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Criptomonedas: la tendencia inversora que tienta a los más jóvenes

Criptomonedas: la tendencia inversora que tienta a los más jóvenes
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domingo 08 de agosto de 2021, 10:55h
Según los datos facilitados por el neobroker europeo Bitpanda, España es el mercado de la UE con la mayor adopción de moneda digital, casi el 10% de la población. id:74839
El bitcoin nació en 2009 como una forma de moneda alternativa a la crisis bancaria que se vivía en aquel momento. Algo más de una década después, según los datos facilitados por el neobroker europeo Bitpanda, España es el mercado de la UE con la mayor adopción de criptodivisas, alrededor del 10% de la población (Francia, el 3%), junto con países como Irlanda. Alrededor de cinco millones de españoles invierten en criptodivisas. Este tipo de inversiones se ha popularizado tanto que en la actualidad, se ha convertido no sólo en una opción donde las grandes fortunas quieren también obtener una parte de sus ganancias, sino también en un peligroso “juego” para los más jóvenes. Es innegable que, lo que hace años parecía la excentricidad de una minoría de apasionados por la tecnología, se ha extendido hasta ser habitual en muchas carteras de inversión. Y todos los estudios apuntan a que esta tendencia no va a desaparecer.

Por ello, el Gobierno Central ha puesto ya en marcha la ley de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, más conocida como ley antifraude o contra el fraude, y con la que exigirá información a los contribuyentes sobre estas inversiones. Más exactamente, obligará a incluir estas operaciones en la declaración de bienes en el extranjero, el llamado Modelo 720, y creará un modelo de declaración específico sobre estas divisas digitales. «Esta nueva legislación incluye novedades muy relevantes con respecto a la normativa y afecta a todos aquellos inversores que tengan monedas digitales como el Bitcoin. Porque una de sus metas es combatir el fraude tributario en general y el ligado a las nuevas tecnologías más concretamente», nos explica el economista y experto en inversiones Pau Antó.

Las criptomonedas son el oro del siglo XXI, son aquellas sobre las que tuitea Elon Musk o critican expertos inversores como Warren Buffet. Son las protagonista de muchas noticias económicas centradas en sus bajadas y subidas y es probablemente, aunque pueda sorprenderte, esas monedas que posee hasta tu vecino.

El bitcoin puede hacernos millonarios, pero de igual forma, puede ser el motivo por el cual el más rico del mundo acabe con su cuenta bancaria a cero. Debido al aumento en el interés por este tipo de inversiones por parte de muy distintos usuarios —de jóvenes que destinan algunos euros para experimentar el vértigo de los vaivenes del bitcoin a grandes fortunas a la caza de fuertes rendimientos—, las instituciones fijan cada vez más su atención en este mundo. Y es que, aunque el informe realizado en la zona euro por 2gether indica que el 55% de los usuarios que usan divisas digitales tienen entre 26 y 45 años y tienen un nivel educativo alto, pero no necesariamente en temas financieros.

Un ejemplo de todo esto es el pasado mes de mayo; cuando las inversiones en criptomonedas se vieron incrementadas por la gran popularidad que consiguió el Dogecoin, el activo digital basado en el meme del perro. Vale decir que según un estudio del College Finance, Dogecoin llegó a ser la segunda criptomoneda más común entre los estudiantes universitarios a nivel mundial.

Dos factores que influyen bastante en el interés de los jóvenes por las monedas digitales son qué tan familiarizados están con ellas y el nivel de riesgo que perciben en una inversión. En opinión de Pau Antó: «A pesar de que casi todos los inversionistas perciben las criptos como una inversión arriesgada, el porcentaje de las personas con esta opinión ha disminuido, esto podría deberse en parte, a que empresas como Tesla, Square y Morgan Stanley han apostado a realizar grandes inversiones en bitcoin».

Jóvenes y criptodivisas

Los índices sobre educación financiera son relativamente bajos en todo el mundo y España no es una excepción, dado que en los resultados publicados en mayo de 2020 del último estudio PISA, así lo confirman y si a esto le añadimos que los expertos como Pau Antó insisten en que se debe saber en qué se invierte antes de realizar una inversión, es decir, en formarse en temas financieros, ¿por qué motivo los jóvenes se sienten tan atraídos por monedas virtuales como el bitcoin, el ethereum o el dogecoin?

Hay dos cuestiones que hablan de la preferencia de los jóvenes por este tipo de monedas y que, a su vez, también se relacionan a los riesgos que implican sus operaciones. La primera, es que a los jóvenes actuales son una generación totalmente digital e hiperconectada y cada vez más adictos a la inmediatez de los hábitos de consumo, puesto que las nuevas tecnologías les ofrecen tener acceso a todo en un tiempo récord. Así que no sorprende que en un estudio llevado a cabo en 17 países por The Tokenist, en este mismo año, se afirme que los más jóvenes confían más en las criptodivisas que en el mercado de valores o en el oro. Y es que tanto la Generación Z, como Y o los Millenials, tienen su mente programada para entenderlo y comprenderlo todo en formato digital. «Las monedas virtuales pueden adquirirse, venderse, almacenarse o cambiarse únicamente en formato digital. Además, pueden negociarse las 24 horas del día, los siete días de la semana, los 365 días del año, lo que encaja a la perfección con su estilo de vida», indica Antó.

Por otro, está la facilidad para poner en marcha una cuenta de compra de criptomonedas, hacerlo es tan sencillo como registrarse en una plataforma destinada para ello, ingresar cierto capital y empezar a negociar. Indudablemente, es mucho más fácil y menos engorroso en tiempo que abrir una cuenta de valores en una entidad financiera tradicional. Todo esto, hace que los jóvenes destinen sus ahorros a la compra de estos nuevos modelos de inversión con la idea de obtener grandes ganancias de forma rápida y fácil.

Las reglas para invertir en criptomonedas

Pau Antó fija como norma básica no usar nunca el dinero que necesites para tu día a día, sino los remanentes de capital que puedas tener. «La volatilidad de estas inversiones es tal que a corto plazo podríamos sufrir la desagradable sorpresa de una pérdida de valor, con lo que ello conllevaría». En línea con esto, indica que «hay que ser precavido, ya que son un medio virtual de cambio y no están respaldadas por ninguna institución».

Esta fragilidad en el valor se pone de manifiesto cuando su precio en los últimos años se ha disparado y desplomado en múltiples ocasiones. Por ejemplo, en marzo de 2020, el bitcoin tenía un valor de mercado de 4.000 dólares, frente a los 61.000 que llegó a tener en el mismo mes en este año. Pese a ello, acumula una revalorización en lo que va de año cercana al 20%, mientras que el ethereum lo hace un 200%, en contraposición al selectivo de referencia en EEUU, el S&P 500 (índice compuesto por los 500 valores más representativos y líquidos de las principales industrias del mercado norteamericano), que lo hace un 17,5%.

Sin embargo, probablemente los jóvenes, sin muchos conocimientos financieros, se “apuestan” la mayor parte de sus ahorros en un “juego” donde pueden ganar mucho, pero también pueden perderlo todo. «Lo que requiere acción regulatoria es que la publicidad de criptoactivos como inversión no contiene información sobre el producto y los riesgos que conlleva», señala Antó.

Los riesgos de las criptos

Es innegable que ante la situación económica actual, para los más jóvenes es muy complicado ganar dinero, por ello es fácil de comprender que se sientan atraídos por las monedas digitales, una inversión muy volátil que, aunque puede generar grandes beneficios, también puede producir enormes pérdidas. Asimismo, hay que indicar, que a día de hoy, y por la compleja situación que vivimos, es una de las alternativas de inversión donde se pueden generar más beneficios en un periodo más breve de tiempo; eso sí, asumiendo un elevado riesgo.

Aunque muchas de sus plataformas se anuncian como una forma de ganar dinero sin necesidad de ser un experto, la realidad es que no cualquier persona puede invertir en criptodivisas sin conocimiento y experiencia, pues como señala Pau Antó: «Se trata de un instrumento complejo, que en ocasiones pueden no ser adecuados para pequeños ahorradores, y cuyo precio conlleva un alto componente de especulación que en ocasiones puede suponer incluso la pérdida total de la inversión». Por ello, no hay que perder de vista los riesgos que tiene dicha inversión, ya sea en la volatilidad de la moneda digital, el riesgo de la plataforma o el riesgo en la ciberseguridad, por citar algunos.

Los ataques ciberneticos están a la orden del día, ya sea en las compañías de criptomonedas o en Instituciones Públicas, ejemplos de ello son el hackeo al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) del pasado 9 de marzo, o la sufrida por la compañía española 2gether, el 31 de julio de 2020 durante el cual se sustrajeron 114 bitcoins y 276 ethers, (1.183 millones de euros y lo que sería el 15% de las posiciones de los clientes).

No obstante, no siempre el peligro llega de fuera, sino que algo tan simple como puede ser la pérdida de los códigos de seguridad son uno de los mayores riesgos actuales, y, aunque parezca baladí, es más común de lo que podamos llegar a pensar. Se estima que de los 18,5 millones de bitcoins que existen a día de hoy en todo el mundo, aproximadamente el 20% están 'perdidos'.

Muchos son los propietarios de bitcoins que han olvidado las claves de sus 'monederos', algunos de ellos durante los primeros años de funcionamiento de la cibermoneda, y han sido testigos de cómo lo que han perdido ha aumentado su valor a lo largo del tiempo hasta llegar a ser poseedores de verdaderas fortunas que circulan por el limbo digital.

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