No hay estrategia mejor para lograr que tanto el negocio como la productividad de una empresa crezcan que a través de buenos líderes. Un buen liderazgo de los distintos responsables de equipo de una organización afectará positivamente a la motivación y a la eficiencia de todos los trabajadores. id:81750
Para mejorar en esta área clave,
Reme Egea, socia y directora general de Proformación, formadora en habilidades directivas en distintas multinacionales y profesora del curso de liderazgo
El Arte de Liderar de EDEM Escuela de Empresarios, nos traslada cinco sencillos consejos a la hora de ser un buen líder.
Veamos sus recomendaciones:
- Un toque de humildad
Como líder debes de tener una premisa en tu mente y es la de creer que no lo sabes todo. Es posible que hayas llegado donde has llegado por muchas de tus habilidades, competencias y conocimientos, pero no olvides que no nacemos siendo líderes, sino que lo aprendemos a lo largo de nuestra vida.
El liderazgo es un arte y una ciencia que nos cuesta mucho tiempo desarrollar y adaptar a cada situación con la que nos encontramos. A través de nuestros aciertos y errores profesionales, podemos acercarnos con maestría a esa posición de líder auténtico que no es fácil de alcanzar.
- Desarrolla la autocrítica
La mayor parte de profesionales que conozco suelen decir eso de “a mi me encantan las críticas, porque me permiten mejorar y crecer” … eso sí, ¡hasta que las reciben!
Uno de los requisitos imprescindibles para convertirte en un líder potente es la capacidad de ser tú mismo el que analice cuáles son tus responsabilidades en cada problema o reto con el que te encuentres.
Si eres capaz de detectar tus áreas de mejora antes de que te las indiquen otros, tendrás un gran potencial de crecimiento. Lo mejor de saber que somos parte del problema es que nos aseguramos que seremos parte de la solución; y esto te empoderará como líder.
- Demuestra vulnerabilidad
Esta es una de las competencias más difíciles que podemos llegar a alcanzar. Vivimos en un mundo en el que se nos enseña que no podemos fallar, que tenemos que ser perfectos, acertar a la primera y tener siempre soluciones para todo, pero no somos robots (afortunadamente, con todo mi respeto a los mismos).
Paradójicamente no hay nada que nos dé más credibilidad ante nuestros equipos que la vulnerabilidad, esa capacidad de decir “me he equivocado”, “necesito tu ayuda” o “no tengo solución para esto”. Contrariamente a todo lo que nos han vendido, la vulnerabilidad es tremendamente sexy.
- Busca los mejores apoyos
El desarrollo y crecimiento como líder no es una ciencia infusa o un milagro que ocurre de un día para otro; convertirte en líder implica trabajo, esfuerzo, disciplina y buscar los mejores apoyos en este proceso.
Como líder necesitas leer cada día experiencias, ejemplos, investigaciones, etc. que te den una base para entender cómo funciona el proceso de convertirte en mejor líder. Pero no solo eso, para desarrollarte al máximo necesitas formarte en liderazgo y en todas las competencias que éste implica.
Y si todo ello lo haces acompañado de profesionales que te hagan crecer, que te apoyen en el proceso y te den todas las herramientas que hay al alcance, será éxito asegurado.
- Mejora pequeña, pero de forma continua
Si hay una idea de la que te tienes que enamorar como líder es del Kaizen personal, es decir, esa capacidad de mejorar cada día. Tienes que disfrutar de cada reto con el que te encuentras o de cada mejora que consigues, pero sin perder de vista que tu capacidad de crecimiento y desarrollo es infinita.
Sin duda, eres el mejor ejemplo de cambio para todo tu equipo. Como líder tendrás que enamorarte de la idea de mejorar tus conocimientos, de potenciar tus habilidades, de desarrollar unas actitudes positivamente contagiosas y de recordar que mientras hay vida, hay opciones de cambio y superación.
La formación en habilidades de liderazgo, fundamental
Estos cinco consejos son una pequeña muestra de los contenidos del programa El Arte de Liderar de EDEM, un curso de liderazgo y gestión de equipos dirigido a directivos y cargos intermedios donde los participantes aprenden a desarrollar habilidades para gestionar a las personas de sus organizaciones.