Motor

Volvo XC90 D5

Imponente y poderoso

Mariano García Viana | Martes 08 de diciembre de 2015

El XC90 que todos conocemos, desde su lanzamiento se configuró como uno de los mejores y más robustos todocamino de alta gama del mercado, incluso se permitió el lujo de ofrecer una versión dotada con un motor V8 de 315 CV. Recientemente una nueva generación ha visto la luz y hemos tenido la ocasión de probar una de las versiones que a buen seguro tendrán más aceptación, la diesel denominada D5 con 225 CV.



El nuevo XC90 supera a su predecesor en todas las cotas, pues realmente ha crecido de forma notable, pues aunque a simple vista puede parecer que solo es ligeramente más grande, si aparcamos uno al lado del otro se ve claramente la diferencia de tamaño, tanto en longitud como en anchura, no así en altura, ya que el nuevo es ligeramente más bajo. En líneas generales y dado su éxito comercial, se ha querido conservar el aspecto de la anterior generación, pero los cierto es que no hay ninguna pieza, ni aditamento que se haya querido aprovechar, tanto en el diseño exterior como en el interior.

El aspecto del frontal es realmente poderoso, dada su verticalidad y altura, trasmitiendo un evidente poderío, acrecentado por la nueva parrilla de barras cromadas verticales, atravesadas oblicua y lógicamente por el logo de la marca como buen Volvo que es. Como los faros son de leds, son bastante estrechos pero bien aprovechados, ya que las luces de día, en su prolongación horizontal, los dividen en dos, separando las dos funciones cruce/carretera. Como curiosidad digamos que esas luces de día, además de esa dicha línea horizontal, también tiene otra parte vertical, formado una T tumbada que la marca denomina el martillo de Thor, como el dios del trueno. Entradas de aire, radar de proximidad, etc., ocupan la parte baja de esta zona delantera, quedando los trapezoidales faros antiniebla al final de la carrocería, casi en el suelo. Lo que si está menos marcado en este nuevo modelo, el desnivel entre el capó y las aletas, hecho éste que se ha suavizado con simples y acertada nervaduras. Por el contrario se ha conservado la acusada inclinación aerodinámica del parabrisas y las tres amplias ventanillas laterales, con la tercera muy ligeramente recortada hacia arriba en su parte inferior. Al igual que en el frontal, en la visión lateral, se aprecia “el poderío” del XC90, pues se aprecia más “chapa” que en la versión anterior. Por último señalar que en la parte posterior sí se percibe una mayor diferenciación, aunque los grupos ópticos verticales y estrechos, son más anchos en la parte inferior, que en la que se prolonga hacia el techo (Típico diseño de Volvo). La luneta es amplia y ocupa la mitad del amplio portón, que da acceso a un amplísimo maletero, que bajo parte de su piso esconde los dos asientos de las plazas 6 y 7.

Como la carrocería es más grande, evidentemente el habitáculo se beneficia de ello y si antes las plazas delanteras eran cómodas, ahora son comodísimas y si antes los 2 o 3 ocupantes de la segunda fila podían desenvolverse con amplitud, ahora lo hacen con mayor amplitud, sobre todo en la zona de las rodillas, ya que además se pueden desplazar mediante guías 11 centímetros. Pero los que salen más beneficiados, pues hay una palpable mejora, son los dos ocupantes de la tercera fila, que ahora disponen de dos asientos que, aunque escamoteables en el piso del maletero, tienen un tamaño y una disposición mayor, permitiendo viajar en ellos a dos personas de forma confortable incluso en viajes largos. Su accionamiento de abatir y desplegar, es muy sencillo, pero otra cosa es acceder a ellos, ya que el hueco del que se dispone desde la puerta y el respaldo anterior es pequeño. Además de los mencionados confortables asientos, nada más acceder al lujoso habitáculo destaca sobremanera la enorme pantalla vertical, de 12,3 pulgadas, que preside el salpicadero que integra, además de las habituales funciones multimedia, GPS, ordenador, climatizador, etc., todos los interruptores auxiliares, lo que requiere un cierto periodo de aprendizaje para saber todo lo que en ella “se guarda”. Solo una pequeña “barra” de interruptores se sitúan fuera y bajo ella. El diseño de este salpicadero es sencillo y con la típica funcionalidad nórdica, no exenta de elegancia. De líneas horizontales, además de la mencionada gran pantalla, dispone de un cuadro muy fácil de leer, gracias a sus luminosas esferas virtuales, ayudadas por los típicos indicadores auxiliares.

Como es de esperar, el equipamiento es supercompleto, tanto en los elementos de seguridad como en los de confort, echándose en falta muy pocas cosas. Es de destacar el techo panorámico, que prácticamente ocupa toda la superficie, abriéndose incluso la parte delantera. Una persiana traslúcida protege del sol a los ocupantes e incluso dicha persiana se puede cerrar sola si el coche se aparca a sol con ella al sol por un espacio superior a 15 minutos. Varios huecos se reparten por el habitáculo y es de especial capacidad el que se sitúa en la consola entre los asientos, que integra diversas conexiones para equipos auxiliares. Alta calidad y excelentes ajustes, pueden resumir el alto nivel de excelencia del que puede presumir el amplio habitáculo del XC90.

La unidad de pruebas estaba dotada de un motor diesel que se pone en marcha girando un interruptor situado entre los asientos. Esta mecánica, a pesar de seguir llamándose D5, monta un motor de 4 sobre el que se ha aplicado toda la tecnología más moderna, como la inyección directa, el sistema “common rail” de alimentación, turbo de geometría variable, intecooler, distribución variable, etc. Con todo ello y aunque ahora la cilindrada es de 1.969 c.c., casi 500 menos que en la versión anterior de esta denominación D5, su rendimiento es de 224 CV a 4.250 r.p.m. y el generoso par de 470 Nm entre las 1.750 y las 2.500 vueltas, lo que da como resultado una franja de utilización muy adecuada ya que desde bajas revoluciones el motor comienza a empujar con fuerza y decisión. Sin ser especialmente deportivas, las prestaciones son más que correctas para un coche del volumen y el peso (2.130 kg.) que tiene este todocamino: velocidad máxima de 210 km/h y aceleración de 0 a 100 km/h de 7,8 segundos, no están nada mal. Como tampoco está nada mal conseguir un consumo medio de 5,7 litros y no superar los 8 aunque se conduzca “a tope” y cargado con las 7 plazas. Esta mecánica puede presumir de ser sumamente silenciosa a pesar de ser diesel. Al ralentí y en frío se deja oir un poco, pero una vez cogida velocidad desaparece el más mínimo rumor, a lo que también contribuye el excelente trabajo de insonorización llevado a cabo por los ingenieros, con lo que solo oir el sonido del excelente equipo multimedia es más que gratificante para los ocupantes. La caja automática de 8 relaciones se complementa perfectamente con el motor y resulta muy suave de funcionamiento, pero también “muy obediente” a los requerimientos del acelerador y la forma de manejar del conductor.

Con el nuevo XC 90, Volvo ha estrenado un nuevo sistema de fabricación denominado SPA (Scalable Product Architecture) que permite, además de un mejor aprovechamiento del espacio interior, refuerza la estructura en general y el chasis en particular, al emplear cinco veces más acero al boro que el modelo precedente, con lo que la robustez está más que asegurada. Ello facilita un excelente comportamiento, al estar complementada además por unas bien estudiada suspensiones. En el eje delantero nos encontramos con una suspensión tipo paralelogramo deformable, con su correspondiente barra estabilizadora. Por otra parte el eje trasero y de forma singular, nos encontramos con una ballesta transversal como elemento elástico, sistema utilizado por ejemplo por Chevrolet en el Corvette C4, que al ocupar menos que las torres de los muelles helicoidales, permiten un mayor espacio para el maletero y las plazas de la tercera fila, además de ahorra unos cuantos kilos de peso.

Entre los elementos innovadores de seguridad, como el “Run-off road protection”, que detecta una posible salida de la calzada o el “Pilot Assist”, lo bien asentado que va el coche, las eficaces suspensiones, el XC90 es un coche fácil de conducir y que transmite un altísimo nivel de seguridad. En carreteras despejadas mantiene con aplomo altas velocidades como si fuera despacio y en las viradas, se deja manejar dócilmente como si de un coche de menos volumen se tratara, ayudado por una dirección rápida y unas suspensiones eficaces. Es de destacar la existencia de tres programas a elegir, según la forma de conducción que se quiera, Eco, Comfort y Dinamic, que según cual se utilice condiciona la respuesta del motor, los frenos, la dirección, etc. Como todocamino, fuera del asfalto. El comportamiento también es bueno, pero no raya a tan alta altura, debido a la envergadura del coche, a los neumáticos que son de carretera y lógicamente a la ausencia de reductora. De todas formas se puede circular por pistas y superar ciertos obstáculos siempre que no sean exagerados.

Si bueno era ya el XC90 “antiguo”, el actual le supera en todos los terrenos, sobre todo en el lujo, la motorización D5 y en toda la tecnología que incorpora en beneficio de la seguridad y el comportamiento.


Noticias relacionadas