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CIAT, BID, OCDE

En América Latina y el Caribe los bajos impuestos sobre la renta personal conducen a menor tasa de tributación sobre salarios en comparación con la OCDE

En América Latina y el Caribe los bajos impuestos sobre la renta personal conducen a menor tasa de tributación sobre salarios en comparación con la OCDE

miércoles 28 de septiembre de 2016, 07:00h
Los impuestos sobre los ingresos laborales del trabajador promedio de América Latina y el Caribe (ALC) totalizaron el 21,7 por ciento del costo laboral total en 2013, cifra un tercio inferior a la de los países de la OCDE, donde el promedio fue de 35,9 por ciento, según la primera edición de Impuestos sobre los salarios en América Latina y el Caribe. Más de 90 por ciento de la diferencia entre LAC y OCDE se debe al impuesto sobre la renta personal (13% de los costos laborales).

El nuevo informe, que cubre a 20 países de la región, ha sido elaborado conjuntamente por el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Centro para el Desarrollo y el Centro de Política y Administración Tributarias, estos dos últimos integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El informe fue lanzado hoy en Buenos Aires durante el VI Foro de Política Fiscal de América Latina y el Caribe, organizado por el Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas de Argentina.

Este nivel relativamente bajo en ALC de la cuña fiscal – que mide la diferencia entre los costos laborales del empleador y el correlativo salario neto del empleado – refleja tasas promedio muy bajas de impuesto sobre la renta personal (IRP). De hecho, México fue el único país del informe en el que los trabajadores con ingresos promedios debían pagar el IRP. En comparación, el IRP representó el 13,3 por ciento de los costos laborales del trabajador promedio en los países de la OCDE. En la región de ALC, debido a generosos subsidios específicos, la mayor parte de la fuerza laboral tiene ingresos que quedan por debajo del mínimo imponible para el IRP. La prevalencia de mercados laborales informales y la evasión impositiva también son factores que explican la baja recaudación del IRP.

Según el informe, la cuña fiscal de un trabajador promedio casado y con dos hijos en ALC fue de 21,4 por ciento, sólo 0.3 puntos porcentuales por debajo de la de un empleado soltero. La diferencia correlativa en los países de la OCDE, donde los beneficios familiares son mucho más elevados, fue de 9,5 puntos porcentuales. Sólo cinco de los 20países de ALC incluidos en el informe – Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Uruguay– poseen planes de beneficios familiares. Y en Chile no están disponibles para el trabajador con un ingreso promedio.

Un capítulo especial del informe explora las relaciones entre impuestos sobre el salario, las características de los mercados laborales y los niveles de informalidad laboral en los países de ALC. La interacción entre los umbrales de menores ingresos de las contribuciones a la Seguridad Social – generalmente a nivel de ingresos mínimos – y las tasas de contribución al programa de Seguridad Social eleva los costos de adhesión a los programas sociales para los trabajadores que se encuentran en los deciles bajo y medio-bajo. En tanto, el costo de la participación en el mercado laboral formal, medido en términos de porcentaje de los ingresos, disminuye para quienes se hallan en la mitad superior de la distribución salarial, con ingresos por sobre el umbral mínimo.

El estudio también revela que las altas tasas de informalidad tienen un correlato con los altos costos de formalización, particularmente para quienes se hallan en los sectores bajo y medio-bajo de la distribución de ingresos. Esto, sumado a innumerables factores extra-impositivos, explica las decisiones personales prevalentes en la región ALC de sumarse al y permanecer en el mercado informal.

Principales conclusiones:

  • La cuña fiscal en los países de ALC varía considerablemente, desde el 34,6 por ciento en Argentina y 32,2 por ciento en Brasil, a sólo el 11 por ciento en Trinidad y Tobago y 10 por ciento en Honduras. Colombia y Uruguay también tienen niveles superiores al 30 por ciento, en tanto que en Guatemala es inferior al 15 por ciento.
  • Chile (con el 19,1 por ciento de los ingresos brutos) tuvo la tasa más elevada de impuestos personales promedios (definida como IRP más las contribuciones obligatorias de los empleados al sistema de Seguridad Social), seguido de Uruguay (18,0 por ciento) y Argentina (17,0 por ciento). Las tasas más bajas se registraron en Honduras (3,6 por ciento), Guatemala (4,0 por ciento) y Trinidad y Tobago (4,5 por ciento). El promedio para los países de ALC fue de 9,3 por ciento, frente a un promedio de 25,4 por ciento para los países de la OCDE.
  • Para el trabajador soltero sin hijos, los sistemas tributarios de la región comienzan a exhibir una leve progresividad en torno al octavo decil de ingresos, en el que los trabajadores de algunos países comienzan a pagar el IRP. Por otra parte, para una familia con dos hijos y un solo ingreso, el sistema tributario promedio es levemente progresivo para los niveles de ingreso más bajos. Luego se torna proporcional en los deciles de ingresos medios, para por fin igualarse al del empleado soltero sin hijos en los deciles superiores de distribución de ingresos.
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