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Hyundai Tucson 1.6 T-GDI 48V 4x4

Hyundai Tucson 1.6 T-GDI 48V 4x4
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El modelo medio alto de la marca coreana da un paso tecnológico y de diseño más que importante

Por Mariano García Viana
domingo 18 de julio de 2021, 23:43h
Efectivamente, la cuarta generación del Tucson, no se parece apenas en nada a las anteriores y sobre todo incorpora una serie de elementos tecnológicos, así como nuevas motorizaciones y sistemas de seguridad y ayuda a la conducción, que hacen del nuevo Tucson un modelo de un segmento superior. id:74160
El Tucson con más de siete millones de unidades vendidas en todo el mundo desde su lanzamiento en 2004, lo que le ha convertido como el SUV de la marca más vendido. Para confirmar y prolongar su liderazgo, el Tucson da una vuelta de tuerca y presenta de entrada, una nueva silueta, mucho más atrevida y que sigue la nueva identidad de diseño adoptada por la marca, la Sensuous Sportliness.

Esta nueva apariencia se centra sobre todo en el frontal y en las sinuosas líneas que conforman la carrocería lateralmente y aunque la trasera sea más “normal”, no esta exenta de personalidad como iremos viendo. Empezando por el frontal, destaquemos la parrilla, la gran protagonista de esta parte delantera, pues ocupa prácticamente toda la superficie en su zona superior y solo se estrecha para dejar sitio a los faros que, al contrario de la mayoría de los diseños actuales, se sitúan bastante bajos en un cubículo parecido a los de la entrada de aire para los frenos en otros modelos. Volviendo a la parrilla digamos que esta formada por unas formas geométricas abultadas en forma de medio huso de hilar que, mientras el coche esta sin el encendido en marcha, todas las formas son gris oscuro, ahora bien, al activar el motor varias de esas formas oscuras se iluminan formando una luz de día, realmente original y exclusiva, como lo es en general toda esta parte central.

Lateralmente se aprecia claramente que el Tucson ha crecido y ahora es más coche, pues la realidad es esa, es más ancho y largo que las generaciones anteriores y al igual que en el frontal, también es fácil de observar que se ha dado un paso importante en lo que a la creatividad del diseño se refiere. Diversas formas, angulosas y suaves dan énfasis a los abultados pasos de rueda, interfiriendo también en las puertas, mientras que una línea cromada comienza en los espejos laterales y continúa por encima de las puertas y la tercera ventanilla hasta el pilar C, donde se ensancha e incluso “acompaña” a los laterales de la visera-alerón que protege la gran luneta. Esta, sin llegar a estar tan inclinada como en un coupé, marca un fuerte ángulo de caída y en su parte inferior luce el logo de la marca. Unos centímetros más abajo, de una cornisa que comienza en las formas que recorren la puerta trasera, “cuelgan” dos grupos ópticos de leds, cuyas formas recuerdan las de los husos de la parrilla, estando unidos por una franja roja lumínica. En la parte baja del paragolpes, en plástico color gris y como una prolongación de los pasos de rueda y de la ancha parte baja de las puertas, se sitúa el difusor trasero, la luz de marcha atrás, antiniebla y…los intermitentes, tan bajos que es fácil que se ensucien, se rompan y difíciles de ver en el tráfico urbano en el que los coches circulan detrás están muy cerca. Ya hemos observado ese defecto en algunos SUV de origen coreano, como el Kia Sportage y francamente no entendemos el por qué de esa posición tan baja y con tan mala visibilidad, disponiendo a la altura de los ojos del conductor que va detrás, de unos grupos ópticos de generoso tamaño.

El interior del nuevo Tucson es realmente amplio y se nota el aumento de sus dimensiones. En líneas generales esta bien terminado y tiene un diseño funcional y agradable, aunque algunos plásticos duros resulten un tanto “fríos” al tacto. El salpicadero sigue esta misma tónica y muestra una intencionada simetría entre el lado izquierdo y el derecho que se prolonga sin solución de continuidad por las puertas, estando separados ambos lados, por una superancha consola, estando solo rota lógicamente por los elementos propios de cada lado, como es el cuadro de instrumentos, que aparece como incrustado en el propio salpicadero, sin visera o cubículo especial para él. A pesar de ello, al ser una pantalla de 10,25”, permite una excelente visualización tanto de día como de noche disponiendo de cuatro modos de mostrar los guarismos indicadores. Los ocupantes pueden disfrutar de una agradable iluminación ambiental, que se encuentra en los dos bolsillos laterales de la consola central, en la plataforma de carga inalámbrica y en los bolsillos de las puertas. Dispone de 64 colores configurables y 10 niveles de brillo para adaptarse a cada estado de ánimo y ofrecer aún más posibilidades de personalización.

Por su parte, la pantalla multifunción, también de 10,25 pulgadas, esta en la parte alta de la consola pero incrustada en ella. Incorpora en ella gran parte de los botones que antes figuraban en distintas partes del salpicadero, dejando fuera de ella, los mandos del climatizador y pulsadores de tacto, para calefacción de asientos, volantes, control de descenso, cámara delantera y poco más. Personalmente, los pulsadores, teclas o botones, nos siguen gustando más y lo consideramos más útiles y rápidos a la hora de manejarlos, ya que no tienes que buscarlos en la pantalla, después de “tactearla” varias veces, la distracción que ello supone cuando vas conduciendo. A continuación de la pantalla y casi como si fuera una continuación de ésta, se encuentran la del climatizador y sus diferentes funciones. Es de destacar, que además de las habituales salidas de aire, laterales, centrales, superiores o suelo, existe una función, “Diffuse”, mediante la cual sale suavemente aire por una serie de agujeritos que recorren el salpicadero frente al acompañante.

Naturalmente que la pantalla dispone de los sistemas de infoentretenimiento y conexión, habituales hoy en día, ofreciendo también la última versión de sus servicios de coche conectado Bluelink, que muestra una gama de nuevos beneficios y servicios para el usuario del Tucson, entre los que se incluyen rutas conectadas, navegación de última milla y una nueva función de perfil de usuario. Asimismo, a través de la aplicación Bluelink los clientes pueden localizar su vehículo, bloquearlo y desbloquearlo de forma remota, o acceder a información del mismo, como puede ser el nivel de combustible. Diversos huecos de generoso tamaño se encuentran repartidos por el coche incluida la bandeja de carga inalámbrica de los móviles. Los asientos, de piel en esta versión, resultan cómodos y al tener accionamiento eléctrico, no plantean problemas para encontrar la postura ideal delante del completo volante. Sujetan bastante bien el cuerpo, en lo que a los delanteros se refiere y además el trasero puede acoger, por espacio a tres personas, sin ir apretadas, aunque por las formas del asiento y por el propio duro mullido de la parte central, sea más confortable para dos. El respaldo del asiento trasero se puede inclinar unos 30º. Estos ocupantes traseros disponen de salida del climatizador y de cortinillas en las ventanillas de las puertas. El maletero, con formas muy regulares, tiene una capacidad de 577 litros, que se pueden ampliar, abatiendo el respaldo trasero, hasta los 1.756, además de ofrecer otros dos útiles huecos bajo el piso.

La versión probada del nuevo Tucson, era la que contaba con la denominada hibridación suave o ligera de 48 V, es decir que se dispone de un motor de gasolina y otro eléctrico, que no empuja al coche, sino que solo genera corriente. El motor de combustión es un 1.598 c.c., todo de aluminio, con un rendimiento de 179 CV a 5.500 r.p.m. y 265 Nm entre 1.500 y 4.500 r.p.m., un motor de moderna concepción, como dos árboles de levas en culata, inyección directa, turbo, intercooler y control de válvulas CVVD (Continuously Variable Valve Duration), que optimiza el rendimiento del motor y la eficiencia de combustible, consiguiendo el máximo compromiso entre prestaciones y emisiones. pues regula la duración de la apertura y cierre de la válvula de acuerdo con las condiciones de conducción. Este es el único sistema que puede cambiar la duración de la apertura de la válvula durante un viaje, dependiendo de las condiciones. El funcionamiento en general, nos ha parecido más que correcto, pues reacciona muy bien desde bajas vueltas y sube de revoluciones con rapidez y decisión, siendo además bastante silencioso en lo que a nivel sonoro se refiere dentro del habitáculo. Acompañándole Hyundai ha montado una caja de cambios automática (7DCT) de siete velocidades, cuyo escalonamiento esta muy adaptado para las características del motor, con lo que contribuye de forma importante a ese buen comportamiento que hemos mencionado. Su manejo se lleva a cabo a través de unas teclas situadas en la parte horizontal de la consola R, N y D y en otra tecla a su izquierda con la P. Un sistema que me ha parecido más útil y rápido de manejar que la rueda que han adoptado otros modelos. Las prestaciones son altas, a pesar de los 1,558 kilos que hay que mover, cifrando la velocidad máxima en los 200 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h, en los 9 segundos.

El motor eléctrico situado junto a él con igual disposición transversal, tiene como misión proporcionar o mejor dicho, generar corriente eléctrica a 48 V, que un conversor se encarga de cambiarla a 12 V, para ayudar en los arranques, del sistema Star&Stop, “alimentar” los equipos auxiliares cuando el motor deja de funcionar en bajadas prolongadas y en definitiva, ahorrar combustible de una forma moderada, pero que permite que la dichosa etiqueta inventada por la DGT sea la ECO. La batería complementaria, situada en la parte trasera, es de iones de litio, con una capacidad de 0,44 kWh.

El comportamiento dinámico del nuevo Tucson es francamente bueno, no es que sea un coche diseñado para hacer “pinitos” deportivos, pero si para proporcionar una comodidad de viaje muy parecida a la de un turismo de un segmento alto. Las suspensiones están orientadas a ese fin del confort, lo que no significa que sean demasiado blandas y permitan balanceos intempestivos, nada de eso, el coche se sujeta muy bien y las curvas las traza sin pérdidas de tracción y con gran aplomo. EL conductor puede decidir entre circular en un modo ECO, ideado para consumir menos o un modo Sport, en el que lógicamente priman las prestaciones. Al ser un tracción a las cuatro ruedas, también se puede elegir en la conducción off-road, los tipos de terreno por los que circulamos para que la tracción se adapte a él, nieve, barro o arena. También se cuenta con la función de control de descenso, siempre útil si queremos bajar una pendiente fuerte, fuera de la carretera claro, sin tener que tocar el freno. El Tucson desde luego no es un coche todoterreno puro ni mucho menos, si no que aprovechando ese equipamiento de tracción integral, más posibilidades mencionadas, más la altura libre del suelo de 170 mm. (Que desde luego no es mucho), permite a los más ventureros circular con ciertas garantías por pistas o terrenos con alguna dificultad, pero sin olvidar lo dicho, es un SUV y por lo tanto más acorde para circular cómodamente por carretera.

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