En los últimos 10 años, las conocidas como Mutuas de Accidentes de Trabajo han destinado aproximadamente 23.000 millones de euros a financiar la Seguridad Social y el pago de Pensiones.
El absentismo laboral es un importante problema para las cuentas de la Seguridad Social (más de 17.000 millones de euros de déficit estimado para 2016), de las Mutuas (330 millones de euros de pérdidas previstas por esta gestión en el ejercicio), y para la competitividad de las Empresas Españolas.
Son más de 4,5 millones las bajas laborales que se producirán en 2016, un 15% más que en 2015, que equivalen a que 880.000 Trabajadores no acudan, ningún día del año, a su puesto de trabajo.
Estas bajas detraen 5.500 millones de la Seguridad Social, otros 4.800 millones de las Empresas y suponen un coste de oportunidad del 6% en términos de PIB, 62.000 millones de euros.
El absentismo laboral tiene un coste total de 72.500 millones de euros, de los cuales aproximadamente un 25%, 18.000 millones, podrían recuperarse.
Si se evitan los costes innecesarios de la burocracia administrativa y del uso indebido de la prestación de incapacidad temporal, se lograría un impacto positivo para las Mutuas y la Seguridad Social, así como para la competitividad empresarial, la generación de empleo y el crecimiento económico, sin menoscabo de los derechos de los Trabajadores.
Las Mutuas se ponen a disposición de la Seguridad Social y de las Empresas, demandando, sin perjuicio de la necesaria y adecuada financiación para esta contingencia, herramientas de gestión, principalmente, dar el alta médica en los procesos de accidentes o enfermedades no laborales, y alcanzar acuerdos de colaboración con las Entidades Gestoras y los Servicios Públicos de Salud, para mejorar la gestión de esta prestación.