Gravelines-1, con una capacidad de 951 MW, comenzó su operación comercial en noviembre de 1980. En Francia existen otros nueve reactores que tienen autorización de explotación hasta 40 años: Bugey 2, 4 y 5, Fessenheim 1 y 2, Dampierre 1 y Tricastin 1, 2 y 3.
En el país galo, la licencia de operación de una instalación nuclear no tiene fecha de vencimiento fija. No obstante, la empresa operadora debe enviar a ASN los resultados de una revisión de seguridad cada diez años para demostrar que la instalación ha implementado los últimos requisitos de seguridad.
Esta misma línea de apostar por la continuidad de operación como estrategia energética para sus centrales nucleares se sigue en Ucrania, donde el organismo regulador -State Nuclear Regulatory Inspectorate- ha autorizado la operación por diez años adicionales a la central nuclear de Zaporozhe-2.
La unidad 2 de la central ucraniana tiene una potencia eléctrica instalada de 1.000 MW y comenzó su operación comercial en 1986. Con la concesión de esta extensión podrá operar hasta el 19 de febrero de 2026. Recientemente, el 6 de octubre, ha vuelto a conectarse a la red tras una parada programada para realizar trabajos de recarga de combustible, mantenimiento y mejoras necesarias para la continuidad de su operación.
Zaporozhe-2 es el segundo reactor para el que Energoatom, el operador nuclear propiedad del estado ucraniano, ha solicitado una licencia de continuidad de operación. El anterior fue la unidad 1 de esta misma central cuya licencia de operación se extiende hasta el año 2025.
Ucrania, que obtiene más de la mitad de su electricidad de la energía nuclear -un 56,49% en el año 2015- tiene 15 reactores en funcionamiento y dos más están en construcción.