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Opel Grandland Hybrid4 AT8

Opel Grandland Hybrid4 AT8
Ampliar

Nueva fisonomía para el SUV más grande de la marca

Por Mariano García Viana
lunes 16 de mayo de 2022, 23:15h
Aunque no se trata de una nueva generación, el nuevo Grandland ofrece interesantes novedades exteriores e interiores, pero conserva su polivalencia y su mecánica sostenible híbrido enchufable. id:83979
Exteriormente, y como signo más significativo, el Grandland ofrece ahora el denominado frontal Opel Vizor, ya visto en el nuevo Mokka y ahora en el igualmente nuevo Astra, cuya parrilla, sin huecos de ventilación, como una ancha tira negra satinada que une los faros formando un todo y en cuyo centro figura el logo de la marca con su rayo característico, el Blitz. A ambos lados del amplio paragolpes se sitúan dos negras entradas de aire verticales y ya en el centro la entrada principal bajo la matrícula, rematada por una línea en color aluminio a modo del inicio de un supuesto protector de cárter. Todo este acertado y novedoso frontal se remata por un elaborado capó motor, con igualmente acertadas aristas que lo adornan. Destaquemos también los mencionados faros de led, denominados IntelliLux LED Pixel Light, que tienen función matricial gracias a los 84 diodos que contienen cada uno de ellos.

Lateralmente, es como se aprecia mejor el acertado diseño del coche. Unas sinuosas formas recorren la parte baja de las puertas, mientras que los protectores de plástico que circundar los pasos de rueda son del mismo color de la carrocería, como ocurre con ambos paragolpes y que antes eran gris oscuro. Otro original trazo en relieve une el intermitente lateral con los grupos ópticos traseros, pasando por encima de los tiradores de las puertas. En la superficie acristalada destaca la tercera ventanilla que, aunque como es habitual es de menor tamaño, en lugar de subir descaradamente hacia arriba, es casi horizontal como las demás, pero con su parte posterior muy inclinada, dejando un ancho pilar C en el que se “juntan” los dos colores que generalmente lucen los Grandland. La parte posterior muestra una luneta un tanto estrecha, pero que permite una buena visión posterior y que esta coronada por un ancho alerón que contiene la tercera luz de freno. Los grupos ópticos, con tecnología led, quedan bastante altos y por lo tanto hay una gran superficie de chapa hasta el paragolpes, pero que es ocupada por el logo de la marca y el nombre del modelo. En la parte inferior del paragolpes, en color aluminio, se muestran unas falsas rectangulares salidas de escape. Como identificativo de la versión híbrida, además de la portezuela de la boca de carga en el lado trasero izquierdo de la carrocería, solo un rótulo minúsculo, “Hybrid4” en la parte baja de la puerta delantera, lo diferencian de las demás versiones.

El habitáculo resulta amplio y confortable en líneas generales. Incluidos los asientos que mezclan el tejido con la piel, aunque la banqueta resulta algo corta en los delanteros. El salpicadero es completamente nuevo y esta dominado por el llamado Pure Panel 100% digital y compuesto por dos pantallas dispuestas una a continuación de la otra. La de la instrumentación es de 12 pulgadas y se puede configurar de varios modos, cualquiera de ello muy fáciles de interpretar. La del sistema multimedia es de 10 pulgadas y es compatible con Android Auto y Apple CarPlay, su sistema operativo es sencillo y de buena calidad de imagen. Todo el conjunto de ambas pantallas ocupa prácticamente dos tercios de todo el salpicadero. A la altura de la multimedia, bajo ella, una hilera de teclas, dan las distintas opciones para el funcionamiento de la misma, así como del equipo de sonido. Y más abajo, formando ya parte de la consola, los mandos circulares del climatizador, un hueco con tapa y ya horizontalmente, teclas auxiliares, el mando del cambio automático en forma de uso y la tecla deslizante del modo de conducción.

La guantera tiene una buena capacidad y hay que destacar los numerosos huecos que se distribuyen por el habitáculo, incluido uno para la carga inalámbrica de móviles. Es de destacar lo luminoso en general que resulta el habitáculo al contar con un enorme techo panorámico. Los asientos delanteros sujetan bien el cuerpo y el trasero puede cobijar perfectamente a tres personas, aunque lógicamente el central viajará algo más incómodo al tener en la espalda el reposabrazos escamoteable. El maletero tiene una buena capacidad de 390 litros, menos que las versiones de solo motor térmico, que se puede ampliar hasta los 1.528 litros, si se abate por completo el respaldo trasero, que también, según las necesidades, se puede abatir 1/3 o 2/3. El espacio se puede dividir en dos por un tablero que deja bajo él un útil y discreto espacio, para dejar sobre todo los cables del cargador. La apertura del portón es de accionamiento eléctrico y se puede abrir pasando el pie por debajo del paragolpes.

El Grandland Hybrid4, dispone de tres motores, uno de combustión interna y dos eléctricos. El motor de gasolina es un 1.6 litros, cuyo rendimiento es de 200 CV a 6.000 r.p.m. y un par de 300 Nm a 3.000 r.p.m. Un moderno motor todo de aluminio, con lo último en tecnología, turbo de geometría variable, intercooler, inyección directa, 2 árboles de levas en culata…..Su funcionamiento es realmente silencioso y equilibrado, pues cuando “le toca funcionar” apenas si se deja oir, solo se nota su empuje y una agradable aceleración inmediata, cuando se pasa de una utilización 100% eléctrica a una combinada con el motor de combustión también.

En cuanto a la motricidad eléctrica señalemos que se cuenta con dos motores, uno delantero en posición transversal, como el de combustión, cuyo rendimiento es de 110 CV y su par de 320 Nm y otro trasero, también transversal, para completar la tracción integral, con una potencia de 113 CV y un par de 166 Nm. Como ambos motores dan tracción a cada uno de sus ejes respectivamente, junto al de combustión en la parte delantera, no existe ninguna unión entre ambos ejes, con lo que se evita el pesado árbol de transmisión. Los dos motores eléctricos son “alimentados” por una batería de iones de litio, situada bajo el asiento trasero, contando con una capacidad de 13,2 kWh. Acompañando al equipo motriz, se encuentra una caja de cambios automática de 8 velocidades, cuyo funcionamiento es de lo más eficiente, en cualquiera de las situaciones motrices. Apenas se notan los cambios y las reducciones y el manejo manual, es fácil de utilización con las levas situadas tras el volante.

El tiempo de carga depende del tipo de cargador utilizado. Además del cable suministrado con el coche para la carga en una toma de corriente doméstica, cuyo tiempo desde cero será de unas 8 horas, Opel ofrece dispositivos para carga rápida en estaciones públicas y los wallboxes instalados en los hogares. Por ejemplo, la batería se puede cargar por completo en unas dos horas desde un wallbox de 7,4 kW. La batería también se carga durante la conducción, a través de las frenadas o retenciones, pero de forma bastante más leve que en un vehículo autorrecargable, incluso aunque utilicemos la posición B en la palanca selectora del cambio, en la que las retenciones son mucho más acusadas y permiten en el tráfico urbano no pisar el pedal del freno, sino simplemente modular la presión sobre el acelerador, ya que cuando se levanta el pie de este el coche prácticamente se frena si la velocidad no es muy alta. Una de las ventajas de los híbridos enchufables, es su autonomía en modo eléctrico, lo que le permite lucir el adhesivo 0 de la DGT. En este caso oficialmente son 59 kilómetro los que se pueden hacer con los motores eléctricos, aunque en la prueba en una conducción normal apenas hemos superado los 45 km, que tampoco está nada mal.

El Grandland X Hybrid 4, dispone de 4 modos de conducción, aunque por defecto, al ponerse en marcha, y siempre que la batería tenga carga, el avance es eléctrico. El conductor puede elegir, mediante una tecla situada en la consola central, entre el modo eléctrico total, en el los motores eléctricos con 0 emisiones, mueven el coche, modo Hybrid en el que el sistema gestiona los motores de forma automática, siempre que haya carga en la batería, alternando los eléctricos con el de combustión según las exigencias de la manera de conducción. El modo Sport utiliza los tres motores, prevaleciendo sobre todo el de gasolina y aprovecha la máxima potencia del coche, como es lógico el consumo se eleva, aunque nunca de forma exagerada. El modo 4WD, adecuado para circular fuera de la carretera, conecta constantemente el motor eléctrico trasero, para ofrecer una tracción integral permanente. Además, como en muchos vehículos híbridos enchufables, hay una función adicional, e-SAVE, que se localiza en la pantalla multifunción, que permite conservar la carga de la batería para utilizarla posteriormente (por ejemplo, en ciudad). Esta opción que, como decimos es habitual en los híbridos enchufables, en el caso del Grandland X Hybrid4 tiene la ventaja de que se puede programar, es decir, por ejemplo, reservar concretamente 20 kilómetros para hacerlos en eléctrico posteriormente en una zona de 0 emisiones. El motor eléctrico del tren trasero se convierte en generador durante las fases de deceleración y convierte la energía de frenado en corriente eléctrica.

El Grandland X Hybrid4 se puede decir que es un vehículo bien equipado, tanto en sistemas de ayuda a la conducción, como en los de seguridad e infoentretenimiento. Entre los primeros encontramos el de detección de peatones y frenado automático de emergencia, la alerta de somnolencia de conductor, el asistente avanzado de aparcamiento o la cámara de visión de 360º. También encontramos calefacción en los asientos delanteros, luces de curva,.....y un buen número de elementos más habituales en coche de este segmento. En lo que se refiere a los sistemas multimedia, está equipado con el sistema IntelliLink y el asistente personal de conectividad y servicio Opel OnStar, que ahora incluye nuevas posibilidades como la reserva de habitaciones de hotel y la búsqueda de aparcamiento.

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