La cesta de la compra ha subido muchísimo en España y el resto de Europa debido a una inflación raramente conocida en el viejo continente. La derivación principal de ese hecho viene causada por múltiples factores, pero sobre todo por la crisis de las energías derivadas del combustible fósil, la guerra de Ucrania y los costes de transporte. Además de todo ello, hay que añadir que la demanda de productos, por el mercado que existe, es cada vez más elevada y, por tanto, cada causa tiene una consecuencia que la sufre el bolsillo de millones de familias en todo el mundo en general y en España en particular.
Así pues, uno de los productos estrella de la dieta mediterránea y de la que los campos españoles son el principal productor mundial ha sufrido en las últimas semanas una gran subida de precio. En esta ocasión, se está haciendo referencia al aceite de oliva, y más concretamente al virgen extra. Atendido a lo que se está exponiendo en este artículo se podrían identificar las causas de la subida del precio del aceite de oliva en 2023 conociendo las cuestiones que afectan al mercado específico del aceite premium.
Por poner algunos ejemplos claros y entendibles se puede afirmar que la gran demanda y la menor oferta son unas causa directas de estos altos precios, pero también por otras cuestiones más circunstanciales, como son las consecuencias climáticas derivadas de la sequía o la competencia desleal que hacen otros países con productos de peor calidad y menos seguridad alimentaria.
En esa línea, cabe destacar que todas esas causas de subida de precio tienen unas consecuencias claras que se sostienen en que muchos hogares no se puedan permitir el consumo de aceite de oliva ecológico en estas últimas semanas. Por supuesto, el AOVE es un aceite muy cuidado en el tratamiento del cultivo de los olivares de los que se extrae. No llevan aditivos y mantienen sus propiedades saludables intactas, por el bien de la salud y del propio producto. El cultivo del olivo es uno de los grandes mantenedores en España del sector primario. Al ser el país el gran productor mundial de este tipo de aceite, existen grandes extensiones de terrenos dedicadas al olivo, tanto en formas tradicionales como intensivas. Además, están las grandes, medianas y pequeñas almazaras, también todas esas que se concentran en torno a cooperativas que mantienen multitud de familias con todas las ventajas que ello deriva al producto, pero también a la economía y, por supuesto, a los consumidores.
Apostar por el consumo directo es una buena opción
Como se ha venido afirmando en este artículo, en España, debido a la cercanía de la producción de aceite de oliva virgen extra, se hace posible que para mitigar la subida de precio que ha experimentado el producto a lo largo de esta anualidad 2023 lo más sensato que se puede hacer es adquirirlo directamente de los productores locales. Al realizar la compra del producto en una almazara aceite oliva de probado prestigio, que está enmarcada dentro de denominaciones de origen de reconocida trayectoria, podrás eliminar un sinfín de intermediarios.
En ese sentido, es muy recomendable la gran calidad y el certificado de origen que tienen productos como Conde de Benalúa o Amarga y Pica. Bajo esas dos marcas se encierran AOVES de exquisita cosecha elaborados bajo los criterios de la Cooperativa de San Sebastián de Benalúa de las Villas en la provincia de Granada, que responden a los criterios de la Denominación de Origen Montes de Granada.
La máxima calidad, siempre al mejor precio
El consejo anterior entronca directamente con éste y es que el consumo directo de los productores ahorra costes innecesarios, pero también se garantiza consumir un producto natural, ecológico y de altísima calidad.
A pesar de que los mercados sean fluctuantes y de que la economía general dependa de los ellos a nivel global, el consumo directo puede ayudar a cientos de familias que se dedican al sector primario, que se esmeran en mantener cooperativas y a producir aceites de calidad superior bajo los parámetros de las DOP, aparte de estar recibiendo una AOVE con todas sus propiedades en perfecto estado.
De hecho, está siendo muy habitual que por esa falta de aceitunas, que por las continuas sequías y la demanda, cada vez mayor, de aceite de oliva que se esté recurriendo a productos de otros países que tienen menos normas sanitarias y de control y, por tanto, ese producto tampoco cumple con los estándares de calidad que se asocia a este tipo de categoría.
La sostenibilidad, la cercanía y una buena distribución
En conclusión, se puede decir que gracias a las Denominaciones de Origen Protegidas, como la de Montes de Granada, muchas son las hectáreas de terreno que se cultivan con las mejores aceitunas, bajo todos los niveles de salubridad fitosanitarios. Una de las variedades más apreciadas es la picual por ofrecer un AOVE excepcional.
Además, la cadena de distribución que tiene la Cooperativa de San Sebastián de Benalúa permite que los clientes puedan comprar los productos online y recibirlos en su propio domicilio. Eso acorta las cadenas, hace que las marcas de aceite de oliva que comercializan como Amarga y Pica o Conde de Benalúa estén en las despensas de todas las casas que así lo requieran, así como de restaurantes y bares.
En definitiva, para hacer un consumo de calidad hay que cerciorarse de que los precios que proporciona el mercado con altas subidas de los productos y una inflación generalizada puede ser mitigada gracias a la compra directa a los productores. Se conocerá, en todo caso, la trazabilidad y, por tanto, las calidades de los aceites de oliva virgen extra estarán en su esplendor desde que sale de la aceituna hasta que es utilizado en la mesa del cliente.
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