A lo largo de sus casi 110 años de historia, Maserati ha creado decenas de automóviles innovadores, icónicos y vanguardistas, pioneros de la tecnología y el estilo. Pero hay dos absolutamente especiales que, además, crearon nuevos conceptos que nunca antes se habían explorado.
Los Maserati A6 1500 y Quattroporte forman parte de la historia del automóvil al haber inventado dos nuevos segmentos: el Gran Turismo y la berlina deportiva de lujo.
Ambos resolvieron ecuaciones que parecían imposibles y fueron capaces de aunar prestaciones, lujo y confort, como nunca antes se había hecho. Cada uno a su manera, fueron pioneros como automóviles de altas prestaciones, lujosos, con estilo, aptos para largas distancias y un uso confortable. Y también los dos materializaron en un automóvil todo un estilo de vida, que ha permanecido fiel a sus orígenes adaptándose a cada nueva época.
Los Maserati A6 1500 y Quattroporte comparten, además del espíritu innovador de Maserati, otros atributos congénitos del Tridente. Ambos tienen genes de competición, con motores y componentes procedentes de las carreras. También los dos buscaron la excelencia técnica con soluciones vanguardistas. Y, por supuesto, son automóviles irresistiblemente bellos, diseñados por maestros, con un ADN 100% italiano y una combinación única de elegancia, estilo y espíritu deportivo.
A6 1500: nace el primer Gran Turismo
La idea de crear el primer Gran Turismo surgió después de la Segunda Guerra Mundial, durante el boom económico italiano, cuando Italia mostró al mundo sus excelentes productos, fuerza y optimismo. Unos años antes, Maserati se había trasladado de Bolonia a Modena y se había inaugurado el nuevo centro de producción de Viale Ciro Menotti. La intención de Adolfo Orsi era cambiar la estrategia del Tridente, que sin dejar de ganar en los circuitos de todo el mundo, sentó las bases para convertirse en una de las marcas más prestigiosas en la fabricación de automóviles deportivos de calle.
El primero de todos ellos fue el genial A6 1500, un modelo de espíritu revolucionario, precursor de una clase de coche nunca antes vista, que influyó en el panorama automovilístico de todo el mundo y en las sucesivas generaciones de coches de carretera Maserati.
El primer prototipo del A6 1500 (A de 'Alfieri' y 6 por el número de cilindros), atrajo todas las miradas durante su presentación en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1947. Diseñado por Battista Pinin Farina, con unas elegantes líneas y faros retráctiles, tenía un techo corredizo de plexiglás y un capó que podía levantarse por ambos lados o retirarse. Los elogios y premios recibidos llevaron rápidamente a la decisión de dar luz verde a la producción.
Este modelo montaba un motor desarrollado a partir del seis cilindros de carreras del 1500 6CM, con un carburador Weber 36DCR y una potencia máxima de 65 CV, que permitía al nuevo Gran Turismo alcanzar una velocidad máxima de 150 km/h. El novedoso chasis era multitubular, con componentes de sección circular. También contaba con suspensión delantera de ruedas independientes, con trapecios oscilantes y resortes helicoidales, frenos hidráulicos y llantas de 16 pulgadas.
La producción del A6 1500 Gran Turismo se mantuvo hasta 1950, con ligeras actualizaciones cosméticas y la adopción de dos asientos traseros. Fue relevado por el A6G 2000, que llegó a tener 100 CV y una velocidad máxima de 180 km/h. A pesar del número relativamente limitado de unidades producidas, 58 en cuatro años, el A6 1500 Gran Turismo supuso un hito en la historia de Maserati y es el precursor de toda una sega que ha llegado hasta nuestros días. Modelos históricos como el 3500 GT de 1957, el primer Gran Turismo que se produjo en grandes series; el 3200 GT de 1998, un regreso a los orígenes que marcó el punto de partida del renacimiento mundial de la marca; o la nueva estirpe GranTurismo de 2007, que volvió a condensar la esencia del concepto original en un coche para disfrutar a diario; son descendientes del A6 1500 Gran Turismo.
Mientras que el A6 1500 representó el inicio de la epopeya de Maserati en los coches de carretera, el nuevo GranTurismo recoge el testigo y será el primer Maserati eléctrico de la historia, marcando la entrada de la marca en un nuevo mundo de la mano de Folgore. La historia continúa, asentada en las raíces del Tridente.
Quattroporte: la primera berlina deportiva de lujo
Aunque mantuvo su actitud y herencia de competición, Maserati evolucionó a lo largo de los años sesenta hasta convertirse en un exitoso fabricante de coches de carretera. La piedra angular de su gama de modelos fue otro concepto era revolucionario para la época: tomar un motor Maserati de carreras y colocarlo dentro de la carrocería de una berlina. El reto era que un coche de cuatro puertas ofreciera el mismo pedigrí y nivel de elegancia, refinamiento y potencia por los que la marca se había hecho famosa.
Cuando Maserati presentó el primer Quattroporte en el Salón del Automóvil de Turín de 1963, no sólo se convirtió en el coche de cuatro puertas más rápido del mundo (230 km/h de velocidad máxima), sino que también introdujo una nueva categoría en el mercado: la berlina deportiva de lujo. El Quattroporte era capaz de combinar estilo, lujo, confort y prestaciones; una fórmula que se ha mantenido inalterada hasta nuestros días y que se mantiene más viva que nunca en el 60 aniversario de este emblemático modelo, del que se han producido más de 75.000 unidades.
En aquella época, las familias solían pasar largas vacaciones juntas y los límites de velocidad en las autopistas eran otros. El Quattroporte era un coche tan rápido como cómodo, y el éxito de su propuesta fue arrollador. En palabras de Ermanno Cozza, el portavoz de la historia de Maserati, “todos los hombres de negocios querían tener un Quattroporte: era bello, cómodo, rápido, fiable… Tenía cuatro plazas realmente cómodas y un amplio maletero”. Cozza también revela cómo, Adolfo Orsi, tenía en mente construir un deportivo de cuatro puertas y cuatro plazas. “Durante una visita al taller de motores, le contamos que estábamos haciendo un V8 de 5.6 litros para embarcaciones, que entregaba 500 CV de potencia, y que con 400 CV sería muy fiable y podrá hacer felices a los automovilistas americanos”. “Quien sabe, un día nosotros también podríamos fabricar una berlina”, nos contestó.
Como todo integrante de la Casa del Tridente, el Quattroporte lucía un diseño cautivador y que reescribió los cánones de su segmento. Tomando como inspiración el Maserati 5000 GT, Petro Frua diseñó una icónica carrocería con una cintura baja, de formas limpias y exquisitas proporciones, rematada con un poderoso frontal. Con una moderna estructura monocasco, las carrocerías fueron construidas por Vignale. En el interior se espiraba una atmósfera de lujo, con madera de raíz del salpicadero y un equipamiento que incluía elevalunas eléctricos, dirección asistida y aire acondicionado.
El motor era un V8 de 4,2 litros con 260 CV derivado del que montaba el 5000 GT, que en 1965 aumentó su cilindrada a 4,7 litros, con 290 CV. Poderoso y con un sonido embriagador, el propulsor siempre ha sido el corazón del carácter del Quattroporte. En su tercera generación (1979), se regresó al motor V8 y a un diseño innovador, firmado por Giugiaro; en la cuarta (1994), el Quattroporte elevó sus prestaciones hasta acercarlas a las de un Gran Turismo; y en la quinta, la mecánica V8 volvió a ser el alma de un coche multipremiado, que regresó a los orígenes del concepto y a la belleza de las líneas trazadas por Pininfarina. La actual generación lleva a una nueva dimensión todos los atributos de un automóvil que forma parte del paisaje automovilístico en el siglo XX, sigue siendo la espina dorsal de la producción de Maserati y se adentra en una nueva era con un ilusionante futuro electrificado con carácter Folgore.