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Abarth 500e

Abarth 500e
Ampliar

Eléctrico 100%, pero con el dinamismo típico de la marca

Por Mariano García Viana
viernes 15 de marzo de 2024, 09:45h
La marca del escorpión ha conseguido un nuevo modelo más sostenible que ninguno que haya fabricado antes, pero con el espíritu y hasta el sonido de todo un Abarth.

Siguiendo la corriente que invade toda la industria del automóvil en aras de una movilidad más sostenible, Abarth ha lanzado al mercado su primer modelo eléctrico que, como no podía ser menos, conserva las características deportivas de la marca. Basado en el Fiat 500, como más adelante veremos, el 500e de Abarth incorpora como planta motriz, un motor eléctrico situado en la parte delantera transversalmente y cuya potencia se sitúa en los 155 CV y su par de 235 Nm, cifras con las que se consiguen unas interesantes prestaciones, una velocidad máxima de 155 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h de 7 segundos, mientras que para pasar de 80 a 120 km/h, es tiempo necesario es de solo 5,5 segundos.

Si exceptuamos la velocidad punta que siempre en los eléctricos no es muy alta, la aceleración es desde luego digna de Abarth, no hay un pequeño coche urbano que sea tan fulgurante y rápido, ni siquiera las versiones de gasolina del 695. Esto hace que el 500e se desenvuelva como pez en el agua en al cargado tráfico de las ciudades, pues no solo es rápido a los requerimientos del acelerador, sino que también debido a sus reducidas dimensiones, se pueda manejar con facilidad y “ratonear” como si tal cosa.

La batería de iones de litio que alimenta al 500e, situada en posición central, tiene una capacidad de 42,2 kWh, que en una conducción no exageradamente deportiva proporciona una autonomía de 252 km. que, si bien en una primera valoración no es muy alta, si se muestra lo suficiente para los desplazamientos urbano e interurbanos, siempre eso sí que no saquemos a relucir constantemente el “genio” de la marca, en cuyo caso la autonomía se reduce de forma sensible.

La potencia máxima de carga en corriente continua, es de 85 kW, mientras que en corriente alterna es de 11 kW. Con estas cifras se puede evaluar que una carga de 0 al 80% a 85 kW en C.C., se tardaría unos 40 minutos, mientras que una carga completa desde 0 hasta el 100% en C.A., sería de cuatro horas y media.

Como ya hemos insinuado, el Abarth 500e, es un coche muy fácil de conducir, cierto es que hay que dominar un poco ese nerviosismo que muestra en cuanto se le pisa con decisión el acelerador, pero una vez dosificado este tema, la nobleza mostrada en toda circunstancia, tanto en curvas cerradas, como en las amplias o carreteras despejadas, animan a circular a buen ritmo, pues el centro de gravedad queda muy bajo y las suspensiones, con McPherson delante con su correspondiente barra estabilizadora y con rueda tirada con elemento torsional en la parte trasera, se muestran siempre muy eficaces y a pesar del corto recorrido de los muelles y de una amortiguación tirado a dura, hacen que resulten muy cómodas para los ocupantes, que en ningún momento se bruscamente zarandeados. La reconfortante seguridad que transmite el coche, gracias también a una dirección muy directa y sobre todo a un excelente equipo de frenos que, con discos ventilados delante y macizos atrás, detienen el coche en unos cortos espacios y sin mostrar ningún síntoma de fatiga por mucho que se le utilice.

El conductor dispone de tres modos de conducción: Turismo, Scorpion Street y Scorpion Track. El primero es el que está más enfocado a una conducción urbana, la potencia del motor queda limitada a 136 CV y la retención eléctrica permite detener el vehículo sin necesidad de pisar el freno (es decir tiene la función «pedal único» o «one pedal») muy cómodo en ciudad. El segundo (Scorpion Street) ofrece las máximas prestaciones y además incrementa el nivel de frenada regenerativa (aunque tampoco mucho). El último (Scorpion Track) también ofrece la máxima potencia, pero reduce el nivel de frenada regenerativa al mínimo.

Decíamos en la entradilla, que a pesar de ser un coche eléctrico, se contaba con un sonido típico de un coche deportivo y es que el 500e cuenta con él. A través de un altavoz situado debajo de la carrocería, se imita el sonido del escape de un pequeño coche de competición, circunstancia esta que se puede anular a través del sistema multimedia, pero la verdad es que esta imitación anima a disfrutar aún más de este fulgurante modelo. Un detalle también curioso es que el sonido obligatorio para dejarse oir por los peatones por debajo de los 30 km/h, generalmente un ligero zumbido, esta también adornado por un acorde de guitarra.

Aparte de su llamativo color, el 500e tiene una innegable personalidad, aunque en ningún momento disimule su carrocería de Fiat 500. De entrada, su frontal parece la cara de un coche travieso, debido a que los faros parecen dos ojos a medio cerrar. Ello es debido a que la mitad superior del óvalo que forma el faro, queda dentro del capó motor y carece de luminosidad, como si fueran unos párpados, mientras que la parte inferior, es el faro con tecnología led propiamente dicho, surcado por la luz de día que marca su contorno inferior. Otros puntos luminosos para apoyar la luz de día, se muestran a medio paragolpes y también con forma de óvalo. El 500e carece de calandra porque no la necesita y en su lugar se despliegan a buen tamaño las letras que conforman la marca Abarth. La única entrada de aire se encuentra en la parte más baja del paragolpes que esta rematado en su parte inferior por una estrecha zona de color aluminio.

En la visión lateral se aprecia claramente la cortedad del modelo, poco más de tres metros y medio, pero curiosamente parece algo más grande que el Fiat 500 del que se deriva, debido a los marcos negros de la puerta y ventanilla trasera, así como por el generoso alerón que corona la luneta y por las llamativas llantas de aleación de 18” y de perfil superbajo. En la trasera, además del citado alerón, destaca el liso paragolpes de grandes dimensiones y los grupos ópticos que, aunque conservan las formas de otros modelos, en este caso no muestran ninguna zona opaca y están ocupados en su totalidad por los distintos puntos luminosos de led. Sin ser excesivamente llamativos, los pasos de rueda se muestran algo más dimensionados, pues se ha aumentado el ancho de vías.

El interior no es muy grande, como es fácil de suponer, aunque los ocupantes delanteros pueden viajar muy cómodamente pues los asientos son tipo baquet con el reposacabezas incorporado y con la marca Abarth bordada en el respaldo. Las plazas traseras pueden servir para un par de adultos que no sean muy voluminosos y siempre que el viaje no sea muy largo, pues a nada que el asiento delantero este echado hacia atrás apenas tendrán sitio para las piernas. El salpicadero, a diferencia de otros modelos, no recuerda en nada a los modelos de los 500 de los años 50. Es completamente distinto si bien el cuadro de instrumentos no es muy grande, abandona la forma circular para mostrar un medio óvalo, con la parte central configurable según las necesidades del conductor, ofreciendo incluso los mapas del GPS, alrededor de este centro variable, se muestra otros datos de ayuda a la conducción como el de la energía disponible, la autonomía, etc.

Todo el salpicadero esta forrado, bien de plástico o de un tejido tipo Alcantara en la franja que engloba el cuadro y la pantalla multimedia. Ésta es de fácil manejo y muestra gráficos sencillos de interpretar, ofreciendo en esta versión eléctrica, también datos sobre el manejo de la energía. Bajo ellas existen dos horizontales salidas de aire, así como toda la batería de teclas para manejar el climatizador. Más abajo y después de un hueco, se sitúan las teclas que sirven para utilizar “el cambio”, P, R, N, D. Aunque como decimos, el habitáculo no es grande, las dos plazas delanteras gozan de unos asientos tipo baquet, con el reposacabezas incorporado, que además sujetan muy bien el cuerpo. Las plazas traseras lógicamente son reducidas y no aptas para adultos por falta de espacio para las piernas. El maletero, siguiendo la misma lógica de las dimensiones del coche, dispone de 185 litros de capacidad.

Lo que si hay que destacar es el excelente equipamiento que el 500e de Abarth puede ofrecer, tanto en sistemas de ayuda a la conducción, seguridad y elementos de confort. Avisador de vehículos en el ángulo muerto, programador de velocidad activo, mantenimiento en el carril, arranque sin llave, etc.

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