España sigue adelante con sus planes de desconexión de la nuclear

Para garantizar la protección de los consumidores españoles, casi dos tercios de los cuales han suscrito ofertas de mercado no reguladas, el Gobierno ha tomado medidas sin precedentes en sentido contrario a la liberalización de los mercados eléctricos. Esta nueva normativa plantea problemas de competencia para el sector nuclear que ya está fuertemente gravado en España.

Una de cada cinco bombillas se enciende gracias a la energía nuclear, pero no por mucho tiempo

Mientras que en España está previsto un abandono de la energía nuclear para 2035, los 7 reactores en funcionamiento proporcionaron el 22% de la electricidad consumida y el 33% de la electricidad producida con bajas emisiones de carbono en 2020. En una primera aproximación, considerando un aumento del consumo eléctrico en el país, sería necesario duplicar, en principio -por tratarse de energías intermitentes frente a la nuclear o los combustibles fósiles (energías controlables)-, la capacidad de energías renovables (ER) actualmente instalada (excluyendo la hidráulica) para sustituir los 7 GW de reactores nucleares que pararán en 2035.

El sector eléctrico en España sigue dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles, un 40,6% en 2019 de la producción total, incluyendo el gas natural (30%); de ahí el profundo impacto de la subida del precio del gas en la factura.

Para mitigar el efecto en las facturas, el Gobierno en su clara apuesta por que la población pueda contratar energía barata ya ha aprobado una batería de medidas de urgencia: bajar el impuesto sobre la electricidad del 5,1% al 0,5%, suspender el impuesto sobre la producción y limitar la subida de la tarifa regulada del gas natural para familias y pymes al 4,4%, en lugar del 28%. Además, para proteger a los consumidores más vulnerables, el Gobierno español ha anunciado que la prohibición de cortar la carga a los consumidores en caso de impago se ampliará.

La cuestión que se plantea en un escenario de cierre de reactores es, obviamente, qué medio de generación de electricidad sustituiría esta capacidad nuclear cuando ya estamos en invierno y el factor de carga de la energía solar fotovoltaica es mucho menor. Todo indica que las centrales eléctricas de gas y carbón (33,5 GW y 4,64 GW respectivamente) cubrirían la demanda con electricidad más cara e intensiva en carbono, a pesar de los recientes esfuerzos por invertir en renovables. Surge una aberración: como consecuencia de los altos precios del gas, las centrales eléctricas de gas producirían más, lo que probablemente inflaría los precios bajo la presión de la demanda...

Según podemos leer en la edición nº 65 de Cuadernos de Energía “a pesar de que el Covid-19 también ha afectado al sector energético, el camino emprendido hacia la transición energética no sólo no se ha frenado, sino que se ha acelerado. En nuestro país, y guiados por Europa, se ha desarrollado y continúa desarrollándose un despliegue regulatorio sin precedentes para sentar unas bases firmes, claras y estables para alcanzar los objetivos que tenemos como país a 2030 y a 2050”.

Para encontrar la compañía de electricidad barata adecuada para nosotros lo mejor acudir a un comparador y ver las opiniones de otros usuarios.