, Deportivo, Remolque, Resbaladizo, Pista y Nieve/arena. En función del modo elegido, la pantalla del cuadro de instrumentos cambia en la forma de ofrecer la información. Como complemento a la circulación off road, también se cuenta con el siempre útil y seguro Control de Descenso. En estas circunstancias como todoterreno, el Explorer se defiende muy bien y muestra una alta eficacia, pues también cuenta con una altura con respecto al suelo de 204 mm. En carretera, y en contra de lo que puede parecer, por su envergadura y peso, el Explorer es un coche sorprendentemente ágil, se maneja con una facilidad asombrosa y parece que uno esta conduciendo un coche más pequeño. Las suspensiones, con McPherson delante y paralelogramo deformable detrás, ambos ejes con sus correspondientes barras estabilizadoras, sujetan al coche de forma supereficaz y no permitiendo que la carrocería se balancee lo más mínimo. Esta forma de entrar “plano” en las curvas y por lo tanto permitir una conducción más rápida en zonas viradas de lo que cabía imaginar, no significa que la suspensión sea excesivamente dura y perjudique el confort de los pasajeros, ni mucho menos, estos viajan cómodamente en todas circunstancias, pues las irregularidades del firme son absorbidas sin que repercutan en el interior.

Después de hacer kilómetros con el Explorer y tratando a veces de sacar partido a la elevada potencia y a ese comportamiento sano y noble, hay una cosa que ha gustado tanto a conductor como a acompañantes y es la comodidad. Los ocupantes siempre se han sentido protegidos, seguros y “tratados” con delicadeza, pues la ausencia de ruidos notorios de la rodadura, aerodinámicos y del motor cuando entra en funcionamiento el de combustión, les ha permitido mantener una conversación sin elevar la voz o escuchar música a través de un excelente equipo de sonido B&O de 14 altavoces.

Otro detalle que seguro que gustará al propietario del Explorer es su línea personal y hasta atrevida. Muestra un frontal alto y casi vertical, dominado por la gran calandra negra satinada, con lamas redondeadas tipo escamas, presidida por el generoso logo ovalado de la marca y que esta escoltada por unos faros trapezoidales, que se prolongan por el lateral de la carrocería y que disponen de tecnología matrix led. El capó casi horizontal con estudiadas formas, nos recuerda vagamente al de los Range Rover por su disposición. La línea de la carrocería en general, esta dominada por formas más bien rectas y por otras mucho más sinuosas que recorren la zona de las puertas. Destacan horizontalmente, la acusada inclinación del parabrisas, la generosa tercera ventanilla que parece prolongarse hasta la luneta y unas atractivas llantas de 20”. En la traerá volvemos a encontrarnos con las líneas un tanto angulosas y unos grandes grupos ópticos verticales en los extremos, que permiten que el portón ofrezca una gran apertura en horizontal y también en vertical pues baja hasta casi la parte inferior del paragolpes. Bajo el, u difusor gris aluminio, aloja en sus extremos dos dobles salidas de escape, que hacen intuir la potencia que se esconde bajo el capo motor. Como decíamos una carrocería muy personal y atractiva.

Sin llegar a la calidad de los vehículos premiun, pues hay demasiado plástico “a la vista”, el Explorer muestra un habitáculo amplio, no olvidemos que es capaz de albergar a 7 personas, bien terminado y con encajes perfectos, pues no se aprecian vibraciones de importancia. El cuadro es una pantalla de 12,3“, que se puede configurar, en varias alternativas de información, a gusto o necesidades del conductor y cuya calidad de grafismos e imágenes es muy buena. Y lo mismo se puede decir de la pantalla táctil multifunción de 10,1 pulgadas, que en este caso esta en disposición vertical en el centro del salpicadero, adornado con aplicaciones de efecto fibra de carbono. Los confortables asientos de piel cuentan con costuras de hilo rojo, así como las alfombrillas y el volante.

El Explorer está equipado con un buen número de tecnologías de ayuda a la conducción y seguridad, incluyendo el Control de Crucero Adaptativo con Stop & Go, Reconocimiento de Señales de Velocidad y Centrado de Carril, y el nuevo Asistente de Freno en Marcha Atrás, el mencionado Sistema de Sonido, el Control Electrónico de Temperatura Tri-Zone, el Active Park Assist 2 que permite maniobras totalmente automáticas en plazas de aparcamiento en batería y en línea con sólo pulsar un botón y que también facilita a los conductores a salir de los espacios de estacionamiento paralelo utilizando el sistema Park-out Assist, totalmente automatizado, sistema de Información de Puntos Ciegos con Alerta de Tráfico Cruzado advierte a los conductores que salen marcha atrás de un espacio de estacionamiento de los vehículos que pronto podrían estar cruzando detrás de ellos, Asistente Precolisión con Frenada Activa puede detectar a peatones y ciclistas que se encuentren en la carretera o cerca de ella, …. Además, novedad en Europa, la tecnología de asistencia a la frenada en marcha atrás utiliza sensores de radar, cámara y ultrasonidos para detectar un objeto en la trayectoria del vehículo que mida más de 28 cm de alto y 7,5 cm de ancho, y puede activar los frenos automáticamente para evitar una colisión inminente cuando el vehículo va marcha atrás a velocidades entre 1,5 y 12 km/h. También se incluye de serie una cámara de 360 grados. En fin un equipamiento tan completo que solo algunos coches de los denominados premium ofrecen en sus gamas más altas y a precios que pueden duplicar el del Explorer.